Ideas Claras
DE INTERES PARA HOY sábado, 04 de abril de 2020
Indice:
ROME REPORTS
El Papa ora por quienes ayudan a combatir pobreza y hambre a causa del Covid-19
Semana Santa: Misa “en tiempo de pandemia” y oración especial para el Viernes Santo
“María, Madre de los creyentes”: Cuarta predicación de Cuaresma
PRENDIMIENTO DE JESÚS: Francisco Fernandez Carbajal
“Todo está cumplido”: San Josemaria
Audio meditación del Prelado: Unidos en la Última Cena
¡Ay, qué paciencia…!
Más allá de mis cuatro paredes
Comentario al Evangelio: Entrada en Jerusalén
Domingo de Ramos de la Pasión del Señor.: + Francisco Cerro Chaves. Arzobispo de Toledo. Primado de España
Bioética: “¿Cómo utilizar los recursos sanitarios en circunstancias de crisis?”: JULIO TUDELA
La Iglesia española llama a la solidaridad en del día del Amor Fraterno: LARISSA I. LÓPEZ
ReframeCovid: una iniciativa para pasar del marco lingüístico bélico sobre el coronavirus hacia otro que cohesione a la población: Isabel Solana
¿El coronavirus hace rezar, o al menos pensar? Lo que dicen las encuestas en EEUU y Alemania: Pablo Ginés
Una sociedad igualitaria es una sociedad deforme que repugna a la razón
El Observatorio de Bioética de la UCV valora el informe del Comité de Bioética de España sobre el COVID-19: David Guillem-Tatay
El último deseo de Don José, un servidor «esencial»
La demografía en el Este Europeo: Juan García.
La Verdad en la Caridad: Valentín Abelenda Carrillo
Cuando esto pase: Suso do Madrid
Admiración a cuantos combaten frente al coronavirus; también a la Iglesia: Josefa Romo Garlito
El virus chino y otros muchos virus que padecemos: Antonio García Fuentes
Te pido que reces por el PAPA FRANCISCO que el Señor le ilumine y por tu Obispo, si te queda un poco acuérdate de mí. Si estimas que vale la pena el “Boletín” difúndelo entre familiares y amigos. ¡¡¡Gracias!!!
Con el mayor afecto. Félix Fernández
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ROME REPORTS
Santa Marta: Orar “por los que ayudan hoy” y pensar “en el mañana”

Contemplar los dolores de la Virgen
ABRIL 03, 2020 11:01LARISSA I. LÓPEZPAPA Y SANTA SEDE
(zenit – 3 abril 2020).- “Hay gente que desde ahora empieza a pensar en el después: el después de la pandemia. A todos los problemas que vendrán: problemas de pobreza, de trabajo, de hambre… Oremos por todos los que ayudan hoy, pero también pensemos en el mañana, para ayudar a todos nosotros”.

Esta es la plegaria de oración del Santo Padre en la Misa de la Casa Santa Marta de hoy, 3 de abril de 2020.
En ella dirigió su pensamiento a la pobreza, el desempleo y el hambre causados por la pandemia del coronavirus, orando por aquellos que ya están tratando de remediarlo.
Al inicio de la Eucaristía, transmitida en directo, Francisco recitó la antífona de entrada, una invocación de ayuda en la angustia: “Ten piedad de mí, Señor, porque estoy angustiado; líbrame del poder de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Señor, que no me avergüence de haberte invocado” (Sal 30, 10. 16. 18).
Nuestra Señora de los Dolores

Después, el Papa dedicó la homilía de la Misa de este viernes de la V Semana de Cuaresma, que precede al Domingo de Ramos a Nuestra Señora de los Dolores.
De este modo, el Pontífice resaltó el papel de la Virgen como discípula, porque siguió a Jesús junto a las otras mujeres, y como madre, titulo confirmado por su hijo en el momento de la Cruz: “En la maternidad de la Virgen vemos la maternidad de la Iglesia que recibe a todos, buenos y malos: a todos”, explicó el Obispo de Roma.
Pensar en los dolores de María

El Santo Padre recomendó detenerse hoy y “pensar en el dolor y las penas de Nuestra Señora. Ella es nuestra madre. Y cómo los ha llevado, cómo los ha llevado bien, con fuerza, con llanto: no era un llanto falso, era precisamente su corazón destruido por el dolor”.
Y concluyó: “Nos hará bien detenernos un poco y decirle a Nuestra Señora: ‘Gracias por haber aceptado ser Madre cuando el Ángel te lo dijo, y gracias por haber aceptado ser Madre cuando Jesús te lo dijo’”.
A continuación, sigue el texto íntegro de la homilía ofrecido por Vatican News.
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Homilía del Papa

En este Viernes de pasión que precede al Domingo de Ramos, en la cual conmemoramos los dolores de María, el Papa Francisco dedicó su homilía a Nuestra Señora de los Dolores. Hoy – dijo – nos hará bien pensar en los dolores de la Virgen y agradecerle porque aceptó ser Madre de Jesús.
Este Viernes de Pasión, la Iglesia recuerda los dolores de María, Nuestra Señora de los Dolores. Desde hace siglos se cultiva esta veneración del pueblo de Dios. Se han escrito himnos en honor a Nuestra Señora de los Dolores: estaba al pie de la cruz y la contemplan allí, sufriendo. La piedad cristiana ha recogido los dolores de la Virgen y habla de los “siete dolores”. El primero, solo 40 días después del nacimiento de Jesús, la profecía de Simeón que habla de una espada que atravesará su corazón. El segundo dolor, se refiere a la huida a Egipto para salvar la vida de su hijo. El tercer dolor, esos tres días de angustia cuando el niño se quedó en el templo. El cuarto dolor, cuando Nuestra Señora se encuentra con Jesús en el camino al Calvario. El quinto dolor de Nuestra Señora es la muerte de Jesús, ver al Hijo allí, crucificado, desnudo, muriendo. El sexto dolor, el descenso de Jesús de la cruz, muerto, y lo toma en sus manos como lo había tomado en sus manos más de 30 años [antes] en Belén. El séptimo dolor es el entierro de Jesús. Y así, la piedad cristiana sigue este camino de Nuestra Señora que acompaña a Jesús. Es bueno para mí, por la tarde, cuando rezo del Ángelus, rezar estos siete dolores como recuerdo de la Madre de la Iglesia, cómo la Madre de la Iglesia con tanto dolor ha podido darnos a luz a todos.

La Virgen nunca pidió nada para sí misma, nunca. Sí, para los demás: pensemos en Caná, cuando va a hablar con Jesús. Nunca ha dicho: “Soy la Madre, mírenme: soy la Reina Madre”. Ella nunca dijo eso. No pidió algo importante para ella, en el colegio apostólico. Sólo acepta ser madre. Acompañó a Jesús como discípula, porque el Evangelio muestra que siguió a Jesús: con sus amigas, mujeres piadosas, seguía a Jesús, escuchaba a Jesús. Una vez que alguien la reconoció: “Ah, aquí está la madre”, “Tu madre está aquí” … Ella estaba siguiendo a Jesús. Hasta el Calvario. Y allí, de pie… la gente seguramente le decía: “Pero, pobre mujer, cómo va a sufrir”, y los malos seguramente dijeron: “Pero, ella también tiene la culpa, porque si lo hubiera educado bien esto no habría terminado así”. Allí estaba, con el Hijo, con la humillación del Hijo.
Honrar a la Virgen y decir: “Esta es mi Madre”, porque ella es la Madre. Y este es el título que recibió de Jesús, justo ahí, en el momento de la Cruz. Tus hijos, tú eres Madre. No la nombró primer ministro ni le dio títulos de “funcionalidad”. Solo “Madre”. Y luego, los Hechos de los Apóstoles la muestran en oración con los Apóstoles como una madre. Nuestra Señora no quiso quitarle ningún título a Jesús; recibió el don de ser su Madre y el deber de acompañarnos como Madre, de ser nuestra Madre. No pidió para sí misma ser cuasi-redentora o una co-redentora: no. El Redentor es uno solo y este título no se duplica. Sólo discípula y madre. Y así, como madre debemos pensar en ella, debemos buscarla, debemos rezarle. Ella es la Madre. En la Iglesia Madre. En la maternidad de la Virgen vemos la maternidad de la Iglesia que recibe a todos, buenos y malos: a todos.
Hoy nos hará bien detenernos un poco y pensar en el dolor y las penas de Nuestra Señora. Ella es nuestra madre. Y cómo los ha llevado, cómo los ha llevado bien, con fuerza, con llanto: no era un llanto falso, era precisamente su corazón destruido por el dolor. Nos hará bien detenernos un poco y decirle a Nuestra Señora: “Gracias por haber aceptado ser Madre cuando el Ángel te lo dijo, y gracias por haber aceptado ser Madre cuando Jesús te lo dijo”.
Finalmente, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a realizar la comunión espiritual. Aquí sigue la oración recitada por el Papa durante la misma.
Oración para la comunión espiritual

“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén”.
Antes de salir de la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se cantó la antigua antífona mariana Ave Regina Caelorum (Ave Reina del Cielo).
Semana Santa: Misa “en tiempo de pandemia” y oración especial para el Viernes Santo

Decretos de la Santa Sede
ABRIL 03, 2020 11:37ROSA DIE ALCOLEAIGLESIA CATÓLICA
(zenit – 3 abril 2020).- Este año, para el tiempo litúrgico de Semana Santa, el Vaticano ha propuesto la celebración de la Misa para el tiempo de la pandemia y una nueva intención universal para rezar durante la liturgia de la Pasión del Señor el Viernes Santo.
A través de la Congregación para el Culto Divino, la Santa Sede publicó el pasado 30 de marzo de 2020 dos decretos especiales en su página web después de haberlos enviado a los obispos de todo el mundo.
La celebración de la Pasión del Señor en el Viernes Santo tiene este año una característica particular por la terrible pandemia que afecta al mundo, sostiene el prefecto de la Congregación, el cardenal Robert Sarah, en el documento.
En efecto, el día en el que celebramos la pasión y muerte redentora de Jesucristo en la cruz, la Iglesia “eleva súplicas a Dios Padre omnipotente por toda la humanidad, particularmente por los que más sufren, mientras espera con fe el gozo de la resurrección de su Esposo”.
Súplicas de misericordia
Por tanto, la Congregación propone una intención para añadir en la Oración universal de la mencionada celebración, “a fin de que lleguen hasta Dios Padre las súplicas de quienes lo invocan en su tribulación, para que todos sientan en sus adversidades el gozo de su misericordia”.
Así, en el decreto sugieren para la oración universal: “Oremos también por todos los que sufren las consecuencias de la pandemia actual: para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto”.
Misa para el fin de la pandemia
Además, con un decreto especial, la Congregación para el Culto Divino, en nombre del Papa Francisco, ha dispuesto la celebración de una Misa “específicamente para implorar a Dios el fin de esta pandemia”.
Para ello, se rezará en la colecta: “Dios todopoderoso y eterno, refugio en todo peligro, vuelve tu mirada hacia nosotros que con fe te imploramos en la tribulación y concede el descanso eterno a los difuntos, el alivio a los que lloran, la salud a los enfermos, la paz a los que mueren, la fuerza a los trabajadores de la salud, el espíritu de sabiduría a los gobernantes y el ánimo de acercarse a todos con amor para glorificar juntos tu santo nombre”.

