Las Noticias de hoy 13 Mayo 2023

Enviado por adminideas el Sáb, 13/05/2023 - 12:19
 
EN DEFENSA DE LA VIDA

Ideas Claras

DE INTERES PARA HOY    sábado, 13 de mayo de 2023       

Indice:

ROME REPORTS

Francisco: Jesús es el camino que conduce a la felicidad que no perece

Este mes de mayo recemos el Rosario pidiendo a la Virgen Santa el don de la paz

Papa Francisco: "Migrar debería ser siempre una decisión libre”

VIRGEN DE FÁTIMA* : Francisco Fernandez Carbajal

13 de mayo: Nuestra Señora de Fátima

“Señor, con tu auxilio, lucharé” : San Josemaria

Una trágica historia con feliz final

Ser y hacerse hermanos en la convivencia sociopolítica : Maria Aparecida Ferrari

La poesía de Ernestina de Champourcin: entre el arte y la trascendencia : Antonio Rodríguez Tovar

¿Qué son las apariciones de Fátima? ¿Cuál fue el secreto que dejó? ¿Qué fue el Milagro del Sol? : J.L.N

EL MILAGRO DE ABIGAIL. EL PODER DE LA INTERCESIÓN : José Martínez Colín

Todos unidos para educar a nuestros hijos para que el mundo no los haga perder el rumbo : Silvia del Valle Márquez

Javier Urra: “En la actual sociedad del ‘yo’ hay que poner más el acento en el ‘tú’”

La familia, una prioridad : Felipe Arizmendi

Diez hábitos que te harán una mamá feliz : M. J. Pérez Barco

La Universidad Pontificia de la Santa Cruz y su relación con la Fundación CARF

Fiat: El amor en femenino : Sheila Morataya

Una patología más de nuestra sociedad enferma : Domingo Martínez Madrid

Descartados con guante blanco : Jesús D Mez Madrid

Lo antinatural termina siendo un desastre : Juan García. 

El Tribunal Constitucional confirma su posición de considerar el aborto como un derecho : Julio Tudela

 

ROME REPORTS

 

 

Francisco: Jesús es el camino que conduce a la felicidad que no perece

Palabras del Santo Padre antes del Regina Coeli

Ángelus 19 junio 2022 © Vatican Media

Alas 12 del mediodía de hoy, V Domingo de Pascua, el Santo Padre Francisco se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para recitar el Regina Coeli con los fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro.

Estas son las palabras del Papa al introducir la oración mariana:

***

Palabras del Papa

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de la Liturgia del día (Jn 14,1-12) está sacado del último discurso de Jesús antes de su muerte. El corazón de los discípulos está atribulado, pero el Señor les dirige palabras tranquilizadoras, invitándolos a no tener miedo, no tengáis miedo: Él, de hecho, no les está abandonando, sino que va a preparar un lugar para ellos y a guiarles hacia esa meta. El Señor hoy nos indica así a todos nosotros el maravilloso lugar al que ir, y, al mismo tiempo, nos dice cómo ir, nos enseña el camino a recorrer. Nos dice dónde ir y cómo ir.

En primer lugar, dónde ir. Jesús ve la tribulación de los discípulos, ve su miedo de ser abandonados, precisamente como nos sucede a nosotros cuando nos vemos obligados a separarnos de alguien a quien queremos. Y entonces dice: «Me voy a prepararos un lugar […] para que donde estoy yo estéis también vosotros» (vv. 2-3). Jesús usa la imagen familiar de la casa, un lugar de relaciones y de intimidad. En la casa del Padre – dice a sus amigos y a cada uno de nosotros – hay espacio para ti, tú eres bienvenido, serás acogido para siempre con el calor de un abrazo, y yo estoy en el Cielo preparándote un lugar. Nos prepara ese abrazo con el Padre, el lugar para toda la eternidad.