Del padre Raniero Cantalamessa
ABRIL 03, 2020 17:07LARISSA I. LÓPEZESPIRITUALIDAD Y ORACIÓN
(zenit – 3 abril 2020).- Bajo el tema general de “María, Madre de los creyentes”, el padre Raniero Cantalamessa ofreció al Papa y a la Curia Roma su cuarta y última predicación de Cuaresma, que fue grabada por el coronavirus.
Hoy, 3 de abril de 2020, el predicador de la Casa Pontificia dedicó su meditación cuaresmal al tema de la Madre de la Iglesia y de todos los creyentes, para concluir la contemplación de María en el misterio pascual. Esto lo hizo a partir de la palabra que Jesús dirige desde la cruz al discípulo amado (Jn 19, 26-27):
“’¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!’. Después dice al discípulo: ‘¡Ahí tienes a tu madre!’. Y desde aquel momento el discípulo la acogió como algo propio”, indicó el franciscano.
María, Madre nuestra
El padre Cantalamessa explicó que las expresiones “Madre de los creyentes”, o “Madre nuestra” hablan de una maternidad espiritual de la Virgen que “tiene una relación menos estrecha con la verdad central del credo”. Esto ocurre así porque que no se puede decir que el cristianismo lo haya mantenido “en todas partes, siempre y por todos”, sino que refleja la doctrina y la piedad de algunas Iglesias, en particular de la Iglesia católica, aunque no solo en ella.
“También la maternidad espiritual de María respecto de nosotros, análogamente a la física respecto de Jesús, se realiza a través de dos momentos y dos actos: concebir y dar a luz. María pasó a través de estos dos momentos: nos concibió y dio a luz espiritualmente”, describió.
Y agregó, “concibió, es decir, acogió en sí misma, cuando – quizá en el momento mismo de su llamada, en la Anunciación, y ciertamente después, a medida que Jesús avanzaba en su misión – empezó a descubrir que ese hijo suyo no era un hijo como los demás, una persona privada, sino que era el Mesías esperado, en torno al cual se estaba formando una comunidad”.
Ella nos da la luz “de nuevo”
Además, el teólogo considera que si el apóstol Pablo pudo decir a sus fieles: “’Yo los engendré para Cristo cuando les anuncié la Buena Noticia’ (1 Co 4, 15), ¡cuánto más puede decirlo María, que es la madre!”.
“¿Quién, más que ella, puede hacer suyas las palabras del Apóstol: ‘Hijitos míos, por quienes estoy sufriendo nuevamente los dolores del parto’ (Gal 4,19)? Ella nos da a luz ‘de nuevo’ al pie de la cruz, porque ya lo ha hecho una primera vez, no en el dolor, sino en la alegría, cuando dio al mundo justamente aquella ‘Palabra viva y eterna’, que es Cristo, en la cual fuimos regenerados”, explicó.
Síntesis del Concilio Vaticano II
El predicador pontificio aludió después a la doctrina tradicional católica de María, Madre de los cristianos, que recibió una nueva formulación en la constitución del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia. En ella se inserta en el cuadro más amplio respecto del lugar de María en la historia de la salvación y en el misterio de Cristo.
También apuntó que en la Constitución dogmática sobre la Lumen gentium se lee: “La misión maternal de María para con los hombres no oscurece ni disminuye en modo alguno esta mediación única de Cristo, antes bien sirve para demostrar su poder. Pues todo el influjo salvífico de la Santísima Virgen sobre los hombres no dimana de una necesidad ineludible, sino del divino beneplácito y de la superabundancia de los méritos de Cristo; se apoya en la mediación de éste, depende totalmente de ella y de la misma saca todo su poder. Y, lejos de impedir la unión inmediata de los creyentes con Cristo, la fomenta”.
“Y desde aquel momento el discípulo la acogió como algo propio”, señaló
María, modelo de esperanza
Antes de que finalizara esta contemplación de María en el misterio pascual, junto a la cruz, de acuerdo al citado medio vaticano, el padre Cantalamessa exhortó a dedicar un pensamiento de la Virgen como modelo de esperanza.
“Llega un momento en la vida en el cual nos es necesaria una fe y una esperanza como la de María. Esto pasa cuando parece que Dios ya no escucha nuestras oraciones, cuando se diría que se contradice a sí mismo y a sus promesas, cuando nos hace pasar de derrota en derrota y las fuerzas de las tinieblas parecen triunfar sobre todos los frentes alrededor de nosotros y se produce oscuridad dentro de nosotros, como se produjo oscuridad aquel día sobre el Calvario”, declaró en este sentido.
Humildad y escondimiento
A continuación, el franciscano resumió toda la participación de María en el Misterio Pascual, aplicando a ella, con las debidas diferencias, las palabras con las cuales san Pablo resumió el Misterio pascual de Cristo.
“María, aun siendo la Madre de Dios no consideró como un tesoro celoso su relación única con Dios, sino que se despojó a sí misma de toda pretensión, asumiendo el nombre de sierva y apareciendo en su exterior como cualquier otra mujer. Vivió en la humildad y en el escondimiento obedeciendo a Dios, hasta la muerte de su Hijo, y una muerte de cruz. Por esto Dios la exaltó y le dio el nombre que, después del de Jesús, está por encima todo otro nombre, para que al nombre de María toda cabeza se incline: en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame que María es la Madre del Señor, para gloria de Dios Padre. ¡Amén!”, finalizó.
PRENDIMIENTO DE JESÚS
— La traición de Judas. Perseverancia en el camino que Dios ha señalado a cada uno. La fidelidad diaria en lo pequeño.
— El pecado en la vida del cristiano. Volver de nuevo al Señor mediante la contrición, y con esperanza.
— La huida de los discípulos. Necesidad de la oración.
I. Terminada su oración en el Huerto de Getsemaní, se levantó el Señor del suelo y despertó una vez más a sus discípulos, adormilados de cansancio y de tristeza. Levantaos, vamos –les dice–; ya llega el que me va a entregar. Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los doce, acompañado de un gran gentío con espadas y palos1.
Se consuma la traición con una muestra de amistad: Se acercó a Jesús y dijo: Salve, Rabí; y le besó2. Nos parece imposible que un hombre que ha conocido tanto a Cristo pueda ser capaz de entregarlo. ¿Qué pasó en el alma de Judas? Porque él estuvo presente en muchos milagros y conoció de cerca la bondad del corazón del Señor para con todos, y se sintió atraído por su palabra y, sobre todo, experimentó la predilección de Jesús llegando a ser uno de los Doce más íntimos. Fue elegido y llamado para ser Apóstol por el mismo Señor. Después de la Ascensión, cuando fue necesario cubrir su vacante, Pedro recordará que era contado entre nosotros, habiendo tenido parte en nuestro ministerio3. También fue enviado a predicar, y vería el fruto copioso de su apostolado; quizá hizo milagros como los demás. Y mantendría diálogos íntimos y personales con el Maestro, como el resto de los Apóstoles. ¿Qué ha pasado en su alma para que ahora traicione al Señor por treinta monedas de plata?
La traición de esta noche debió tener una larga historia. Desde tiempos antes se hallaba ya distante de Cristo, aunque estuviera en su compañía. Permanecía normal en lo externo, pero su ánimo estaba lejos. La ruptura con el Maestro, el resquebrajamiento de su fe y de su vocación, debió producirse poco a poco, cediendo cada vez en cosas más importantes. Hay un momento en que protesta porque le parecen «excesivos» los detalles de cariño que otros tienen con el Señor, y encima su protesta la disfraza de «amor a los pobres». Pero San Juan nos dice la verdadera razón: era ladrón y, como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella4.
Permitió que su amor al Señor se fuera enfriando, y ya solo quedó un mero seguimiento externo, de cara a los demás. Su vida de entrega amorosa a Dios se convirtió en una farsa; más de una vez consideraría que hubiera sido mejor no haber seguido al Señor.
Ahora ya no se acuerda de los milagros, de las curaciones, de sus momentos felices junto al Maestro, de su amistad con el resto de los Apóstoles. Ahora es un hombre desorientado, descentrado, capaz de cometer culpablemente la locura que acaba de hacer. El acto que ahora se consuma ha sido ya precedido por infidelidades y faltas de lealtad cada vez mayores. Este es el resultado último de un largo proceso interior.
Por contraste, la perseverancia es la fidelidad diaria en lo pequeño; se apoya en la humildad de recomenzar de nuevo cuando por fragilidad hubo algún descamino. «Una casa no se hunde por un impulso momentáneo. Las más de las veces es a causa de un viejo defecto de construcción. En ocasiones es la prolongada desidia de sus moradores lo que motiva la penetración del agua. Al principio se infiltra gota a gota y va insensiblemente carcomiendo el maderaje y pudriendo el armazón. Con el tiempo el pequeño orificio va tomando mayores proporciones, originándose grietas y desplomes considerables. Al final, la lluvia penetra a torrentes»5.
Perseverar en la propia vocación es responder a las sucesivas llamadas que el Señor hace a lo largo de una vida, aunque no falten obstáculos y dificultades y, a veces, errores aislados, cobardías y derrotas.
Mientras contemplamos estas escenas de la Pasión hacemos examen sobre la fidelidad en lo pequeño a la propia vocación. ¿Se insinúa en algún aspecto como una doble vida? ¿Soy fiel a los deberes del propio estado? ¿Cuido el trato sincero con el Señor? ¿Evito el aburguesamiento y el apego a los bienes materiales –a las «treinta monedas de plata»–?
II. «Tampoco perdió el Señor la ocasión para hacer el bien a quien le hacía mal. Después de haber besado sinceramente a Judas, le amonestó, no con la dureza que merecía, sino con la suavidad con que se trata a un enfermo. Le llamó por su nombre, que es señal de amistad... Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre? (Lc 22, 48). ¿Con muestras de paz me haces la guerra? Y aún, para moverle más a que reconociera su culpa, le hizo otra pregunta llena de amor: Amigo, ¿a qué has venido? (Mt 26, 50). Amigo, es mayor la injuria que me haces porque has sido amigo, más duele el daño que me haces. Porque si fuera un enemigo el que me maldijera, lo soportaría..., pero tú, amigo mío, mi amigo íntimo, con quien me unía un amigable trato... (Sal 54, 13). Amigo, que lo has sido y lo debías ser; por Mí puedes serlo de nuevo. Yo estoy dispuesto a serlo tuyo. Amigo, aunque tú no me quieres, Yo sí. Amigo, ¿por qué haces esto, a qué has venido?»6.
La traición se consuma en el cristiano por el pecado mortal. Todo pecado, incluso el venial, está relacionado íntima y misteriosamente con la Pasión del Señor. Nuestra vida es afirmación o negación de Cristo. Pero Él está dispuesto a admitirnos siempre en su amistad, aun después de las mayores infamias. Judas rechazó la mano que le tendió el Señor. Su vida, sin Jesús, quedó rota y sin sentido.
Después de entregarle, Judas debió de seguir con profundo desasosiego las incidencias del proceso contra Jesús. ¿En qué acabaría todo aquello? Pronto se enteró de que los príncipes de los sacerdotes habían dictado sentencia de muerte. Quizá nunca esperó una pena de tal gravedad, quizá vio al Maestro maltratado... Lo cierto es que viendo a Jesús sentenciado, arrepentido de lo hecho, restituyó las treinta monedas de plata. Se arrepintió de su locura, pero le faltó ejercitar la virtud de la esperanza –que podría alcanzar el perdón– y la humildad para volver a Cristo. Podía haber sido uno de los doce fundamentos de la Iglesia a pesar de la enormidad de su culpa, si hubiera pedido perdón a Dios.
El Señor nos espera, a pesar de nuestros pecados y fallos, en la oración confiada y en la Confesión. «El que antes de la culpa nos prohibió pecar, una vez aquella cometida, no cesa de esperarnos para concedernos su perdón. Ved que nos llama el mismo a quien despreciamos. Nos separamos de Él, mas Él no se separa de nosotros»7.
Por muy grandes que puedan ser nuestros pecados, el Señor nos espera siempre para perdonar, y cuenta con la flaqueza humana, los defectos y las equivocaciones. Está siempre dispuesto a volver a llamarnos amigo, a darnos las gracias necesarias para salir adelante, si hay sinceridad de vida y deseos de lucha. Ante el aparente fracaso de muchas tentativas debemos recordar que Dios no pide tanto el éxito, como la humildad de recomenzar sin dejarse llevar por el desaliento y el pesimismo, poniendo en práctica la virtud teologal de la esperanza.
III. Emociona contemplar en esta escena a Jesús pendiente de sus discípulos, cuando era Él quien corría peligro: si me buscáis a mí, dice a quienes acompañaban a Judas, dejad marchar a estos8. El Señor cuida de los suyos.
Entonces apresaron a Jesús y le condujeron a casa del Sumo Sacerdote9. San Juan dice que le ataron10. Y lo harían sin consideración alguna, con violencia. Aquella chusma le va empujando en medio de un vocerío descortés e insultante. Los discípulos, asustados y desconcertados, se olvidan de sus promesas de fidelidad en aquella memorable Cena, y abandonándole, huyeron todos11.
Jesús se queda solo. Los discípulos han ido desapareciendo uno tras otro. «El Señor fue flagelado, y nadie le ayudó; fue afeado con salivas, y nadie le amparó; fue coronado de espinas, y nadie le protegió; fue crucificado, y nadie le desclavó»12. Se encuentra solo ante todos los pecados y bajezas de todos los tiempos. Allí estaban también los nuestros.
Pedro le seguía de lejos13. Y de lejos, como comprendería pronto Pedro después de sus negaciones, no se puede seguir a Jesús. También nosotros lo sabemos. O se sigue al Señor de cerca o se le acaba negando. «Solo nos falta cambiar un pronombre en la breve frase evangélica para descubrir el origen de nuestras propias defecciones: faltas leves o caídas graves, relajamiento pasajero o largos períodos de tibieza, Sequebatur eum a longe: nosotros le seguíamos de lejos (...). La Humanidad sigue a Cristo con desesperante parsimonia, porque hay demasiados cristianos que solo siguen a Jesús de lejos, desde muy lejos»14.
Pero ahora le aseguramos que queremos seguirle de cerca; queremos permanecer con Él, no dejarle solo. También en los momentos y en los ambientes en los que no es popular declararse discípulo suyo. Queremos seguirle de cerca en medio del trabajo y del estudio, cuando vamos por la calle y cuando estamos en el templo, en la familia, en medio de una sana diversión. Pero sabemos que por nosotros mismos nada podemos; con nuestra oración diaria, sí.
Quizá alguno de los discípulos fue en busca de la Santísima Virgen y le contó que se habían llevado a su Hijo. Y Ella, a pesar de su inmenso dolor, les dio paz en aquellas horas amargas. También nosotros hallaremos refugio en ella –Refugium peccatorum–, si a pesar de nuestros buenos deseos nos ha faltado valentía para dar la cara por el Señor cuando Él contaba con nosotros. En Ella encontramos las fuerzas necesarias para permanecer junto al Señor en los momentos difíciles, con afanes de desagravio y de corredención.
1 Mt 26, 46-47. — 2 Mt 26, 49. — 3 Hech 1, 17. — 4 Jn 12, 6. — 5 Casiano, Colaciones, 6. — 6 L. de la Palma, La Pasión del Señor, pp. 59-60. — 7 San Gregorio Magno, Hom. 34 sobre los Evangelios. — 8 Jn 18, 8. — 9 Lc 22, 54. — 10 Jn 18, 12. — 11 Mc 14, 50. — 12 San Agustín, Comentario al Salmo 21, 2, 8. — 13 Lc 22, 54. — 14 G. Chevrot, Simón Pedro, Rialp, 14ª ed., Madrid 1982, pp. 242-243.
“Todo está cumplido”
Admira la reciedumbre de Santa María: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano –no hay dolor como su dolor–, llena de fortaleza. Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz. (Camino, 508)
4 de abril
En la parte alta de la Cruz está escrita la causa de la condena: Jesús Nazareno Rey de los judíos (Ioh XIX,19). Y todos los que pasan por allí, le injurian y se mofan de Él.
–Si es el rey de Israel, baje ahora de la cruz (Mt XXVII, 42).
Uno de los ladrones sale en su defensa:
–Este ningún mal ha hecho... (Lc XXIII,41).
Luego dirige a Jesús una petición humilde, llena de fe:
–Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino (Lc XXIII,42).
–En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso (Lc XXIII,43).
Junto a la Cruz está su Madre, María, con otras santas mujeres. Jesús la mira, y mira después al discípulo que el ama, y dice a su Madre:
–Mujer, ahí tienes a tu hijo
Luego dice al discípulo:
–Ahí tienes a tu madre (Ioh XIX, 26–27).
Se apaga la luminaria del cielo, y la tierra queda sumida en tinieblas. Son cerca de las tres, cuando Jesús exclama:
–Elí, Elí, lamma sabachtani?! Esto es: Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Mt XXVII,46).
Después, sabiendo que todas las cosas están a punto de ser consumadas, para que se cumpla la Escritura, dice:
–Tengo sed (Ioh XIX,28).
Los soldados empapan en vinagre una esponja, y poniéndola en una caña de hisopo se la acercan a la boca. Jesús sorbe el vinagre, y exclama:
–Todo está cumplido (Ioh XIX,30).
El velo del templo se rasga, y tiembla la tierra, cuando clama el Señor con una gran voz:
–Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Lc XXIII,46).
Y expira.
Ama el sacrificio, que es fuente de vida interior. Ama la Cruz, que es altar del sacrificio. Ama el dolor, hasta beber, como Cristo, las heces del cáliz. (Via Crucis, XII estación)
Audio meditación del Prelado: Unidos en la Última Cena
Publicamos el primer audio de una serie de cuatro. En ellos, Mons. Fernando Ocáriz reflexiona sobre la Pasión del Señor.
HOMILÍAS03/04/2020
Audio y transcripción de la meditación de Mons. Fernando Ocáriz: Unidos en la Última Cena
Estamos ya cerca de la Semana Santa y se nos va haciendo como más espontáneo meditar en la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor; momentos centrales de la historia, que iluminan nuestra fe y nuestra vida.
Desde Roma, resulta fácil recorrer con la oración todos los países, cada centro, cada una de vuestras casas, sobre todo donde ahora hay que vivir un tiempo de confinamiento más estricto por la pandemia del coronavirus.
Este pensamiento y esta oración van especialmente a todos los enfermos y a quienes los cuidan. En estos momentos, podemos acompañar al Señor en la Pasión desde la cama de un hospital o desde nuestras casas. La cruz es un misterio, pero si, como Cristo y con Cristo, la abrazamos, es luz y fuerza para cada uno y para darlas a los demás.
Todos esperamos y rezamos con paciencia que termine esta pandemia. En estas circunstancias nos ayuda especialmente actualizar la fe en el amor de Dios por nosotros, y corresponder a ese amor también con el servicio a los demás.
Como os recordaba hace no mucho en una carta, la comunión de los santos nos lleva a hacer propio todo lo que afecta a los demás, porque en verdad podemos repetir, con aquellas palabras de san Pablo, que “si un miembro sufre, todos sufren con él” (1 Cor 12, 26). Señor, Madre nuestra, ayúdanos a que sea así.
RECEMOS TAMBIÉN PARA QUE LAS CONSECUENCIAS SOCIALES Y ECONÓMICAS DE ESTA CRISIS SEAN LO MÁS LEVES POSIBLES
El pasado domingo, el Papa decía que “a la pandemia del virus queremos responder con la universalidad de la oración, de la compasión, de la ternura. Permanezcamos unidos. Hagamos sentir nuestra cercanía a las personas más solas y más probadas”. Recemos por los afectados por el virus. Recemos también para que las consecuencias sociales y económicas de esta crisis sean lo más leves posibles: pensemos en tantas familias preocupadas por su futuro, en la inquietud de tantos trabajadores, en los temores de tantos empresarios. Hará falta unidad, esperanza, generosidad y sacrificio.
El Señor en la Última Cena, nos dijo: “En el mundo tendréis sufrimientos, pero confiad: yo he vencido al mundo”. Con esta confianza, nos preparamos para el Triduo Pascual, que este año en muchos países del mundo se celebrará en iglesias vacías, pero que muchos fieles las llenarán con su mente y su corazón, siguiéndolas a través de los medios de comunicación. El Señor ha vencido, nada ni nadie debe desalentarnos; es más, su victoria nos anima a renovar la lucha con esperanza.
Mientras nos acercamos al Jueves Santo, en que celebraremos la institución de la Eucaristía, emociona leer las palabras de Jesús, en el Evangelio de san Juan:
“Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” (Jn 13,1).
Vayamos con la imaginación al Cenáculo de Jerusalén, para contemplar la gran demostración de amor que nos da el Señor.
Nuestro Dios es siempre cercano. Pero en la Eucaristía se nos entrega con su cuerpo, con su sangre, con su alma, con su divinidad. Nadie está excluido de este amor. Jesús nos ha amado “hasta el extremo”.
En ese amor hasta el extremo, el Señor ha querido cargar con los pecados de toda la humanidad, para volvernos a la amistad con Dios Padre.
El Jueves Santo recordaremos el momento en el que el Señor instituyó la Eucaristía, el sacrificio sacramental de nuestra redención. Es un día en el que tradicionalmente tantos cristianos manifiestan de muchos modos su adoración y cariño a Jesús Sacramentado.
Sin embargo, el Jueves Santo de este año tiene un sabor distinto. Todos desearíamos estar en la vela ante el Santísimo… Sobre todo, quienes lleváis tiempo sin poder recibir al Señor en la Eucaristía, procurad vivir la Comunión espiritual con la seguridad de que el Señor está con vosotros.
JESÚS: QUEREMOS HACER MEMORIA, Y AGRADECERTE POR CADA UNA DE LAS VECES QUE TE HEMOS RECIBIDO
Estamos ante una ocasión única y distinta en la que, con la ayuda de Dios, podemos crecer en amor por Jesús-Eucaristía, por la Misa, de un modo nuevo.
Jesús: queremos hacer memoria, y agradecerte por cada una de las veces que te hemos recibido en la Comunión. Aun teniéndote siempre cerca, notar la ausencia de tu presencia sacramental servirá para aumentar el deseo de volver a recibirte cuando sea posible.
San Josemaría ha enseñado a miles de personas esta oración que aprendió de un religioso escolapio: “Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos”.
Puede ser una buena preparación para el Jueves Santo, rezarla con cariño: “Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos”.
La participación en el Sacrificio Eucarístico no es solo el recuerdo de algo del pasado; la Misa es la actualización sacramental del sacrificio del Calvario, la entrega del Señor por nosotros anticipada en la Última Cena. “Haced esto en memoria mía” (Lc 22,19).
San Juan Pablo II escribió que el sacrificio de la Cruz “es tan decisivo para la salvación del género humano, que Jesucristo lo ha realizado y ha vuelto al Padre sólo después de habernos dejado el medio para participar de él, como si hubiésemos estado presentes”.
La Iglesia hace sacramentalmente presente la pasión y la muerte de Cristo en cada celebración eucarística. Ninguna misa es “privada”. Toda misa es “universal”, porque cada Misa es de Cristo y, con Él, está su Cuerpo, que es la Iglesia. Y la Iglesia es cada uno de los bautizados: somos cada uno de nosotros.
Por eso, ante la imposibilidad de asistir a Misa en estos días, tened la seguridad de en cada Eucaristía que celebran los sacerdotes sin asistencia de pueblo, estamos todos presentes. Como explicaba san Josemaría, “Cuando celebro la Santa Misa con la sola participación del que me ayuda, también hay allí pueblo. Siento junto a mí a todos los católicos, a todos los creyentes y también a los que no creen. Están presentes todas las criaturas de Dios -la tierra y el cielo y el mar, y los animales y las plantas-, dando gloria al Señor la Creación entera”[1].
Tened mucha confianza en la fuerza que nos sigue llegando a todos por la celebración del sacrificio eucarístico, también a los que no podéis estar presentes. Los sacerdotes queremos llevar a cada misa a todos nuestros hermanos y hermanas, a todos nuestros parientes y amigos, a toda la Iglesia, a toda la humanidad, de modo muy particular a los enfermos y a quienes están solos.
Gracias, Señor, por la Eucaristía, por la Misa. Nos viene a la memoria la imagen del Santo Padre bendiciendo a la humanidad con la Custodia en sus manos, asomado al colonnato de la plaza de San Pedro. Gracias por la Eucaristía, Señor. Y gracias por el sacerdocio, que ha perpetuado este amor tuyo en el tiempo. Recemos mucho por los sacerdotes.
[1] Homilía “Sacerdote para la eternidad”.
Music: Beethoven Piano Concert n.5 - 2nd Movement (by @alvarosiviero, Alvaro Siviero)
¡Ay, qué paciencia…!
La vida está llena de pequeños momentos. Y normalmente los pasamos en el trabajo, en la calle, de mil maneras. Ahora, con la casa a cuestas y la familia dentro, la paciencia adquiere una dimensión propia, continua. El papa Francisco, en numerosas audiencias y escritos, nos ha dejado una buena colección de ideas sobre esta pequeña pero necesaria virtud.
DE LA IGLESIA Y DEL PAPA02/04/2020

1.La paciencia es soportar, llevar a los hombros las cosas no agradables de la vida. También las pruebas; es capacidad de dialogar con los límites. Audiencia, 12 febrero 2018
2. Los padres deben ser pacientes. Muchas veces no hay otra cosa que hacer más que esperar; rezar y esperar con paciencia, dulzura, magnanimidad y misericordia. Audiencia, 4 febrero 2015
3. Incluso en las mejores familias hay que soportarse, y se necesita mucha paciencia para soportarse. Pero la vida es así. La vida no se construye en un laboratorio, se hace en la realidad. Audiencia, 20 mayo 2015


4. Los seres humanos, por muy diferentes que sean unos de otros, han sido creados para vivir juntos. Ante los contrastes, paciencia: un día descubrirás que cada uno es depositario de un trozo de verdad. Audiencia, 20 septiembre 2017
5. El cristiano no está hecho para el tedio; en todo caso, para la paciencia. Sabe que también en la monotonía de ciertos días siempre iguales se esconde un misterio de gracia. Audiencia, 11 octubre 2017
6. Todos sabemos que no hay una familia perfecta, tampoco un esposo perfecto o una esposa perfecta. Por supuesto, ni siquiera hablaríamos de una suegra perfecta. Audiencia con parejas de novios, 14 febrero 2014

7. La paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también tiene derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es. Amoris Laetitia, 92
8. Si no cultivamos la paciencia, siempre tendremos excusas para responder con ira, y finalmente nos convertiremos en personas que no saben convivir, antisociales, incapaces de postergar los impulsos, y la familia se volverá un campo de batalla. Amoris Laetitia, 92

9. Sólo un pequeño gesto, algo pequeño, y vuelve la armonía familiar. Basta una caricia, sin palabras. Pero nunca terminar el día en familia sin hacer las paces. Amoris Laetitia, 104
10. Darse tiempo, tiempo de calidad, que consiste en escuchar con paciencia y atención, hasta que el otro haya expresado todo lo que necesitaba. Amoris Laetitia, 137
11. Hay que enseñar con paciencia a los hijos a tratarse como hermanos. Ese aprendizaje, a veces costoso, es una verdadera escuela de sociabilidad. Amoris Laetitia, 195

12. La convivencia es un arte, un camino paciente, hermoso y fascinante y tiene unas reglas que se pueden resumir en tres palabras: ¿Puedo? Gracias. Perdona. Audiencia con parejas de novios, 14 febrero 2014
13. Nos hará bien pensar que nosotros tenemos un Padre que es paciente con nosotros. Audiencia, 12 febrero 2018
13. Nos hará bien pensar que nosotros tenemos un Padre que es paciente con nosotros. Audiencia, 12 febrero 2018
Las siguientes historias muestran cómo, aunque estemos limitados físicamente, la creatividad y la pasión por el bien pueden traspasar muros e incluso océanos, y no saben de confinamientos.
EN PRIMERA PERSONA03/04/2020
Una recién licenciada -a la que el coronavirus sorprendió mientras daba sus primeros pasos en el mundo profesional- compartía el otro día a varias amigas su reflexión sobre los tiempos que estamos viviendo, marcados para muchos de nosotros por la obligación de estar en casa sin poder movernos.
Les decía: “Nuestro tesoro lo llevamos dentro de nosotros, y no puede encerrarse entre cuatro paredes”. Fernando Ocáriz nos ha invitado, al poco de ser elegido como prelado del Opus Dei, a poner en juego la “imaginación de la caridad”.
Las siguientes historias muestran cómo, aunque estemos limitados físicamente, la creatividad y la pasión por el bien pueden traspasar muros e incluso océanos, y no saben de confinamientos.
1. #TiempoEntreCosturas