Hermanos y hermanas, esta Palabra es fuente de consuelo, es fuente de esperanza para nosotros. Jesús no se ha separado de nosotros, sino que nos ha abierto el camino, anticipando nuestro destino final: el encuentro con Dios padre, en cuyo corazón hay un puesto para cada uno de nosotros. Entonces, cuando experimentemos cansancio, desconcierto e incluso fracaso, recordemos hacia dónde se dirige nuestra vida. No debemos perder de vista la meta, incluso si hoy corremos el riesgo de olvidarlo, de olvidar las preguntas finales, las importantes: ¿Adónde vamos? ¿Hacia dónde caminamos? ¿Por qué vale la pena vivir? Sin estas preguntas solo exprimimos la vida en el presente, pensamos que debemos disfrutarla lo máximo posible y al final terminamos por vivir al día, sin un objetivo, sin una finalidad. Nuestra patria, en cambio, está en el cielo (cf. Fil 3,20), ¡no olvidemos la grandeza y la belleza de la meta!

Una vez descubierta la meta, también nosotros, como el apóstol Tomás en el Evangelio de hoy, nos preguntamos: ¿Cómo ir? ¿Cuál es el camino? A veces, sobre todo cuando hay grandes problemas que afrontar está la sensación de que el mal es más fuerte y nos preguntamos: ¿Qué debo hacer? ¿Qué camino debo seguir? Escuchemos la respuesta de Jesús: «Yo soy el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6). “Yo soy el camino”. Jesús mismo es el camino a seguir para vivir en la verdad y tener vida en abundancia. Él es el camino y, por tanto, la fe en Él no es un “paquete de ideas”, en las que creer, sino un camino a recorrer, un viaje que cumplir, un camino con Él. Es seguir a Jesús, porque Él es el camino que conduce a la felicidad que no perece. Seguir a Jesús e imitarlo, especialmente con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás. He aquí la brújula para alcanzar el Cielo: amar a Jesús, el camino, convirtiéndose en señales de su amor en la tierra.

Hermanos y hermanas, vivamos el presente, hagámonos cargo del presente, pero no nos dejemos arrasar por él; miremos hacia arriba, miremos hacia el Cielo, recordemos la meta, pensemos que estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios. Y, desde el cielo al corazón, renovemos hoy la elección de Jesús, la elección de amarlo y de caminar detrás de Él. Que la Virgen María, que siguiendo a Jesús ya llegó a la meta, sostenga nuestra esperanza.

 

 

Este mes de mayo recemos el Rosario pidiendo a la Virgen Santa el don de la paz

Palabras del Santo Padre después de la oración mariana

 

Madagascar Papa ciclón

Francisco rezando el Rosario © Vatican Media

El Papa Francisco, después de la oración del Regina Coeli de  este domingo, 7 de mayo de 2023, pidió, en este mes de mayo rezar el Rosario pidiendo a la Virgen Santa el don de la paz,

Estas fueron las palabras del Papa después de la oración mariana, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede: 

***

Después del Regina Coeli

Queridos hermanos y hermanas:

Ayer se celebraron dos beatificaciones. En Montevideo, en Uruguay, fue beatificado el obispo Jacinto Vera, que vivió en el siglo XIX. Un pastor que cuidó de su pueblo, testimonió el Evangelio con generoso impulso misionero, favoreciendo la reconciliación social en un clima tenso por la guerra civil. En Granada, en España, fue beatificada la joven María de la Concepción Barrecheguren y García. Postrada en cama por una grave enfermedad, soportó los sufrimientos con gran fuerza espiritual, suscitando en todos admiración y consuelo. Murió en 1927 con 22 años. ¡Un aplauso para los dos beatos!

Os saludo de corazón a todos vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de tantos países, en particular, a los fieles procedentes de Australia, España, Inglaterra y a los estudiantes del Colegio Santo Tomás de Lisboa.

Saludo a la Asociación Meter y a su fundador don Fortunato Di Noto, que llevan adelante el compromiso para prevenir y combatir la violencia sobre los menores; celebran hoy la 27ª Jornada de los Niños Víctimas; desde hace 30 años defienden a los niños de los maltratos y de las violencias. Estoy cerca de vosotros, hermanos y hermanas, y os acompaño con la oración y mi afecto. No os canséis nunca de estar del lado de quien es víctima, ahí está Cristo Niño que os espera, ¡gracias!

Saludo al grupo de enfermos de fibromialgia del área médica de la Vicaría de Roma; a las Hermanas de San José Bendito Cottolengo; a la Asociación de Laicos de la Misericordia; a la Familia Camiliana Laica; a los fieles de Pozzuoli, Caraglio y Valle Grana; a los Coros de Empoli y Ponte Buggianese.

Un saludo especial va para los nuevos Guardias Suizos, a sus familiares y amigos y a las Autoridades helvéticas que participaron en las celebraciones de este cuerpo benemérito. Un aplauso para los Guardias, ¡todos!

Mañana en Pompeya se elevará la tradicional Súplica a la Virgen del Rosario, en aquel Santuario que el Beato Bartolo Longo quiso dedicar a la paz. En este mes de mayo recemos el Rosario pidiendo a la Virgen Santa el don de la paz, en particular por la martirizada Ucrania. Que los responsables de las naciones puedan escuchar el deseo de la gente que sufre y quiere la paz.

Os deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.

 

Papa Francisco: "Migrar debería ser siempre una decisión libre”

El Santo Padre advierte sobre la urgencia de políticas trasparentes y honestas, además del respeto de los derechos humanos para eliminar las migraciones forzadas causadas por las persecuciones, las guerras, los fenómenos atmosféricos y la miseria.

Johan Pacheco, Ciudad del Vaticano

En el mensaje para la 109ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado publicado este 11 de mayo, el Papa Francisco reflexiona sobre la “libertad de migrar o quedarse” lo cual exige una participación equitativa del bien común y respeto a los derechos humanos. La jornada será celebrada el domingo 24 de septiembre de 2023.

“Los flujos migratorios de nuestros días son expresión de un fenómeno complejo y articulado, cuya comprensión exige el análisis atento de todos los aspectos que caracterizan las diversas etapas de la experiencia migratoria, desde la partida hasta la llegada, incluyendo un eventual regreso”, expresa el Santo Padre en el mensaje titulado “Libres de elegir si migrar o quedarse”.

Como ejemplo de una migración forzada, recuerda en el mensaje la huida de la Sagrada Familia: “El Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo” (Mt 2,13).

"Migrar debería ser siempre una decisión libre; pero, de hecho, en muchísimos casos, hoy tampoco lo es”, denuncia Francisco. Indicando además que los “conflictos, desastres naturales, o más sencillamente la imposibilidad de vivir una vida digna y próspera en la propia tierra de origen obligan a millones de personas a partir”.

La migración forzada contemporánea

En el mensaje menciona algunas de las causas más visibles de la migración forzada contemporánea: las persecuciones, las guerras, los fenómenos atmosféricos y la miseria. Los migrantes escapan debido a la pobreza, al miedo, a la desesperación.

“Para eliminar estas causas y acabar finalmente con las migraciones forzadas es necesario el trabajo común de todos, cada uno de acuerdo a sus propias responsabilidades”, dice Francisco. Insistiendo también en la urgencia “por detener la carrera de armamentos, el colonialismo económico, la usurpación de los recursos ajenos, la devastación de nuestra casa común”. 

“Para que la migración sea una decisión realmente libre – señala Francisco en el mensaje-, es necesario esforzarse por garantizar a todos una participación equitativa en el bien común, el respeto de los derechos fundamentales y el acceso al desarrollo humano integral. Sólo así se podrá ofrecer a cada uno la posibilidad de vivir dignamente y realizarse personalmente y como familia”.

Políticas transparentes  

El Papa Francisco advierte que la tarea principal para que la migración sea libre, corresponde a los países de origen y a sus gobernantes: “llamados a ejercitar la buena política, transparente, honesta, con amplitud de miras y al servicio de todos, especialmente de los más vulnerables”. Sin embargo, asegura también ellos “han de estar en condiciones de realizar tal cosa sin ser despojados de los propios recursos naturales y humanos, y sin injerencias externas dirigidas a favorecer los intereses de unos pocos”.

Camino al Jubileo del 2025, el Santo Padre recuerda un acto de justicia iluminado por la Sagrada Escritura: “En este año jubilar cada uno de ustedes regresará a su propiedad” (Lv 25,13). Y exhorta a “un esfuerzo conjunto de cada uno de los países y de la comunidad internacional para que se asegure a todos el derecho a no tener que emigrar, es decir, la posibilidad de vivir en paz y con dignidad en la propia tierra”.