Tucha recuperó su máquina de coser.
Tucha vive en Rivera, una ciudad al norte de Uruguay. Hace pocos días recibió un mensaje de WhatsApp de una amiga. Aunque en ese momento todavía no había casos de coronavirus en la zona, el Ministerio de Salud Pública pedía la ayuda de voluntarios para coser sobretúnicas para el personal de salud, previendo que quizá harían falta más de los que podrían llegar a conseguir.
Aunque hacía varios años que no usaba su máquina de coser, decidió ofrecerse. Una doctora llevó a su casa la tela TNT celeste, elástico para los puños y un modelo. Esa visita fue una sorpresa: “Era la pediatra que atendió a mis seis hijos, ¡que hacía mucho tiempo que no veía!”. La médico le aseguró que había reconocido su voz cuando llamó para sumarse como voluntaria.
EL MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA PEDÍA LA AYUDA DE VOLUNTARIOS PARA COSER SOBRETÚNICAS
Ya con todo el material, intentó prender su máquina de coser, que había estado mucho tiempo guardada. Sin embargo, no funcionaba. La correa estaba rota y el motor se recalentaba, incluso podía ver chispas adentro. Miguel, su esposo, se sumó a la misión. Desarmó la máquina, arregló el motor e hizo una correa nueva con cuero que tenían en la casa. Quedó perfecta. Tucha comenzó a coser y, cuando terminó la primera sobretúnica, le pidió a su esposo que se la probara para comprobar que estaba bien. Trabajo en equipo.
Después de pasar horas entre costuras, Tucha comparte sus impresiones: “Todo el trabajo era nuevo y estaba muy nerviosa. Cada paso en la confección de la túnica era como una montaña delante de mí, pero pensaba en Jesús y se lo regalaba a Él. También le pedía ayuda a mi Ángel. Además, pensaba en san Josemaría, quien nos enseña que de pequeñas cositas podemos hacer algo grande, ¡y de esa manera irnos haciendo santos!”.
2. #TodoSaldraBien
Sin movernos de Uruguay, María José ofrecía recientemente una entrevista a un canal de noticias de su país, en la que explicaba una iniciativa que ha iniciado con colegas psicólogos y psiquiatras para estos días en los que hay que permanecer en casa: un servicio telefónico en el que profesionales de la salud mental ofrecen sus servicios de forma gratuita para ayudar a quienes el aislamiento se les vuelve difícil.
María José está casada y tiene cuatro hijos. Dentro de su profesión, se ha especializado en psicología positiva y terapia familiar. Dirige la Asociación Jóvenes Fuertes, que promueve la formación de niños y jóvenes a través del desarrollo de virtudes, fortalezas de personalidad y habilidades. Otra de sus iniciativas, junto a una amiga, fue desarrollar audios que se emiten por podcast en Spotify sobre psicología positiva. El proyecto se llama “Sé feliz, deja huella” y en estos días incluye episodios como “Desafío familiar para llevar adelante el coronavirus” y “Ansiedad en tiempos de incertidumbre”.
Durante la entrevista televisiva mencionada antes, dio algunos consejos para afrontar la situación de pasar varios días sin salir de casa. Explicó que es normal que durante este momento haya un aumento de la ansiedad y el malestar, pero aseguró que lo importante es “no focalizarse en eso”, sino “desarrollar pautas de salud”. Mencionó la relevancia de tener un horario y de buscar actividades que nos ayuden a centrarnos en algo concreto, como pueden ser el ejercicio o el participar de los servicios religiosos online.
ES IMPORTANTE LA APERTURA AL OTRO, HACER UN LLAMADITO, MANDAR UN MENSAJE
Explicó la importancia de encontrar la manera de estar cerca, aunque sea a la distancia, en especial con los que viven solos: “Se están viendo hoy en día iniciativas preciosas de ayudas solidarias. Esto hace bien a muchas personas y hace muy bien al que ayuda. Entonces, es importante la apertura al otro, hacer un llamadito, mandar un mensaje, estar atentos al cuidado de los demás. Descentrarme de que yo estoy pasando mal, para ver que hay otras personas que también están pasando mal y que también necesitan de mi ayuda. Cuidarme y cuidar a otros”.
Gaby y Marie tuvieron una idea parecida a la de María José, dirigida a gente joven. Las dos viven en Nueva York, donde la pandemia está siendo particularmente agresiva. En cuanto el gobierno de Estados Unidos decretó el aislamiento para la ciudad, sus neuronas empezaron a darle vueltas a qué hacer para difundir contenidos útiles y positivos en lengua inglesa. Así nació la serie de podcasts “Corona: use it; don’t lose it” (algo así como, “Corona: ¡aprovéchalo!”), sobre cómo hacer rendir al máximo la situación única provocada por el brote de coronavirus. En los diferentes capítulos dan voz a estudiantes de diferentes puntos del país que comparten sus consejos: cultivar las amistades, aprovechar para leer, cómo adaptarse el nuevo ritmo de clases online, o cómo mantener el buen humor y la motivación.
3. #CartasDelAlma #CartasCovid
Verónica, coordinadora de la ONG Impulso Social de Argentina, cuenta cómo el deseo de ayudar a los afectados por la pandemia se activó en numerosas jóvenes voluntarias que suelen participar en sus actividades pero, ¿cómo dar una mano sin poder salir prácticamente de casa? En un primer momento, las animaron a “impulsarse” en sus propias casas y así algunas se pusieron a cocinar, a ayudar a los hermanos con la tarea, a mantener el buen ánimo familiar… Pero su afán de dar una mano iba más allá y, de nuevo, la tecnología fue la gran aliada.
La madre de una de las voluntarias les compartió una iniciativa que había arrancado en España -donde la pandemia llegó semanas antes y de forma agresiva-. Contactaron con la cirujano Cristina Marin Campos, que trabaja en el Hospital de La Princesa en Madrid y ha empezado la campaña “Carta con alma”, a través de la cual el personal sanitario se compromete a hacer llegar a los pacientes ingresados por COVID-19 cartas de ánimo que se envíen a varias direcciones de mail que se han creado para ello.
Muchas estudiantes que colaboran con Impulso Social se sumaron desde diferentes ciudades de Argentina para escribir cartas. En ellas cuentan quiénes son, dan ánimo a los enfermos y, quien quiera, deja su mail para que puedan responderles. De este modo, acompañan a quienes están más aislados y sus misivas, llenas de cariño, crucen el “charco”, pasando de un lado a otro del Atlántico. Según afirma Verónica, “Impulso Social está jugando un papel muy importante en esta cuarentena, especialmente entre las familias. Antes trabajábamos más con cada voluntaria, pero ahora al estar todos en la misma casa, se están involucrando todos los miembros de la familia. Cuando empezamos la iniciativa de las cartas, muchas nos preguntaron: ¿pueden participar mi papá, mi mamá, mi hermana? Es algo bueno que nos va a dejar esta situación, pues en futuros casos de necesidad más gente se sumará a ayudar”. Se puede saber más sobre la ONG y sobre esta propuesta en su cuenta de Instagram.

Otra actividad similar se ha puesto en marcha en Monterrey (México), donde un grupo de estudiantes universitarias y jóvenes profesionales ha creado la cuenta @apadrinaonline, con el fin de acompañar desde su “trinchera” a los afectados por el COVID19 a través de la oración, mensajes de aliento y presencia virtual. Además de enviar cartas a los enfermos, se ofrecen a acompañar a agentes sanitarios rezando por ellos, enviándoles mensajes e incluso algún detalle a través de mensajerías a domicilio. También se ocupan de atender a personas mayores, a la que llaman por teléfono. En una semana, han escrito cartas a 14 pacientes, han “apadrinado” a 218 empleados del sector de la salud y han hecho compañía a 326 enfermos o ancianos.
Comentario al Evangelio: Entrada en Jerusalén
Evangelio del Domingo de Ramos (Ciclo A) y comentario al evangelio de la Misa.
VIDA CRISTIANA
Evangelio (Mt 21,1-11)
Al acercarse a Jerusalén y llegar a Betfagé, junto al Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:
— Id a la aldea que tenéis enfrente y encontraréis enseguida un asna atada, con un borrico al lado; desatadlos y traédmelos. Si alguien os dice algo, le responderéis que el Señor los necesita y que enseguida los devolverá.
Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por medio del Profeta:
Decid a la hija de Sión:
“Mira, tu Rey viene hacia ti
con mansedumbre, sentado sobre un asna,
sobre un borrico, hijo de animal de carga”.
Los discípulos marcharon e hicieron como Jesús les había ordenado. Trajeron el asna y el borrico, pusieron sobre ellos los mantos y él se montó encima. Una gran multitud extendió sus propios mantos por el camino; otros cortaban ramas de árboles y las echaban por el camino. Las multitudes que iban delante de él y las que seguían detrás gritaban diciendo:
— ¡Hosanna al Hijo de David!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Hosanna en las alturas!
Al entrar en Jerusalén, se conmovió toda la ciudad y se preguntaban:
— ¿Quién es éste?
— Éste es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea — decía la multitud.
Comentario
En esta escena se cumple lo escrito por el profeta Zacarías: “Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, hija de Jerusalén, mira, tu rey viene hacia ti, es justo y victorioso, montado sobre un asno, sobre un borrico, cría de asna” (Za 9,9). Es un rey de paz revestido de sencillez.
Este maravilloso pasaje del Evangelio habla con delicadeza de la humildad de Jesús, virtud que es inseparable del reconocimiento abierto de la verdad. No llega montado en un corcel brioso, sino en un asno modesto y tranquilo. Ahora bien, ¡es Rey!, y su dominio se extiende hasta los confines de la tierra (cf. Za 9,10). Lo que en las palabras del profeta sólo se vislumbraba como algo misterioso, se cumple plenamente en Jesús. Jesús es rey, y por eso entra así en Jerusalén, pero sin violencia, sin proclamar una insurrección contra los ejércitos romanos. Su autoridad brota de la sencillez, de la paz de Dios, la única fuente del poder salvador. San Josemaría, en una homilía sobre este pasaje señala que “cuando se acerca el momento de su Pasión, y Jesús quiere mostrar de un modo gráfico su realeza, entra triunfalmente en Jerusalén, ¡montado en un borrico!”[1].
El beato Álvaro del Portillo rememoraba que san Josemaría “nos habló muchas veces de aquel pobre jumento, instrumento del triunfo de Jesús, en el que veía retratados a todos los cristianos que mediante un trabajo profesional bien hecho, realizado cara a Dios, procuran hacer presente a Cristo entre sus compañeros y amigos, llevándole en su vida y en sus obras por pueblos y ciudades, para que solo Dios sea glorificado”[2]. Y, continuando con sus recuerdos, hacía notar que “para que el borrico pudiera llevar al Señor (…) tuvo que ir un alma de apóstol a desatarlo del pesebre. Así nosotros debemos ir hacia esas almas que nos rodean, y que están esperando una mano de apóstol (…) que los desate del pesebre de las cosas mundanas, para que sean trono del Señor”[3].
Más adelante, el beato Álvaro hacía notar que “el Evangelio no nos dice el nombre de esos dos discípulos a quienes Jesús encargó que fueran a desatar al borrico, pero precisa en cambio que cumplieron con exactitud el mandato del Señor (…). La docilidad de estos hombres para atenerse exactamente a lo que se les había encargado, fue un requisito previo a la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén, preludio a su vez del triunfo definitivo sobre el pecado que habría de obtener a los pocos días en el altar de la Cruz”[4].
“Una gran multitud extendió sus propios mantos por el camino” por donde había de pasar Jesús (v. 8) como gesto de entronización, propio de la dinastía davídica (cf. 2 R 9,13). También le daban la bienvenida con ramas de árboles mientras lo aclamaban con unas palabras del Salmo 118 que lo proclamaban como Mesías: “Bendito el que viene en Nombre del Señor” (Ps 118,26), a las que añadían un grito: “Hosanna”, que significa: “¡sálvanos! ¡ayúdanos!”. Su aclamación suena como alabanza jubilosa y explosión de esperanza en la pronta instauración del reino de David y, con esto, en la ansiada redención de Israel.
El Catecismo de la Iglesia Católica sintetiza así lo que hoy leemos en el Evangelio: “En el tiempo establecido, Jesús decide subir a Jerusalén para sufrir su Pasión, morir y resucitar. Como Rey-Mesías que manifiesta la venida del Reino, entra en la ciudad montado sobre un asno; y es acogido por los pequeños, cuya aclamación es recogida por el Sanctus de la Misa: ‘¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna! (¡sálvanos!)’ (Mt 21, 9). Con la celebración de esta entrada en Jerusalén la liturgia de la Iglesia da inicio cada año a la Semana Santa”[5].
[1] San Josemaría, Amigos de Dios, n. 103
[2] Beato Álvaro del Portillo, Carta 1 de abril de 1992.
[3] San Josemaría, Notas de una conversación, 30-III-1947 (AGP, biblioteca, P01, IX-1982, p. 56) citado en Ibidem.
[4] Beato Álvaro del Portillo, Carta 1 de abril de 1992.
[5] Catecismo de la Iglesia Católica, n. 111.[1] San Josemaría, Amigos de Dios, n. 103
[2] Beato Álvaro del Portillo, Carta 1 de abril de 1992.
[3] San Josemaría, Notas de una conversación, 30-III-1947 (AGP, biblioteca, P01, IX-1982, p. 56) citado en Ibidem.
[4] Beato Álvaro del Portillo, Carta 1 de abril de 1992.
[5] Catecismo de la Iglesia Católica, n. 111.
Domingo de Ramos de la Pasión del Señor.
Mt 26,14-27,66.
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Meditar la pasión de Cristo es siempre una llamada a la profunda conversión del Corazón. Tiene una fuerza única. Es capaz siempre de descubrir realidades nuevas y abrirnos a su Amor más fuerte que el pecado y la muerte.
1. La pasión de Mateo, el evangelio eclesial de la comunidad, del pueblo de Dios que camina, de la familia de Dios que somos los bautizados, tiene una vida que hay que pedir al Señor para descubrirla. Es un Jesús que viene a los suyos y los suyos no le reciben. Destaca que no es acogido por el pueblo. Que es despreciado y desecho de los hombre como describe el impresionante canto del siervo de Yahvé. Podíamos fijarnos en la relación que tiene Jesús con la gente del pueblo, con las instituciones, con los apóstoles, con Pedro. A Jesús se le contempla pobre en su pobreza. Es la identificación con la Pasión de la Iglesia, de la comunidad, de la familia de los hijos de Dios. El Jesús de Mateo en su Pasión, es un Jesús humilde que cuida de todos y experimenta que todos le abandonaron y le seguían de lejos.
2. Es la Pasión del catequista, del que transmite la fe. Es de los que están convencidos de que la llamada al seguimiento de Jesús es personal, de uno en uno, pero la misión es comunitaria, es a toda la Iglesia, no puede quedar nadie al margen. La pasión de Mateo refleja a un Jesús evangelizador, que llama a toda la comunidad a vivir juntos la aventura de creer y amar hasta el extremo. Es Jesús que cuida que no se pierda ni uno solo de los que el Padre le ha dado.
3. El Jesús que grita con el salmo, Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado, nos habla también de las horas bajas y sufrimiento de la comunidad, que por no ser fiel y coherente con el evangelio, muchas veces, más que revelar el Corazón de Cristo, lo ha desvelado. Cuando no nos identificamos con los proyectos de su Amor, tenemos el peligro de ser un escándalo para la humanidad. Hay que tomarse en serio la Pasión de Cristo que es un amor incondicional.
+ Francisco Cerro Chaves. Arzobispo de Toledo. Primado de España
Bioética: “¿Cómo utilizar los recursos sanitarios en circunstancias de crisis?”