El encuentro con Cristo a través del migrante

Finalmente, hace resonar las palabras del Evangelio: “Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver” (Mt 25,35-36), invitando a todos a practicar las obras de misericordia con los migrantes mientras se trabaja “para que toda migración pueda ser fruto de una decisión libre”.

“Y esto significa –dice el Papa- acompañar y gobernar los flujos del mejor modo posible, construyendo puentes y no muros, ampliando los canales para una migración segura y regular. Dondequiera que decidamos construir nuestro futuro, en el país donde hemos nacido o en otro lugar, lo importante es que haya siempre allí una comunidad dispuesta a acoger, proteger, promover e integrar a todos, sin distinción y sin dejar a nadie fuera”.

 

 

VIRGEN DE FÁTIMA*

Memoria

— Las apariciones de Nuestra Señora.

— La Virgen pide penitencia por los pecados de los hombres.

— Consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María.

I. El 13 de mayo de 1917, hacia el mediodía, se apareció Nuestra Señora por vez primera a tres pastorcillos –Lucía, Jacinta y Francisco–, que habían llevado sus ovejas a pastar a una hondonada cubierta de carrascas y de olivos que los lugareños conocían con el nombre de Cova de Iría1. La Virgen pidió a los niños que acudieran a aquel mismo lugar el día trece de cada mes, durante seis meses consecutivos. El mensaje que les irá desgranando la Señora es un mensaje de penitencia por los pecados que cada día se cometen, el rezo del Santo Rosario por esta misma intención y la consagración del mundo a su Inmaculado Corazón. En cada aparición, la dulce Señora insiste en el rezo diario del Rosario, y les enseña una oración para que la repitan muchas veces, ofreciendo sus obras y en especial pequeñas mortificaciones y sacrificios: ¡Oh Jesús!..., por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de las ofensas hechas al Inmaculado Corazón de María.

En agosto, la Virgen prometió un signo público, visible por todos, como prueba de la veracidad de estos mensajes. En cada aparición, la Virgen alentaba a los niños a que rezaran por la conversión de los pecadores, ofreciendo sacrificios y rezando el Santo Rosario. El 13 de octubre, tuvo lugar el llamado prodigio del sol. Decenas de miles de personas, presentes en Cova de Iría, fueron testigos de este hecho extraordinario; incluso fue visto por quienes estaban a muchos kilómetros del lugar de las apariciones. Nuestra Señora declaró entonces a los niños que era la Virgen del Rosario. También les dijo: «Es preciso que los hombres se enmienden, que pidan perdón de sus pecados... Que no ofendan más a Nuestro Señor, que ya es demasiado ofendido».

El Papa Juan Pablo II, recordando su peregrinación a Fátima, donde acudió «con el rosario en la mano, el nombre de María en los labios y el canto de la misericordia en el corazón», para dar gracias a Nuestra Señora por haber salido con vida del atentado sufrido el año anterior, señalaba que «las apariciones de Fátima, comprobadas por signos extraordinarios, en 1917, forman como un punto de referencia y de irradiación para nuestro siglo. María, Nuestra Madre celestial, vino para sacudir las conciencias, para iluminar el auténtico significado de la vida, para estimular a la conversión del pecado y al fervor espiritual, para inflamar las almas de amor a Dios y de caridad hacia el prójimo. María vino a socorrernos, porque muchos, por desgracia, no quieren acoger la invitación del Hijo de Dios para volver a la casa del Padre.

»Desde su santuario de Fátima, María renueva todavía hoy su materna y apremiante petición: la conversión a la Verdad y a la Gracia; la vida de los sacramentos, especialmente la Penitencia y la Eucaristía, y la devoción a su Corazón Inmaculado, acompañado por el espíritu de penitencia»2.

Hoy podemos preguntarnos cómo va nuestra correspondencia a las frecuentes inspiraciones del Espíritu Santo para que purifiquemos el alma, especialmente en la Confesión sacramental, cómo reparamos por los pecados personales pasados y por los de todos los hombres, cómo rezamos el Santo Rosario –especialmente en este mes de mayo–, poniendo «intenciones ambiciosas», pidiendo que muchos amigos y compañeros se acerquen de nuevo a Cristo, recorriendo con humildad el camino de vuelta del hijo pródigo.