Observatorio de Bioética – Universidad Católica de Valencia
ABRIL 03, 2020 09:00JULIO TUDELA
(zenit – 2 abril 2020).- Pandemias como el coronavirus, pueden plantear un dramático desequilibrio entre medios disponibles y necesidades de atención por parte de la población. El tremendo dilema de decidir quién puede ser el destinatario de los medios o de la atención médica imprescindible, debe dirimirse siguiendo estrictamente criterios bioéticos bien fundamentados.
La distribución de los recursos sanitarios de forma equitativa entre la población que los necesita constituye uno de los problemas que la bioética analiza en el campo asistencial. El principio de Justicia, definido en las bioéticas Principialista y Personalista, además del de Subsidiariedad que añade ésta última, tratan de modular la utilización de los medios y recursos sanitarios disponibles de forma que su uso beneficie al mayor número de personas evitando criterios discriminatorios basados en decisiones injustas, y propiciando además que los más vulnerables reciban, de modo especial, una atención proporcionada a sus necesidades.
Abordaje bioético
Pueden darse situaciones excepcionales, como la que nos ocupa en nuestros días, en la que la demanda de recursos y servicios asistenciales supera enormemente a la oferta de medios disponibles. El tremendo dilema de decidir quién puede ser el destinatario de estos medios o de la atención médica imprescindible debe dirimirse siguiendo estrictamente criterios bioéticos bien fundamentados, que promuevan la correcta aplicación de los mencionados principios sin caer en discriminaciones injustas.
Circunstancias de conflicto bélico, catástrofes medioambientales o pandemias como la actual, pueden plantear este dramático desequilibrio entre medios disponibles y necesidades de atención por parte de la población. Se impone en tales circunstancias la necesidad de decidir a quién se destinan los recursos y a quien no, aún a riesgo de comprometer su curación o supervivencia.
Ante una situación como la actual pandemia por coronavirus, y la necesidad de utilizar muchos recursos relacionados con los cuidados intensivos, que incluyen medios de respiración asistida invasiva, la demanda de pacientes que pueden necesitar este soporte vital puede llegar a exceder con mucho el número de respiradores disponibles, además del material fungible necesario para hacerlos funcionar y el personal técnico cualificado que debe aplicarlos y supervisarlos.
El dramático dilema se plantea ante la disyuntiva de qué pacientes van a ser intubados y cuáles no, con las consecuencias que de estas decisiones puedes derivarse. De forma análoga el dilema puede plantearse ante la necesidad de intervenir quirúrgicamente o de atender cualquier otra urgencia con riesgo vital.
Es la aplicación “catastrófica” del principio de Justicia, que obliga a “desistir del tratamiento” en pacientes que, en otras circunstancias, pudieran recuperarse si los recursos fueran suficientes. El criterio de aplicarlos a los pacientes con más posibilidades de supervivencia y con menos secuelas previsibles es, en principio, el adecuado, el menos malo, sabiendo que se adopta una decisión en la que se da el doble efecto, por el que morirán pacientes que hubieran podido sobrevivir tras tomar la decisión selectiva, pero que constituye la única posibilidad existente, sin alternativas.
Si este criterio selectivo se aplica correctamente, en realidad, no se estaría dejando morir a pacientes como si de una forma de eutanasia se tratara, sino que se está tratando de salvar a los que más posibilidades tengan de sobrevivir con el mínimo de secuelas graves, dada la limitación de recursos. La muerte de estos pacientes no es buscada, ni tolerada siquiera, sino que es sencillamente inevitable.
La recta aplicación de los principios de Justicia y Subsidiariedad, exige que, antes de llegar a tomar decisiones como las expuestas, deben explorarse todas las alternativas posibles, que incluyen la posibilidad de derivar pacientes a otros hospitales o áreas de tratamiento, la reasignación de recursos destinados a otras necesidades para poder ser aplicados a los pacientes con riesgo vital, la planificación de los medios humanos y materiales con el fin de anticiparse a la demanda y poder hacer frente a situaciones anómalas como la que nos ocupa, la optimización de los medios disponibles, como la de compartir un mismo respirador por parte de dos pacientes, tal como se informó ayer en un hospital madrileño, y otras que traten de evitar a toda costa la aplicación de la selección o “triaje” de pacientes candidatos a ser atendidos de forma intensiva.
Los criterios de selección de pacientes
La aplicación de un “triaje” para la selección de candidatos al ingreso en UCI y la aplicación de ventilación mecánica invasiva, debe restringirse, como se ha especificado, a situaciones extremas en las que la derivación de pacientes a otros centros o la habilitación de nuevos recursos se muestran insuficientes para atender debidamente la demanda en el hospital o la unidad de cuidados intensivos. Por lo tanto, debería tratarse siempre de la última opción, no aplicable cuando los cuidados pueden suministrarse recurriendo a otros medios.
Un criterio inicial para realizar esta selección sería la posibilidad de obtener un beneficio significativo y la reversibilidad de la gravedad del proceso en los destinatarios de los cuidados, en los que estaría indicada, por ejemplo, la ventilación mecánica invasiva. Se hace necesaria una cuidadosa valoración de las posibilidades de supervivencia de estos pacientes y la magnitud de las secuelas que pudieran sufrir en el futuro como consecuencia de la evolución de su enfermedad, por lo que se seleccionarían aquellos con mejor pronóstico de recuperación y supervivencia con el mínimo de secuelas.
La aplicación de otros criterios de forma discriminatoria, como la edad del paciente u otras circunstancias como trastornos psíquicos, demencia o cualquier otra forma de discapacidad o dependencia, no sería aceptable bioéticamente, pues implicaría proceder en contra del respeto a la dignidad que todo ser humano posee independientemente de sus circunstancias, y se alejarían del criterio básico de selección basado en las posibilidades de supervivencia sin graves secuelas.
El acompañamiento
Por último, la atención que se debe proporcionar a todos los pacientes, especialmente a los más vulnerables, debería incluir siempre que sea posible hacerlo, la asistencia psicológica y espiritual, que debe extenderse a su círculo familiar o de cuidadores, como ingrediente imprescindible en el acompañamiento del enfermo y, específicamente, de aquel sometido a cuidados paliativos o en fase terminal.
Debe mencionarse especialmente la gestión del duelo ante el fallecimiento del paciente por parte de su familia y allegados, que puede verse dificultada en situaciones extremas como la que nos ocupa. Deberían articularse los medios y procedimientos necesarios para que, aún en situaciones difíciles motivadas por las necesidades de aislamiento y riesgo de transmisión, los familiares pudieran acceder a los enfermos en los momentos finales de su vida si fuera posible, implementando los medios de precaución necesarios, y despedirse de ellos tras su fallecimiento, circunstancia que contribuiría a la superación del duelo.
La Iglesia española llama a la solidaridad en del día del Amor Fraterno

Celebrado el Jueves Santo
ABRIL 03, 2020 17:39LARISSA I. LÓPEZ
(zenit – 3 abril 2020)-. En plena situación de emergencia sanitaria y social de la pandemia del coronavirus, la Iglesia española, a través de Cáritas, la Conferencia Episcopal y los medios de comunicación COPE, TRECE y Ecclesia invitan a vivir la Semana Santa en clave de fraternidad con todos los afectados.
Así hay informado hoy, 3 de abril de 2020, la Confererencia Episcopal Española (CEE) a través de una nota.
Tal y como se señala en la misma, la celebración del Día del Amor Fraterno tiene lugar el Jueves Santo y constituye “un momento privilegiado, en estos días que celebramos como Iglesia la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el mandamiento nuevo del amor”.
La fraternidad alumbra la esperanza
El comunicado recuerda que existen formas concretas de manifestar “esa solidaridad y cercanía con todos aquellos que atraviesan por circunstancias difíciles a causa del coronavirus”. Una de ellas es la propuesta de Cáritas y la Conferencia Episcopal para el Jueves Santo bajo el lema “La fraternidad alumbra la esperanza”, una inicitaiva que consiste en “encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición”.
Con este gesto “se invita a unirse a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega. En un día donde, a causa del aislamiento, sólo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, este gesto nos ayudará a sentirnos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la Humanidad sufriente por esta pandemia global. Al encender una vela, nos unimos en comunidad fraterna y alumbramos la Pascua que esperamos”, explica la CEE.
Apoyo económico a los más vulnerables
Por otro lado, el episcopado apunta que también es posible expresar el compromiso con los afectados por el coronavirus mediante el apoyo económico a la campaña de emergencia “Cada gesto cuenta”, difundida por Cáritas para apoyar las necesidades más urgentes de las personas en situación más vulnerable.
En este sentido, el texto indica que “son innumerables las iniciativas solidarias que todas las 70 Cáritas Diocesanas de España y cada una de las Diócesis están desarrollando, bajo el lema ‘La Caridad No Cierra’” para acompañar las necesidades básicas de aquellos cuya situación es más difícil, tales como “las personas sin hogar, los mayores o las familias con escasos recursos”.
Hacer memoria para servir
El episcopado rememora que cada Jueves Santo la Iglesia “hace memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de esa experiencia radical del amor fraterno que Jesús quiso expresar en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio”.
“En este Día del Amor Fraterno de 2020, cuando Jesús nos invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio, es el momento en el que este servicio debemos centrarlo de forma concreta en los golpeados por el coronavirus y, especialmente, en quienes están en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión social ante la pandemia”, apunta.
Actitudes para vivir la fraternidad
Ante esta llamada que Cáritas y la Conferencia Episcopal lanzan para vivir la jornada del Amor Fraterno, se apuntan algunas actitudes que pueden ayudar a vivirla: la mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes compartimos el hogar y el confinamiento; la humildad para reconocer la propia vulnerabilidad y acoger el cariño y la cercanía del otro; así como la ayuda mutua, pues, es la hora de una fraternidad inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que nos necesitamos todos;
Además hablan de la compasión, la responsabilidad de cuidarse y de cuidar del otro, de la gratuidad, de la oración contemplando a Cristo en la Cruz y de la esperanza que proviene del resucitado y que abre al futuro de la salvación y la alegría de la Pascua.
Oración-bendición
Finalmente y con objeto de acompañar el encendido de una vela en el momento de compartir la cena, Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen la siguiente oración-bendición:
Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final,
hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque en la última cena
partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…
Gracias Señor, porque en la Eucaristía nos haces UNO contigo,
nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos
a entregar la nuestra…
Gracias Señor, porque en el pan y el vino
nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa
con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.
Bendice nuestra cena, Señor; bendice a nuestros hermanos más frágiles
y enfermos con quienes hoy nos sentimos especialmente unidos;
que la fraternidad alumbre para ellos la esperanza.
Amén.
ReframeCovid: una iniciativa para pasar del marco lingüístico bélico sobre el coronavirus hacia otro que cohesione a la población
Inés Olza, investigadora del ICS de la Universidad de Navarra, es una de sus impulsoras, y se han sumado expertos de diversos centros españoles y extranjeros

02/04/20 13:53 Isabel Solana
"Desde el comienzo de la crisis de coronavirus estamos escuchando muchas metáforas de guerra y de combate en los discursos políticos, mediáticos y, en general, en todas las esferas de la sociedad. Se pueden sustituir por otras menos violentas, que ayuden más y mejor a cohesionar a una población que ya ha demostrado ser responsable”. Así lo indica Inés Olza, investigadora del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra.
La experta es una de las impulsoras de la iniciativa #ReframeCovid, que busca superar el marco lingüístico bélico sobre el coronavirus y apostar por otro más inspirador, que genere más adhesión a normas como el confinamiento.
Varios colegas leyeron una reflexión suya en Twitter durante la primera semana de confinamiento en España y Paula Pérez Sobrino, de la Universidad Politécnica de Madrid, creó el hashtag. Les secundaron casi en tiempo real Iraide Ibarretxe (Universidad de Zaragoza), Laura Filardo (Universidad de Valladolid), Elena Semino y Veronika Koller (Universidad de Lancaster). Esta última abrió un documento colaborativo para crear un corpus de metáforas sobre el coronavirus.
Así, han detectado ejemplos de figuras retóricas relacionadas con el deporte (“con el coronavirus no se juega”, “el partido con el Covid-19 continúa”), el mar (“remar juntos”, “oleada de solidaridad”), o de la naturaleza (“avalancha de cooperación y buena voluntad”), entre otros ámbitos.
Olza recomienda, asimismo, recurrir a metáforas espaciales: “nuestras casas y ciudades quedarán libres de virus” en vez de “ganar la batalla al virus”; o “debemos recuperar juntos nuestros espacios de salud” en lugar de “hay que vencer juntos al enemigo” .
Convencer a los ciudadanos, más necesario que nunca
Esta propuesta sigue la línea de investigación de Elena Semino, que impartió un seminario en 2018 en el ICS sobre en qué medida contribuye el uso de metáforas a vivir experiencias difíciles, como el cáncer. “En el caso del coronavirus, también hay enfermos que no van a conseguir recuperarse, y tanto ellos como sus familias pueden sentir que han fallado o que han perdido si su tratamiento no funciona”, asegura la investigadora del ICS.
Otro aspecto que Inés Olza destaca de los discursos públicos en torno al coronavirus es que “hay algo implícito que no es frecuente escuchar de las autoridades: el impacto general de la actuación individual”. Así, señala que se han repetido expresiones como “disciplina social”, “pensamiento y esfuerzo colectivo”, “solidaridad”...
“Tiene que ver con la idea de ‘agencia’ (agency) que está presente en muchos estudios sociológicos: quién tiene la capacidad o responsabilidad de hacer algo”, apunta. “Los gobiernos suelen insistir en el poder de las instituciones, pero en este caso saben que necesitan la colaboración de todos. En cierta medida supone un ejercicio de humildad por parte de los políticos, que saben que, más que nunca, deben convencernos”.
Inés Olza es investigadora principal del Proyecto MultiNeg, enmarcado en ‘Cultura emocional e identidad’ y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y fondos FEDER/UE. En él estudia el desacuerdo en la interacción, aspecto sobre el que reflexiona estos días: “Estamos ante una situación en la que, en primera instancia, todo el mundo suspende los desacuerdos y deja a un lado las agendas que les confrontan. La postura mayoritaria entre los políticos es que esta crisis no entiende de ideologías y que se debe priorizar la responsabilidad”.
¿El coronavirus hace rezar, o al menos pensar? Lo que dicen las encuestas en EEUU y Alemania
La pandemia de coronavirus ha cambiado la vida a millones de personas, y muchas han empezado a reflexionar seriamente sobre las suyas
Pablo Ginés/ReL
¿Es el coronavirus una forma eficaz de difundir la religiosidad o poner a rezar a los no creyentes y tibios? No demasiado, según señala una encuesta de Pew Research Center en Estados Unidos.
Entre los que declaraban no rezar nunca o casi nunca, sólo un 15% admiten que han rezado pidiendo el final del coronavirus.
Y entre los que se declaraban ateos o agnósticos, sólo un 6% admiten haber rezado por esta causa. Eso serían 1,2 millones de adultos norteamericanos (ya que hay 230 millones de adultos en el país, de los que un 9% -unos 20 millones- se declaran ateos o agnósticos).
El Pew Research Center lo ha registrado en su sondeo sobre cómo el coronavirus ha afectado los hábitos de los norteamericanos, incluyendo cómo afecta a los hábitos religiosos. Encuestó a 11.500 adultos entre el 19 y 24 de marzo. En esas fechas el país pasó de 8.700 infectados y 150 muertos a 34.000 infectados con 400 muertos.
La OMS había declarado oficialmente que había pandemia el 11 de marzo y Donald Trump declaró el estado de emergencia en todo el país el 13 de marzo, aunque aún a 2 de abril las medidas de confinamiento eran distintas (o no existían) según cada estado. Eso significa que hay regiones con normas de confinamiento muy estrictas y otras con meros consejos o recomendaciones.
% de norteamericanos que declaran haber rezado por el final del coronavirus
55 % sobre el total de norteamericanos
73 % sobre los que se declaran cristianos (de todas las denominaciones)
68 % entre los que se declaran católicos
76 % entre los que se declaran protestantes
82 % entre los que se declaran evangélicos
79 % entre los de iglesias protestantes negras históricas
35 % de los que se declaran judíos
6 % de los que se declaran ateos/agnósticos
36 % de los que se declaran "nada en particular"
86 % entre los que declaran rezar diariamente
66 % entre los que declaran rezar cada semana
49 % entre los que declaran rezar mensualmente
15 % entre los que declaran no rezar nunca, o casi nunca
44 % de los varones
65 % de las mujeres
35 % entre la población de 18 a 29 años
52 % de la población entre 30 y 49 años
63 % de la población entre 50 y 64 años
67 % entre los mayores de 65 años
¿Cómo ha afectado el coronavirus a la asistencia a los templos? Recordemos que la encuesta se hace cuando hay entre 150 y 400 muertos en el país, y con regiones enteras que ven el asunto como algo "de Nueva York", lejano, con iglesias o diócesis completas aún sin dictar medidas estrictas de cuarentena y limitándose a recomendaciones de "ser precavidos".
Esta tabla se refiere a porcentaje sobre población que declaraba ir al menos una o dos veces al templo (católico o protestante).
CATÓLICOS
Acudo menos al templo, lo sigo online o en TV 30%
Acudo menos al templo, pero tampoco lo sigo online ni en TV 25%
Acudo igual al templo, y ahora también lo sigo online o en TV 16%
No he cambiado en nada 28%
PROTESTANTES
Acudo menos al templo, lo sigo online o en TV 45%
Acudo menos al templo, pero tampoco lo sigo online ni en TV 16%
Acudo igual al templo, y ahora también lo sigo online o en TV 17%
No he cambiado en nada 22%
Como se ve, los protestantes son un 50% más proclives que los católicos (45% frente a 30%) a reducir su asistencia al templo y sustituirla por las pantallas... al menos en esa etapa de la pandemia.
Por edades (recordemos, entre los que iban a servicios religiosos al menos una o dos veces al mes) los más jóvenes son los que más declaran que no han cambiado nada (un 29%), mientras que entre los mayores de 65 sólo un 19% dice que no ha cambiado nada y un 44% declara que va menos en persona y ahora sigue los servicios por pantallas.
Cuatro de cada 10 alemanes dicen que ahora piensan más en el sentido de la vida
El digital protestante EvangelicalFocus recogía el 30 de marzo los resultados de una encuesta en Alemania del centro de investigaciones Institute INSA-Consulere de Erfurt, para el noticiero digital Idea.
Preguntaban si, debido al coronavirus, "ahora usted piensa más sobre el significado de la vida".
Un 41% decía que sí piensa más en ello
Un 46% decía que no
Un 8% declaró que no sabía (y otro 4% no respondió)
Entre los más jóvenes, sólo un 30% se hacían estas preguntas ahora. Entre los más mayores, un 45%.
Entre los que se declaraban católicos, reconocían hacerse más preguntas un 45%; entre los protestantes de las iglesias de estado, un 48%; entre los protestantes no denominacionales, un 45%; entre las iglesias "libres" (evangélicos), un 35%.
No hay datos sobre los no creyentes o ateos alemanes, pero sí sobre recuerdo de voto: el 48% de los que votaron socialista declaraban ahora pensar más sobre el significado de la vida. Casi tanto como los votantes de la CDU (centro-derecha): un 50% de ellos piensan más ahora en este tema.
Una sociedad igualitaria es una sociedad deforme que repugna a la razón
La igualdad fundamental entre las personas deriva de su naturaleza humana y del común fin último, pero que sus diferencias legítimas deben ser la fuente de una sociedad armoniosamente jerarquizada, a la imagen del cuerpo humano.