II. «El mensaje de Fátima es, en su núcleo fundamental, una llamada a la conversión y a la penitencia, como en el Evangelio (...). La Señora del mensaje parecía leer con una perspicacia especial los signos de los tiempos, los signos de nuestro tiempo.

»La llamada a la penitencia es una llamada maternal; y, a la vez, es enérgica y hecha con decisión»3. Hoy, en nuestra oración, nos llega esta voz a la vez dulce y fuerte de la Virgen, que apremia, como dirigida personalmente a cada uno de nosotros.

A lo largo de todo el Evangelio resuenan las palabras arrepentíos y haced penitencia4. Jesús comenzará su misión pidiendo penitencia: haced penitencia, porque está cerca el Reino de los Cielos5. Esta palabra significa la conversión del pecador, y designa todo un conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a reparar el pecado cometido6.

La Virgen nos recuerda que sin penitencia no se recibe el Reino de su Hijo; sin penitencia se está en el reino del pecado. Sin penitencia, todos igualmente pereceréis7, había anunciado el Señor. Por eso, en el mensaje que difunden los Apóstoles, recién nacida la Iglesia, la predicación de esta virtud ocupará un lugar esencial8. Todo el tiempo de la Iglesia peregrina, en el que nos encontramos, aparece como spatium verae poenitentiae, un tiempo de verdadera penitencia concedido por el Señor para que nadie perezca9. Es necesaria la penitencia porque existe el pecado y nosotros no somos ajenos a él, porque es necesario reparar por tantas faltas y debilidades propias y de nuestros hermanos los hombres, y porque nadie, sin un privilegio especial y extraordinario, está confirmado en gracia. «La finalidad última de la penitencia –enseña el Papa Juan Pablo II– consiste en lograr que amemos intensamente a Dios y nos consagremos a Él»10. El Santo Cura de Ars solía afirmar que nos es tan necesaria para el alma como el respirar para la vida del cuerpo11.

La primera muestra de esta virtud se manifiesta en el amor a la Confesión frecuente de nuestras culpas actuales y pasadas, que nos lleva a desearla, a cuidarla con esmero, con contrición verdadera, y a llevar a cabo un eficaz apostolado entre nuestros parientes y amigos para acercarles a este sacramento de la misericordia y de la alegría. La virtud de la penitencia ha de estar presente, de alguna manera, en las acciones corrientes de todos los días: en «el cumplimiento exacto del horario que te has fijado, aunque el cuerpo se resista o la mente pretenda evadirse con ensueños quiméricos. Penitencia es levantarse a la hora. Y también, no dejar para más tarde, sin un motivo justificado, esa tarea que te resulta más difícil o costosa.

»La penitencia está en saber compaginar tus obligaciones con Dios, con los demás y contigo mismo, exigiéndote de modo que logres encontrar el tiempo que cada cosa necesita. Eres penitente cuando te sujetas amorosamente a tu plan de oración, a pesar de que estés rendido, desganado o frío.

»Penitencia es tratar siempre con la máxima caridad a los otros, empezando por los tuyos. Es atender con la mayor delicadeza a los que sufren, a los enfermos, a los que padecen. Es contestar con paciencia a los cargantes e inoportunos. Es interrumpir o modificar nuestros programas, cuando las circunstancias –los intereses buenos y justos de los demás, sobre todo– así lo requieran.

»La penitencia consiste en soportar con buen humor las mil pequeñas contrariedades de la jornada; en no abandonar la ocupación, aunque de momento se te haya pasado la ilusión con que la comenzaste; en comer con agradecimiento lo que nos sirven, sin importunar con caprichos.

»Penitencia, para los padres y, en general, para los que tienen una misión de gobierno o educativa, es corregir cuando hay que hacerlo, de acuerdo con la naturaleza del error y con las condiciones del que necesita esa ayuda, por encima de subjetivismos necios y sentimentales.

»El espíritu de penitencia lleva a no apegarse desordenadamente a ese boceto monumental de los proyectos futuros, en el que ya hemos previsto cuáles serán nuestros trazos y pinceladas maestras. ¡Qué alegría damos a Dios cuando sabemos renunciar a nuestros garabatos y brochazos de maestrillo, y permitimos que sea Él quien añada los rasgos y colores que más le plazcan!»12. ¡Qué buena obra maestra aparece entonces!

III. Una parte del mensaje de Fátima era el deseo de la Virgen de que se consagrara el mundo a su Inmaculado Corazón. ¿Dónde iba a estar más seguro el mundo? ¿Dónde vamos a estar nosotros mejor defendidos y amparados? Esta Consagración «significa acercarnos, por intercesión de la Madre, a la misma fuente de la Vida, que brotó en el Gólgota. Este manantial corre ininterrumpidamente, brotando de él la Redención y la gracia. Se realiza continuamente en él la reparación por los pecados del mundo. Este manantial es fuente incesante de vida nueva y de santidad»13.

Pío XII (cuya ordenación episcopal había tenido lugar precisamente el 13 de mayo de 1917, el día de la primera aparición) consagró al Inmaculado Corazón de María el género humano y, especialmente, los pueblos de Rusia14. Juan Pablo II ha querido renovarla, y a ella nos podemos unir nosotros: «¡Oh Madre de los hombres y de los pueblos!, tú que conoces todos sus sufrimientos y esperanzas, tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas que invaden el mundo contemporáneo, acoge nuestro grito que, como movidos por el Espíritu Santo, elevamos directamente a tu corazón, y abraza con el amor de la Madre y de la Sierva este nuestro mundo, que ponemos bajo tu confianza y te consagramos, llenos de inquietud por la suerte terrena y eterna de los hombres y de los pueblos.

»De manera especial ponemos bajo tu confianza y te consagramos aquellos hombres y naciones que necesitan especialmente esta consagración. “¡Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios!”. “¡No deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades!”.

»¡No deseches!

»¡Acoge nuestra humilde confianza y entrega!»15.

Santa María, siempre atenta a lo que le pedimos, nos dejará que encontremos refugio y amparo en su Purísimo Corazón.

1 C. Barthas, La Virgen de Fátima, Rialp. Madrid 1963, p. 86 ss. — 2 Juan Pablo II, Ángelus, 26-VII- 1987. — 3 ídem, Homilía en Fátima, 13-V-1982. — 4 Cfr. Mc 1, 15. — 5 Mt 4, 17. — 6 Cfr. L. Boyer, Diccionario de Teología, Herder, Barcelona 1983, voz Penitencia. — 7 Lc 13, 3. — 8 Cfr. Hech 2, 38. — 9 Cfr. 2 Pdr 3, 9. — 10 Juan Pablo II, Homilía en Fátima, cit. — 11 Santo Cura de Ars, Sermón sobre la penitencia. — 12 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 138. — 13 Juan Pablo II, Homilía en Fátima, cit. — 14 Pío XII, Radiomensaje Benedicite Deum, 31-X-1942. — 15 Juan Pablo II, Consagración a la Virgen de Fátima, 13-V-1982.

Desde el 13 de mayo al 13 de octubre de 1917, la Virgen se apareció en Fátima (Portugal) a tres niños: Lucía, Francisco y Jacinta. Estas apariciones fueron precedidas por tres apariciones de un Ángel en la primavera de 1916. La Virgen les recomendó, en cada ocasión, el rezo del Santo Rosario y la reparación por las ofensas que recibe su Inmaculado Corazón. El 13 de octubre tuvo lugar un prodigio, que fue observado por miles de personas, anunciado por Nuestra Señora para que el mundo comprendiera la veracidad de estas apariciones: el sol, como un disco luminoso, comenzó a girar sobre sí mismo, asemejándose a una rueda de fuego. El fenómeno duró unos diez minutos.

La Virgen pidió que fuera consagrado el mundo a su Inmaculado Corazón, Esta Consagración, a petición del Episcopado portugués, fue realizada solemnemente por Pío XII el 31 de octubre de 1942. Fue renovada por Juan Pablo II.