El Papa León XIII
Verdades olvidadas
Contenidos
Hoy, ciertas verdades son fácilmente olvidadas, aún en los medios católicos.
Se repite hasta el cansancio que la igualdad es equivalente a la justicia. Por esto, es útil recordar la enseñanza de los Papas.
En este extracto de la Encíclica «Humanum Genus», el Papa León XIII recuerda que la igualdad fundamental entre todas las personas deriva de su naturaleza humana y del común fin último, pero que sus diferencias legítimas deben ser la fuente de una sociedad armoniosamente jerarquizada, a la imagen del cuerpo humano
Todos los hombres son iguales por origen, naturaleza y fin último
«Todos los hombres son, ciertamente, iguales: nadie duda de ello, si se consideran bien la comunidad igual de origen y naturaleza, el fin último cuya consecuencia se ha señalado a cada uno, y finalmente los derechos y deberes que de ellos nacen necesariamente.
Respeto, autoridad, familia
Desigualdad de capacidades
«Mas como no pueden ser iguales las capacidades de los hombres, y distan mucho uno de otro por razón de las fuerzas corporales o del espíritu, y son tantas las diferencias de costumbres, voluntades y temperamentos, nada más repugnante a la razón que el pretender abarcarlo y confundirlo todo y llevar a las leyes de la vida civil tan rigurosa igualdad.
Composición del cuerpo humano, símil de la sociedad
«Así como la perfecta constitución del cuerpo humano resulta de la juntura y composición de miembros diversos, que, diferentes en forma y funciones, atados y puestos en sus propios lugares, constituyen un organismo hermoso a la vista, vigoroso y apto para bien funcionar, así en la humana sociedad son casi infinitas las diferencias de los individuos que la forman; y si todos fueran iguales y cada uno se rigiera a su arbitrio, nada habría más deforme que semejante sociedad; mientras que si todos, en distinto grado de dignidad, oficios y aptitudes, armoniosamente conspiran al bien común, retratarán la imagen de una ciudad bien constituida y según pide la naturaleza«.
El Observatorio de Bioética de la UCV valora el informe del Comité de Bioética de España sobre el COVID-19
01 abril
Durante todo ese proceso histórico, hemos orillado la importancia de la salud pública. Es cierto que se ha reflexionado y legislado sobre la misma, pero es más cierto que ni se le ha dedicado el tiempo que requería ni se ha profundizado tanto como se debería haber hecho… y la pandemia nos ha pillado desprevenidos y desprovistos de suficientes medios para afrontarla.
Introducción
A tenor del artículo 77 de la Ley 14/2007, de 3 de julio, de Investigación Biomédica, “Se crea el Comité de Bioética de España, como órgano colegiado, independiente y de carácter consultivo, sobre materias relacionadas con las implicaciones éticas y sociales de la Biomedicina y Ciencias de la Salud.
Estará adscrito al Ministerio de Sanidad y Consumo, que designará su sede”.
Por su parte, el artículo 78.1.a) de dicha la Ley prescribe que “1. Son funciones del Comité de Bioética de España: a) Emitir informes, propuestas y recomendaciones para los poderes públicos de ámbito estatal y autonómico en asuntos con implicaciones éticas relevantes”.
En cumplimiento de lo ordenado en la meritada Ley, el Comité de Bioética de España (en adelante, CBE) ha redactado un Informe a petición de la Dirección General de Políticas de Discapacidad, Secretaría de Estado de Políticas Sociales, Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030[1].
Y, concretamente, se solicitaba asesoramiento al Comité sobre “las implicaciones éticas que para las personas con discapacidad pueden tener las Recomendaciones recientemente publicadas por el Grupo de Trabajo de Bioética de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC)”[2].
Dichas implicaciones éticas se acotaban a “la toma de decisiones en la situación excepcional de crisis por pandemia covid-19 en las unidades de cuidados intensivos”.
Comité de Bioética de España
Pero, yendo más allá de la petición encomendada, el CBE no sólo ha dictado el Informe a modo de recomendaciones para responder a la solicitud, sino que, además, ha aprovechado el mismo para incluir doce “cuestiones y reflexiones bioéticas directamente relacionadas con la crisis del coronavirus”. Cuestiones, reflexiones y propuestas de importante calado.
Todos esos son los motivos por los que el objetivo general del presente trabajo de investigación, que está redactado a modo de Informe, es delinear detallada y sistemáticamente el contenido del Informe del CBE, explicar las causas de sus propuestas y, finalmente, hacer una estimativa bioética del mismo, que ya se anticipa que no puede ser menos que positiva.
Para alcanzar esos objetivos la metodología cualitativa empleada ha sido mixta: análisis descriptivo, explicativo y valorativo. Los dos primeros análisis se intercalan en el cuerpo principal del presente Informe, mientras que la valoración se incluirá en su propio apartado y al final del mismo.
Los objetivos específicos coinciden con los apartados de este Informe.
Por último, los títulos que encabezan cada cuestión, reflexión y recomendación no se encuentran en el Informe del CBE. Han sido elaborados para dotar al presente análisis de mayor claridad y sistematicidad.
Cuestiones, reflexiones y propuestas
PRIMERA. CONTEXTO DEL INFORME Y SITUACIÓN DE LOS MIEMBROS DEL CBE
Los miembros del CBE se reunieron el pasado día 4 del presente mes de marzo de 2020.
Como consecuencia de la reunión, prácticamente todos los asistentes quedaron infectados por el covid-19, concretamente desarrollaron “un cuadro clínico compatible con el coronavirus, cuadro que se confirmó en la mayoría de los casos con el resultado positivo de las correspondientes pruebas diagnósticas”.
Ante el impacto emocional que suscita tal información (además de las evidentes reacciones de compasión y solidaridad con todos, hay personas en el CBE que tienen relación directa con nuestro Observatorio), cabe preguntarse por qué han manifestado públicamente tal situación.
Los objetivos de esta información son dos: 1) Trasladar a la opinión pública que la crisis sanitaria que estamos viviendo es una pandemia que nos afecta a todos –nadie estamos exentos-, no una enfermedad que pueden padecer determinadas personas que tienen unas concretas características exclusivas y excluyentes. Hay que tener en cuenta en este sentido que, como decimos más arriba, el CBE se reunió el 4 de marzo y que la redacción definitiva del Informe es de fecha 25 del mismo mes. 2) La situación acabada de describir ha impedido a los miembros del CBE trabajar en otras cuestiones bioéticas que han afectado y afectan a esta crisis del coronavirus.
SEGUNDA. AUSENCIA DE UN INFORME GENERAL SOBRE LA PANDEMIA
A pesar de que se incluyó en el orden del día, en ese momento se valoró no abordar un informe general sobre la pandemia.
Los motivos son dos: 1) El CBE consideró en aquel momento que “el estado de la cuestión no planteaba aún problemas específicos de relevancia bioética”. 2) El protagonismo lo debían tener el Gobierno y las demás autoridades, de modo que un Informe con mensajes que pudieran correr el riesgo de resultar contradictorios con los mensajes de dichas autoridades corría el riesgo de transmitir más confusión que claridad: se optó en aquel momento, pues, por el principio de precaución.
TERCERA. NECESIDAD DE CRITERIOS UNIFORMES SOBRE LA PRIORIZACIÓN DE PACIENTES
Dado el empeoramiento de la situación en España, la preocupación del CBE era que no se estuvieran estableciendo protocolos uniformes de priorización en la asistencia sanitaria en todos los Centros Sanitarios españoles.
Por tal motivo, escribieron una carta a la Autoridad correspondiente para ponerse a su disposición y evitar así que cada Centro estuvieraactuando de modo independiente y sin suficiente base bioética, con el riesgo añadido de que fuera la edad el límite en la asistencia.
Son momentos de crisis, de toma de decisiones clínicas extremas con consecuencias vitales en el sentido absoluto de la expresión. Ahí es donde la Bioética debe aportar una luz racional que aclare o despeje dudas, incertidumbres e inquietudes.
La respuesta de la Autoridad competente fue positiva, de ahí su solicitud del Informe.
CUARTA. LA CRISIS ES UNA CRISIS DE SALUD PÚBLICA
Aunque esta afirmación del Informe parece obvia, y lo es, al CBE le resulta importante remarcarla.
Es una crisis primeramente y sobre todo sanitaria. Cierto es que tiene consecuencias económicas, sociales, laborales… Pero ante todo y por encima de todo, es una crisis de salud pública.
Por esa razón y con la finalidad evidente de detener la pandemia “urge dotar de medios al sistema de salud, tanto público como privado. Esa es la prioridad: reforzar el sistema de salud y a sus profesionales”.
Lo que está en juego es la vida y la salud de muchas personas.
QUINTA. LA ACTUACIÓN DEBE SER DE TODOS
Para alcanzar la finalidad antes indicada, es decir detener la pandemia, al ser un problema de salud pública, es un deber de todos actuar en consecuencia.
La respuesta no está únicamente en los poderes públicos y en el personal sanitario, sino que la solución pasa porque todos los ciudadanos actuemos de modo adecuado y responsable, cumpliendo el Principio de no maleficencia: “Primum non nocere”.
Acertadamente, el CBE continúa diciendo que “la vida de los demás está ahora, más que nunca, en manos de cada uno de nosotros y cualquier salida del domicilio meramente puntual supone un riesgo para la salud y vida de terceros”.
SEXTA. PERO SOBRE TODO DE LOS PODERES PÚBLICOS
Si esta llamada a la responsabilidad individual de cada ciudadano es importante, lo es más en el caso de las personas que ostentan cargos públicos “por la trascendencia social de sus conductas y declaraciones.
Tal riesgo también puede surgir en las redes sociales. Conviene, pues, utilizarlas con prudencia.
SÉPTIMA. LLAMADA A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
El objetivo es que “informen con rigor y en tiempo real, sin crear alarma”.
OCTAVA. PICO DE CONTAGIOS Y ALTAS
En el momento de la emisión del Informe (y del presente Análisis), ni se ha alcanzado el pico de contagios, ni el número de contagiados se va a compensar, a corto o a medio plazo, por el de las altas hospitalarias.
Sin infravalorar ni un ápice la tragedia de la situación, el CBE recuerda que “la priorización de los recursos sanitarios no es una novedad ni una consecuencia de la pandemia, sino algo inherente al sistema de salud”.
¿Por qué recuerda tal afirmación?
Por una razón conveniente: en el devenir rutinario de la vida sanitaria la priorización de recursos es tarea diaria en los Hospitales, de modo que lo que el CBE pretende es tranquilizar al personal sanitario y que la situación actual no genere en el mismo “situaciones de excesivo estrés o, incluso, pánico”.
Novena. Recomendaciones ante la escasez de recursos para atender a las personas en situación más grave
Ante la situación descrita, el CBE hace diez recomendaciones:
Primera. Queda fuera de toda duda que lo primero es allegar todos los medios materiales y personales sanitarios disponibles.
El motivo es triple: 1) Detener cuanto antes la pandemia. 2) De ese modo, antes se podrán atajar los otros problemas: sociales, económicos, laborales,… 3) Todo ello exige dotar de medios al personal sanitario para que trabajen en condiciones adecuadas de seguridad.