 

 

13 de mayo: Nuestra Señora de Fátima

Comentario de la fiesta de la Virgen de Fátima. “Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan”. La Virgen de Fátima nos pidió que rezáramos el Rosario por la paz y por el perdón de los pecados, dos necesidades siempre actuales.

13/05/2023

Evangelio (Lc 11, 27-28)

Mientras Él estaba diciendo todo esto, una mujer de en medio de la multitud, alzando la voz, le dijo:

–Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.

Pero él replicó:

–Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan”.


Comentario

Hoy celebramos en la Iglesia la fiesta de la Virgen de Fátima. La liturgia de la Iglesia ha querido que hoy meditásemos sobre la maravillosa alabanza que Jesús dirigió a su madre.

El contexto de esas palabras es el final de una larga conversación de Jesús con la multitud. Los discípulos habían pedido a Jesús que les enseñara a rezar, a lo que el Maestro respondió con el Padre Nuestro. Continúa con algunos ejemplos que subrayan la necesidad de orar confiadamente a nuestro Padre Dios. A lo largo de la conversación se encuentra con la incredulidad de algunos que no terminan de creer en Él.

Jesús encuentra disparidad entre la multitud: Algunos se muestran incrédulos y otros entusiasmados. Como una mujer de entre la multitud que levanta la voz y grita fervorosamente: ¡Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron! Esta mujer había sabido reconocer en el Señor algo extraordinario y estaba quizá alegremente sorprendida por lo que escuchaba y veía en Jesús.

El Señor, en su respuesta, nos invita a encontrar un motivo más sobrenatural “Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan”. Esta respuesta de Jesús supone una elevada alabanza a su madre.

Jesús sabe muy bien que hay muchos que empiezan con gran entusiasmo pero que no logran perseverar. Es por esto que el Señor la invita a edificar sobre terreno seguro, a poner los cimientos sobre roca (cf. Lc 6, 47-49), no solo escuchando y manifestando con palabras su cariño sino también viviendo y practicando su enseñanza.

El Maestro nos pone el ejemplo de María. Ella siempre fue fiel a los designios de Dios, sus obras siempre fueron una respuesta amorosa a los planes de Dios. Es por ello que Jesús la colmó de gracias y quiso dejarnos a María como madre. Una madre que intercede por sus hijos. Y su intercesión continúa hasta nuestros días, como vemos en el mensaje de Fátima.

El 13 de mayo de 1917, tres niños: Lucía, Francisco y Jacinta de 10, 9 y 7 años respectivamente, cuidaban un pequeño rebaño en Cova da Iría. Alrededor del mediodía, después de haber rezado el rosario, se les apareció una “Señora más brillante que el sol” con un rosario blanco entre las manos. Y comenzó una apasionante conversación entre la Virgen María y Lucía – «¿De dónde sois, Señora?» – «Soy del Cielo», fue la respuesta. Entre mayo y octubre se sucedieron seis apariciones de la Virgen. Les pidió que se rezase el Rosario todos los días, y que se hiciera penitencia. Tras varios encuentros, en la última aparición del 13 de octubre, estando presentes cerca de 70.000 personas, además de obrar el milagro del movimiento del sol, la Virgen les dijo que era la “Señora del Rosario” y que hicieran allí una Capilla en su honor.

San Josemaría se hizo eco del mensaje de María y lo quiso transmitir a todos sus hijos en el Opus Dei. Estuvo en Fátima en muchas ocasiones. Siempre se dirigía a la capelinha y se arrodillaba a los pies de la imagen de la Virgen para implorar su intercesión.

La Virgen María nos pidió que rezáramos el Rosario por la paz y por el perdón de los pecados. Acudamos a la llamada de María, recemos con fe tan valiosa plegaria, implorando que esa oración nos lleve a escuchar y guardar la palabra de Dios en nuestras vidas.