Segunda. Adoptar criterios en la asignación de recursos que sean comunes a todos los españoles.
La causa es evitar que se produzcan grandes inequidades entre unos y otros.
A tal fin, el CBE recomienda crear, y se pone a disposición del Gobierno a tal fin, un comité de expertos que apruebe tales criterios. La composición de los miembros debe ser multidisciplinar e interdisciplinar para que aporten las perspectivas científica, clínica y bioética.
“Cualquier criterio que se adopte deberá basarse en el pleno respeto a la dignidad de la persona, la equidad y la protección frente a la vulnerabilidad”.
En cualquier caso, el CBE recuerda que, por un lado, las aportaciones de los distintos comités científicos, compuestos por personas expertas en la materia, son siempre bienvenidos, motivo por el cual deben ponerse a disposición del Gobierno para establecer criterios únicos; pero, por otro lado, sus funciones son de asesoramiento, de aportación de conocimientos, ya que las decisiones de priorización son del Gobierno y, dentro de él, del Ministerio de Sanidad.
Es el Gobierno, pues, quien debe “fijar dicha priorización”.
Tercera. Los criterios son guías, en el sentido de que “no pueden aplicarse de manera mecánica o automática”.
En efecto, “todo ser humano tiene derecho a una consideración personal” y, como es sabido, no existen enfermedades sino enfermos (máxima que se atribuye al Dr. Marañón).
Se pueden establecer criterios generales, pero “deben ser aplicados de manera individualizada”. De hecho, el Informe de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial confirma que “las tomas de decisiones de tanta relevancia deben ser individuales y personales, porque, aunque los procesos puedan coincidir, cada paciente puede ser distinto”.
Cuarta. Las tomas de decisiones deben aplicarse a todos los pacientes, no solamente a los pacientes afectados por el coronavirus.
La atención a los enfermos con coronavirus es una prioridad, pero “la prioridad debe ser horizontal, incluyendo a todos los pacientes (…)”. De hecho, como dice la Organización Médica Colegial, “todos los enfermos que lo precisen deben ser atendidos de la mejor manera posible en un Sistema Nacional de Salud (SNS) que es de todos y para todos”.
Quinta. Se debe contar con los Comités de Ética Asistencial.
Como se ha indicado más arriba, la toma de decisiones ha de ser individualizada, pero “los profesionales deben contar con la participación de los Comités de Ética Asistencial (…)”. Sobre todo “si surgen situaciones complicadas y de incertidumbre”. Anima el CBE a constituir comisiones permanentes para agilizar el funcionamiento y la toma de decisiones.
Sexta. “Si bien en un contexto de recursos escasos se puede justificar la adopción de un criterio de asignación basado en la capacidad de recuperación del paciente, en todo caso se debe prevenir la extensión de una mentalidad utilitarista o, peor aún, de prejuicios contrarios hacia las personas mayores o con discapacidad”.
En algunas recomendaciones que se han publicado aparece el término “utilidad social”. Dicho concepto es “ambiguo y éticamente discutible”, toda vez que va en contra del valor ontológico de la dignidad humana: “todo ser humano por el mero hecho de serlo, es socialmente útil”.
Ningún ser humano es intercambiable, ni la salud que unos pierden se compensa con la salud que ganan otros. La máxima kantiana cobra especialmente validez, ya que ningún ser humano puede ser utilizado como medio para alcanzar los fines de otros.
“En este sentido, resultaría radicalmente injusto que las personas cuya salud está más amenazada por un eventual contagio del coronavirus fueran, a su vez, las más perjudicadas por esta crisis”.
Por otro lado, la prioridad en el tiempo como único factor, sin ninguna otra valoración u otros factores que lo acompañen dejándose así como criterio el azar, también es injusta: no existe “una perfecta situación de igualdad”, ya que caso contrario, generaría, por discriminación, una situación de injusticia.
El criterio de la equidad es, pues, el que más se acomoda el caso que nos ocupa; y priorizar a los colectivos más vulnerables es, en principio, el criterio más adecuado.
Se apoyan en varias Recomendaciones de la OMS (que reclaman un criterio mixto, no únicamente el de utilidad) y en nuestro Ordenamiento Jurídico (artículo 20.2 apartado 3 de la Ley 16/2003, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud).
Así pues, el criterio en esta situación de crisis debe basarse en un modelo mixto “que tomando en consideración el criterio de utilidad social, tenga presentes los principios de equidad y de protección frente a la vulnerabilidad”.
Cualquier método bioético debe ser esencialmente deliberativo y racional. En este caso lo debe ser aún más si cabe, por la dificultad de tomar decisiones y por la tragedia que todo esto está suponiendo a todo el personal sanitario y a todas las familias.
De tal modo que la maximización de beneficios y minimización de las cargas debe ser ponderada equitativamente, según cada caso, con la distribución justa de tales beneficios y cargas, protegiendo, además, a los más vulnerables. Como dice la OMS, “no es posible lograr plenamente tanto la utilidad como la equidad”.
El término utilidad social, por ambiguo, es un elemento más, no el único, y debe cohonestarse con los otros elementos indicados. De hecho, el método mixto es el que más se aconseja en la comunidad científica.
Séptima. Críticas constructivas a determinadas recomendaciones emitidas por otros comités, como el SEMICYUC.
Determinados conceptos, como los empleados en esas recomendaciones, sobre la no priorización en la aplicación de las técnicas indicadas y adecuadas en este contexto y situación tan grave a las personas con discapacidad o a pacientes con deterioro cognitivo, demencia u otras enfermedades degenerativas no son compatibles con la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Tratado firmado y ratificado por España.
Pero, además, lesiona gravemente principios éticos elementales al dividir a las personas en función de su capacidad que hace que las personas con discapacidad tengan menos calidad y, por tanto, no merezca la pena que sean atendidas.

Octava. Debe ser atendido el principio del interés superior del menor.
Lo exige, entre otras normas, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños y nuestra Ley 1/1996 de Protección Jurídica del Menor.
Novena. “El criterio de la edad solo puede empleado, pues, para priorizar, pero no para denegar o limitar la asistencia sanitaria y el recurso a determinadas medidas de soporte vital”.
Se insiste en que se ha de valorar las circunstancias individuales de cada paciente, “sin excluir a nadie a priori”.
Décima. “(…) necesaria asistencia prioritaria al propio personal sanitario”.
Se ha desechado un criterio basado eminentemente en la utilidad social, pero ello no impide priorizar la asistencia al personal sanitario.
Por dos motivos: 1) Es la mejor manera de proteger la salud de todos. 2) Por el principio de justicia se ha de priorizar “a los que en el beneficio de terceros han expuesto más intensamente su salud”.
DÉCIMA. APOYO DEL COMITÉ A TODAS LAS PERSONAS Y FAMILIAS
Después de poner de manifiesto el esfuerzo que la inmensa mayoría de los españoles estamos dando, el CBE desea mostrar su apoyo a todas las familias, en especial a las que se encuentran, además, al cargo de hijos pequeños, personas con discapacidad o personas mayores.
La misma actitud tiene con: a) Los profesionales que trabajan en Residencias y cuidan y atienden a personas mayores. b) Los profesionales que tienen a su cargo a los reclusos. c) El personal farmacéutico. d) Las personas que viven en soledad, sobre todo las mayores: la sociedad les apoya en este difícil trance.
UNDÉCIMA. SITUACIÓN DE LOS PROFESIONALES SANITARIOS DESPUÉS DE LA CRISIS.
En momentos como este y situaciones parecidas, todos ensalzamos al personal sanitario, pero una vez la situación termine, hay que recordar que a estos profesionales hay que seguir dotándoles de medios económicos, materiales y personales para que sigan realizando su labor con la dignidad que requiere.
DUODÉCIMA. TIEMPO DE PRUEBA, TIEMPO DE OPORTUNIDAD
Cierto es que en épocas de pandemia se ponen a prueba nuestras capacidades, nuestros valores, nuestras esperanzas; pero también sacan a la luz reflexiones, actitudes, virtudes,… que nos hacen avanzar.
La respuesta ejemplar que estamos dando los españoles, primeramente el personal sanitario, para superar la pandemia alberga al CBE esperanza para superar “esta crisis inédita en nuestra historia reciente”.
VALORACIÓN DEL INFORME DEL CBE
Una vez leído y analizado el Informe del CBE, es difícil no estar de acuerdo con sus reflexiones, planteamientos y recomendaciones.
Mostramos nuestra conformidad, pues, con el mismo, siendo nuestra valoración positiva.
Es un Informe eminentemente bioético, con un análisis multidisciplinar e interdisciplinar propio de la disciplina, ya que aplica a la situación sanitaria causada por el covid-19 una metodología basada en datos y elementos clínicos, científicos, jurídicos y bioéticos.
Quizá haya faltado desarrollar o matizar algún punto del Informe, pero entendemos que, por un lado, hubiera sido demasiado extenso y, por otro lado y sobre todo, la causa ha debido residir con seguridad en la situación clínica que ha sufrido la mayoría de los miembros del Comité.
Sí nos gustaría acabar el presente Informe con dos reflexiones:
La primera es que ya es tradicional clasificar la Bioética en tres estadios: Microbioética, Mesobioética y Macrobioética.
La primera tiene que ver con la asistencia sanitaria y la investigación en centros sanitarios (es decir, fundamentalmente la relación médico-paciente), la segunda con las políticas públicas encargadas de gestionar tanto el sistema de salud en su conjunto como la gestión de cada hospital o centro, la tercera tiene que ver con los aspectos bioéticos relacionados con la protección y el cuidado del medio ambiente y la ecología.
A lo largo de la Historia de la Bioética se le ha dado más importancia cronológicamente al primer estadio, después al segundo, y hasta ahora al tercero.
Entendemos que durante todo ese proceso histórico hemos orillado la importancia de la salud pública. Es cierto que se ha reflexionado y legislado sobre la misma, pero es más cierto que ni se le ha dedicado el tiempo que requería ni se ha profundizado tanto como se debería haber hecho… y la pandemia nos ha pillado desprevenidos y desprovistos de suficientes medios para afrontarla.
A partir de ahora debemos aprender de esta situación que dramáticamente estamos viviendo todos y, en su consecuencia, redoblar nuestros esfuerzos en el estudio, análisis y la promoción de la salud pública para el futuro.
Tal prevención vale también, y con más importancia si cabe, para la gestión y la financiación en este campo por parte de las autoridades públicas, sobre todo sanitarias.
La segunda, íntimamente relacionada con la anterior, tiene que ver con el futuro de cada uno y de la humanidad. Cuando acabe esta situación habrá que cuestionarse y repensar muchos planteamientos que tienen que ver, aunque no sólo, con nuestras prioridades, nuestros objetivos, nuestros hábitos de vida y nuestras relaciones.
David Guillem-Tatay
Instituto de Ciencias de la Vida
Observatorio de Bioética de la UCV
El último deseo de Don José, un servidor «esencial»
El capellán-ingeniero del Hospital de Cuidados Laguna encadenó su muerte a la de su amigo Fermín, viudo hace un mes, y fallecido por coronavirus. Antes de recalar en Laguna había sido capellán general de la Policía Nacional. Falleció el martes, entre la pena de una legión de sanitarios y amigos que no han podido darle el último adiós
REVISTA DE PRENSA04/04/2020
D. José Ruiz, de 80 años, conversando con los familiares de un paciente enfermo en el Hospital de Cuidados Laguna, de Madrid.
ABC Nuestro Giuseppe Berdelli español: el último deseo de Don José, un servidor «esencial»
A don José le gustaba mucho cantar. Amenizó las «mañanitas» de muchos enfermos que recibían cuidados paliativos en el Hospital de Cuidados Laguna de Madrid.
Una vez apareció vestido de mariachi con el hijo cantante de una mujer que estaba interna. Ella falleció y don José Ruiz, el capellán de este centro de enfermos terminales, adoptó al muchacho como si fuera un amigo de toda la vida. Cada Navidad le invitaba al centro para tocar el corazón, a dos voces, de cada residente, con sus canciones.