 

“Señor, con tu auxilio, lucharé”

El canto humilde y gozoso de María, en el «Magnificat», nos recuerda la infinita generosidad del Señor con quienes se hacen como niños, con quienes se abajan y sinceramente se saben nada. (Forja, 608)

13 de mayo

No me olvidéis que santo no es el que no cae, sino el que siempre se levanta, con humildad y con santa tozudez. Si en el libro de los Proverbios se comenta que el justo cae siete veces al día (Cfr. Prv XXIV, 16.), tú y yo –pobres criaturas– no debemos extrañarnos ni desalentarnos ante las propias miserias personales, ante nuestros tropiezos, porque continuaremos hacia adelante, si buscamos la fortaleza en Aquel que nos ha prometido: venid a mí todos los que andáis agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré (Mt XI, 28.). Gracias, Señor, quia tu es, Deus, fortitudo mea (Ps XLII, 2.), porque has sido siempre Tú, y sólo Tú, Dios mío, mi fortaleza, mi refugio, mi apoyo.

Si de veras deseas progresar en la vida interior, sé humilde. Acude con constancia, confiadamente, a la ayuda del Señor y de su Madre bendita, que es también Madre tuya. Con serenidad, tranquilo, por mucho que duela la herida aún no restañada de tu último resbalón, abraza de nuevo la cruz y di: Señor, con tu auxilio, lucharé para no detenerme, responderé fielmente a tus invitaciones, sin temor a las cuestas empinadas, ni a la aparente monotonía del trabajo habitual, ni a los cardos y guijos del camino. Me consta que me asiste tu misericordia, y que al final hallaré la felicidad eterna, la alegría y el amor por los siglos infinitos. (Amigos de Dios, 131)

 

Una trágica historia con feliz final

En este mes dedicado a la Virgen y en que celebramos la fiesta del beato Álvaro del Portillo, Francisco y María Ester narran cómo su hija Luisa salvó de milagro gracias a la intercesión del cielo.

11/05/2023

Esta historia tiene cuatro protagonistas: Luisa, una niña de dos años; Catán, un "misterioso señor"; la Virgen de Lourdes y el beato Álvaro. La cuentan Francisco y María Ester, padres de Luisa.

  1. El accidente
  2. El hombre misterioso
  3. El día de la Virgen de Lourdes
  4. Encontramos a Catán

La familia Larraín Jorquera. Luisa con camiseta a rayas.

1. El accidente

Verano de 2014.

Francisco Larraín y María Ester Jorquera están casados hace 16 años. Ese año fueron de vacaciones al sur de Chile con sus tres niños y esperando un cuarto hijo. Allí la vida les dio un vuelco en 180°.

Francisco: Un día, después del almuerzo, estábamos retirando los platos de la mesa mientras Francisco, de seis años, Gracia, de tres y Luisa, de dos, daban vueltas por la cabaña. Corrían de un lado a otro jugando entre ellos. De pronto María Ester se dio cuenta de que la pequeña no estaba con sus hermanos y me dijo: «¿Dónde está Luisa?». Ella se quedó en la cabaña buscándola y yo, sin pensarlo, corrí hacia la piscina de agua caliente donde nos habíamos bañado la tarde anterior. Quedaba lejos de la casa y era poco predecible que una niña tan pequeña se fuera a ese lugar y que se acordara del camino para llegar.

Pero, lamentablemente, allí la vi, sumergida bajo el agua, abandonada a su suerte. Sin perder la esperanza la saqué inmediatamente y grité con todas mis fuerzas para pedir ayuda. Comencé algunas maniobras de reanimación, sin resultados. Una, dos, tres veces y no sé cuántas, hasta que pedí que llamaran un doctor. Empezó a llegar mucha gente, incluidos nuestros otros dos hijos pequeños, que miraban espantados la trágica escena. Un hombre me dijo que era doctor, muy joven, recién salido de la universidad, y empezó a hacer las maniobras. También llegó mi mujer, que casi no soportaba la situación, sobre todo por la fragilidad de su embarazo.

María Ester: El doctor no lograba nada y cada segundo era infinito. Pensé que mi vida estaba siendo rasgada para siempre. No podía imaginar lo que venía, intentaba rezar y solo se me vino a la mente la oración del 'Acordaos', que repetía sin terminar una y otra vez. Francisco me contó que él repetía «Dios te salve… Dios te salve…». No lograba terminar el avemaría.

Luisa, Francisco y Gracia ese verano de 2014.

2. El hombre