Hospital de Cuidados Laguna@HCCLaguna
D. José Ruíz, Patrono de la Sonrisa y del buen humor, intercesor de la amabilidad y de la palabra siempre a tiempo, de la broma oportuna y de la reflexión profunda. Capellán de LAGUNA. GRACIAS por todo. Siempre le recordaremos
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Algo así le ocurrió con su querido amigo Fermín, fallecido hace dos semanas por coronavirus. Don José va a ser nuestro Giuseppe Berardelli español. El sacerdote de Casnigo, en la diócesis italiana de Bérgamo, murió hace unos días a sus 72 años por ceder su respirador a un joven. El cura italiano murió de coronavirus, el joven se salvó. Pero en el caso de José, su amigo no logró vencer la embestida del virus.
José era el fiel escudero de Fermín desde que enviudó hace un mes. Velaron juntos en las faldas de la cama de la enferma. El sacerdote no se separó de ellos. Al perder Fermín a su mitad, José le acompañó en cada comida de auxilio que necesitaba para remontar su soledad. En cada llamada, José escuchó. Pero hace quince días a Fermín se lo llevó el coronavirus. Hace hoy una semana que el capellán de 80 años ingresó en la Clínica Universidad de Navarra en Madrid. Se marchó el pasado martes 31 de marzo, entre la pena de una legión de sanitarios y amigos que no han podido darle el último adiós.
EL CURA ITALIANO MURIÓ DE CORONAVIRUS, EL JOVEN SE SALVÓ. EN EL CASO DE JOSÉ, SU AMIGO NO LOGRÓ VENCER LA EMBESTIDA DEL VIRUS
Don José bautizó, casó, se deshizo en atenciones en la unidad pediátrica y movió Roma con Santiago por cumplir los últimos deseos de los internos. Con Mateo, enfermo de ELA, compartía su pulso andaluz por el flamenco. Así que la última gran «juerga» del paciente la vivió con el tablao de Casa Patas encajado en su habitación del hospital madrileño. Mateo se despidió con su «fiestorro», se felicitó José, y señaló, como siempre hacía: «Estoy para servir». Y sirvió de un modo esencial.
Don José no nació con la sotana. Hasta los 53 años no fue ordenado sacerdote. Perteneciente al Opus Dei desde tiempo atrás, era ingeniero técnico industrial y empresario prestigiado, con gran pulsión intelectual, como le recuerdan sus homólogos.
D. José saluda a Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei
Pero los últimos veinte años de su vida decidió que las dos virtudes que resaltan sus amigos tenían que servir para algo más: «Siempre encontraba la palabra de cariño exacta, la broma a tiempo. Aunque tú le asaltabas con tus apuros mundanos, él, que acompañaba en sus últimas horas a los enfermos y tenía mucho trabajo, porque estaba de lunes a domingo y solo descansaba el sábado, te hacía hueco y te dedicaba esa alegría contagiosa y discreta que le caracterizaba. Era un hombre increíble», dice Ana, compañera en el Hospital de Cuidados Laguna.
COGÍA LA MANO DE CADA PACIENTE Y SABÍA DARLE LO QUE NECESITABA
Cogía la mano de cada paciente y sabía darle lo que necesitaba. Tenía un don para penetrar en el interior de cada persona, sin juzgar. Por eso, don José asistió a miles de despedidas, a miles de velatorios.
Instructor del final de la vida
Antes de recalar en Laguna había sido capellán general de la Policía Nacional, donde ofició y consoló a familias de víctimas de atentados terroristas. Seguía yendo periódicamente a impartir charlas a los agentes y a perorar sobre temas de actualidad.
Don José celebrando una boda hace tres años en el Centro de Cuidados Laguna (Madrid)
Además, acudía a congresos médicos y formaba a los capellanes de hospitales sobre la atención que se necesita al final de la vida. Instruía sobre «lo moralmente aceptable y lo clínicamente factible». Al final de la suya nadie duda de que en una situación menos excepcional, «la cola habría dado la vuelta a la clínica para despedirlo».
El año pasado escribió un artículo con motivo de la Semana Santa en el suplemento «Alfa y Omega». Hablaba del milagro de la «resurrección» de Jesucristo, al que ayudaría a llevar la pesada carga de su Cruz [también escribió este Via Crucis, en 2019]. Que José Ruiz se haya ido, contagiado por amistad, y en la antesala del duelo santo, tiene un sentido.
La demografía en el Este Europeo
Rumania y Hungría son un buen ejemplo del hoyo demográfico en el que se encuentra Europa. Sobre el caso rumano, un artículo publicado por la Balkan Investigative Reporting Network (28-11-2019) refiere que, desde el derrocamiento del dictador Nicolae Ceaucescu en 1989, el país ha perdido casi cuatro millones de habitantes. Según estadísticas del Banco Mundial, un 20,6% de la población rumana en edad laboral estaba fuera del país en 2017.
Para paliar la escasez de mano de obra local, Bucarest está facilitando la afluencia de trabajadores extranjeros: en 2019 incrementó a 30.000 el número de permisos de trabajo (Business Review, 27-08-2019) para los no comunitarios (los de la UE no lo necesitan), por lo que han estado llegando fundamentalmente chinos, turcos, vietnamitas, indios, nepalíes...
También Hungría ha venido a aceptar -aunque a regañadientes- el comodín de la inmigración. El país tiene a 600.000 de sus nacionales de edad laboral (el 9% de la población activa) viviendo y trabajando en Alemania, Austria, Reino Unido..., y las perspectivas demográficas son malas: según la Oficina Central de Estadísticas, los 9,7 millones de húngaros pueden quedarse en apenas 6 millones en 2070 (la tasa de fertilidad está en 1,5 hijos).
Por ello, el país ha entreabierto las puertas, y ya en 2018 emitió permisos de trabajo a 50.000 extranjeros no comunitarios, mayormente de países no musulmanes. Pero no pierde de vista el tema de la natalidad: el gobierno ha comprado seis clínicas de fertilidad para atender gratuitamente a unas 150.000 parejas que no han podido concebir.
Si cada una de ellas tiene un hijo, la despoblación ya no será un problema, apunta la secretaria de Familia, Katalin Novák. Mientras lo sea, el área de la fertilidad seguirá clasificando como "de importancia estratégica nacional".
Juan García.
La Verdad en la Caridad
La respuesta de la Iglesia, ha dicho el Cardenal Omella, ante los profundos cambios antropológicos y éticos que se están produciendo en la sociedad, tiene que ser la Verdad en la Caridad. Hay que afrontar estos retos con la alegría del Evangelio, con la esperanza firme en Cristo resucitado, y no caer en fatalismos ni en trincheras.
El Cardenal Omella ha subrayado que la Iglesia no quiere privilegios pero sí que se la trate con dignidad y se le permita desarrollar su misión en libertad. En su primera entrevista concedida a un medio tras su elección no ha faltado una referencia cálida a la familia, que todos deberían custodiar, también el Estado, que no debe pretender ocupar todo el espacio de la ciudad común, sino ser subsidiario de la sociedad y de sus numerosas iniciativas.
Valentín Abelenda Carrillo
Cuando esto pase
Ni tan siquiera podrá insinuarse su origen en un lejano país que acumula décadas ejerciendo como rey del mambo de las relaciones internacionales sin ser ningún modelo en el cumplimiento de los derechos humanos, los compromisos climáticos o las más elementales reglas de la higiene alimentaria y la competencia desleal.
Tampoco podremos apuntar con el dedo a aquellos que en lugar de actuar temprano frente al virus dejaron que la gente se contagiara en manifestaciones callejeras, o a los que celebraron a lo grande el congreso de su partido pese a la que se venía encima, o, en fin, a esos otros que llegaron al poder tras denunciar los privilegios de la casta política y una vez en ella burlaron a su antojo la cuarentena para que solo la canalla la acatara.
Cuando dejemos atrás esta plaga, ninguna responsabilidad asumirán los que no previeron desde el inicio estrategias para evitar el colapso económico de la nación, salvo regar con dinero público a todos menos a los que sacan esto adelante generando empleo. Lo propio sucederá con quienes olvidaron poner a teletrabajar desde sus casas a los ciudadanos que podían hacerlo, o a organizar la formación de sus hijos a distancia, limitándose a obligarles a un confinamiento forzoso en el que se dilapidaron millones de horas laborables y educativas entre sofás, consolas, internet, gimnasias y memes del guasap.
Suso do Madrid
Admiración a cuantos combaten frente al coronavirus; también a la Iglesia
Ante la expansión del coronavirus, el pueblo admira y se siente agradecido a los sanitarios, cuidadores de ancianos…, guardias civiles, militares…, bomberos, que dan lo mejor de sí mismos y arriesgan su vida. Encomiable, aunque olvidada, la labor de los farmacéuticos, en primera línea de batalla ( centenares contagiados y varios fallecidos).
Vaya, también, mi felicitación para los cientos de sacerdotes, religiosos y religiosas que atienden las necesidades de gente de sus barrios; para los sacerdotes integrados como capellanes en los equipos de los Hospitales, del IFEMA, y del Palacio de Hielo. También, para Cáritas y otras organizaciones católicas que asisten, acompañan y dan alimentos. Quiero subrayar la ayuda de las altas esferas eclesiales, que han aportado grandes donativos y puesto, a disposición de las autoridades, instalaciones y edificios (seminarios, casas de ejercicios …) para atender a enfermos, etc. En Valladolid, varias decenas de personas sin techo han sido acogidas en el Seminario diocesano, en donde reciben una atención constante por parte de voluntarios jóvenes bien formados y tres comidas al día. El sacerdote Miguel Ángel Rojo, dice: "no se trata sólo de prevenir posibles contagios, sino de proporcionarles cobijo”.
Todos son necesarios pero sólo Dios es imprescindible. Por eso, vaya, también , mi felicitación para los sacerdotes que sacaron a las calles el Santísimo implorando la protección divina. Ahora, desde torres y balcones, bendicen ciudades y pueblos. Asimismo, es importantísima la aportación espiritual de los sacerdotes que ofrecen la Santa Misa, la de tantos católicos que se unen desde los medios de comunicación, y de los que rezan por el fin de la pandemia, el alivio de los enfermos y por los fallecidos.
Los millones de cristianos del mundo, nos sentimos conmovidos por el gesto del Santo Padre en la Plaza de San Pedro ante el Crucifijo Milagroso de San Marcelo y la Virgen Salus Populi Romani, y su bendición “ Urbis et Orbe” con el Santísimo. Es particularmente oportuno y necesario escuchar al Papa Francisco, que nos pide responder a la llamada de Dios a “convertirnos”, “confiar en Él” y no olvidar que “ la oración es nuestra arma vencedora”
Josefa Romo Garlito
El virus chino y otros muchos virus que padecemos
CINCO AGENTES DE LA BENEMÉRITA HAN FALLECIDO YA POR CORONAVIRUS, PERO LAS BUENAS PALABRAS DE MARLASKA VAN PARA LOS RECLUSOS: La Guardia Civil pone firme a Marlaska con una denuncia masiva por homicidio imprudente y desprotección. (Periodista Digital 28-03-2020)
La Guardia Civil y en su conjunto, sigue teniendo el honor reconocido de “BENEMÉRITA”; y pese a que como dice el sabio dicho español (En todos los rebaños hay ovejas negras, que aquí suelen eliminarse) y es por tanto, el único o principal cuerpo o estamento estatal español, que aún nos merece plena confianza; este hecho de abierta y valiente denuncia, al gobierno, aparte de honrarlos más, ponen en precaria evidencia a un gobierno con más fallos que… “una escopeta de caña”; ya veremos lo que hacen ahora los jueces españoles, que en conjunto y en comparación a LA BENEMÉIRITA; no les llegan ni, “a las suelas de sus botas”.
Sánchez ordena parar España hasta el 9 de abril: El presidente del Gobierno ha anunciado el cierre de las empresas de sectores "no esenciales" entre el 30 de marzo y el 9 de abril. (Vozpópuli del 29-03-2020 y donde aparece la foto que aludo)
Observando la foto que aquí aparece, "su jeta" no refleja otra cosa que una incertidumbre enorme; y por cuanto se publica, podemos llegar a imaginar, que "apenas saben dónde están y a dónde nos han metido". Por otra parte oigo por radio informativos que dicen que, Trum no paraliza la ciudad de Nueva York, porque considera que el remedio es peor que la enfermedad... resumiendo, que... "caerán o caeremos los que tengamos que caer y punto"; no hay más que esperar en qué quedarán "estos palos de ciego" y como en toda epidemia... quedarán los que mejores defensas tengan. Amén
El Estado, al borde de la quiebra: la recaudación caerá al menos el 30%: FRANCISCO NÚÑEZ
El Covid-19 contagia a los ingresos: la recaudación por IRPF, IVA y Sociedades puede caer hasta un 50%: Fuentes del ministerio de Hacienda confirman que marzo está siendo catastrófico para la recaudación tributaria. Abril puede ser aún peor, lo que amenaza con llevar al Gobierno a una crisis de liquidez (Vozpópuli 30-03-2020)
Lo vengo comentando hace tiempo y hoy (31-3-2020) lo he publicado en un artículo bastante explicativo, aunque la síntesis es simple… “YO NO PAGO POR QUE NO ME PAGAN”; o sea que la sociedad consumista en inmensa mayoría, no sólo vive al día sino que es mucho peor aún, puesto que cargada de deudas, suele estar “asfixiada o casi”; si el dinero cotidiano, semanal o mensual, falla, la cadena es la que sintetiza mi frase; al final y se rompe; y como ocurría en “aquellos trágicos naufragios, donde el capitán era el último en abandonar el barco, previo pegarse un tiro, para llegar muerto al fondo”; pudiera ocurrir hoy en muchos de los actuales “capitanzuchos”, pero no creo que su moral llegue a tanto. www.jaen-ciudad.es(aquí más)
RECIBO ESTE COMUNICADO EL UNO DE ABRIL: “Sigue la siniestra selección de enfermos: aquí los que se pueden curar, allá los condenados a morir. El Covid-19 es una enfermedad que se ceba en los mayores y que causa la muerte sobre todo a los mayores. Y a ellos precisamente los estamos dejando sin asistencia sanitaria. https://bit.ly/2QZLp91 En Madrid, también en Cataluña, en Navarra, en toda España... No hacía falta aprobar la ley de eutanasia, ni promover el suicidio inducido, bastaba con aplicar criterios eugenésicos en los hospitales del Covid-19. https://bit.ly/3axmguh Y no solo es que se esté dejando morir a los mayores de 60 o 70 años. Es que además se les condena a morir solos. O acompañados, en el mejor de los casos, de sanitarios que no van a poder aguantar muchos días más asistiendo en sus últimos momentos a tantas personas que unas horas antes ni conocían. https://www.elespanol.com/espana/madrid/20200331/enfermos-mueren-planta-no-uci-hospitales-madrid/478703559_0.html
Recordemos simplemente, los continuos malgastos de dinero, de los gobiernos y desde hace muchas décadas; del mantenimiento de ejércitos de parásitos, enchufados al dinero público, etc.; y aumentemos las malversaciones y robos efectuados; sin preocuparse de que, con una pequeña parte de todo ello, haber dotado a España, de unas reservas de asistencia sanitaria, que hoy hubiesen sido no suficientes, sino incluso de forma sobrante; y con ello, haberse evitado estos “crímenes encubiertos”. Quien esto lea que opine y difunda, es lo que nos queda y mientras “nos dejen”. (Entren y lean en las direcciones que les dejo arriba)
UNO DE MIS LECTORES ME ESCRIBE Y DICE sobre uno de mis artículos: “Hola Antonio, no tengo palabras para decir lo que pienso. Te vuelvo a repetir, que qué lástima, no les llegue a ellos. Para mí, aparte de incompetentes, son "malas personas". Y AL QUE LE RESPONDO DE INMEDIATO: “Sí que les llega, alguien allegado los leerá y transmitirá; la palabra es "la mejor arma con que contamos los monos humanos" y ésta se difunde hasta ni sabemos dónde; es lo que me sostiene en este trabajo cotidiano. En cuanto a que "son malos"... no es explicable bajo nuestro corto caletre, pero de forma contundente, observa que ninguno de los Grandes (Cristo, Buda, Pitágoras y tantos otros) quiso formar una fuerza política para tratar de encauzar POR LA FUERZA, a "las salvajes tribus de monos humanos"; es algo que mueve a meditación, puesto que siempre procuraron emplear la palabra y el ejemplo de vida. Un abrazo y prosigamos viviendo lo que nos reste de vida: AGF 01-04-2020”.
Y finalmente y como se está viendo palpablemente, que el gobierno que nos maneja, cada vez es más inconsistente y antes o después, tendrá que convocar nuevas elecciones, vayamos pensando en lo que habrá que votar (si votamos) dentro del poco y atractivo surtido de partidos, partidillos, partidarios, mercenarios, separatistas y otras “yerbas” amargas; de las que siempre, son abundantes en la España de siempre.
NOSOTROS EL PUEBLO: A nosotros, el pueblo, nos importan dos cojones, los políticos que sean; lo que queremos son verdaderos estadistas, o sea, hombres y mujeres de Estado, y que de verdad, vayan solucionando los verdaderos problemas de España, que no son de partido alguno; son de todos los españoles y eso se olvida totalmente.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes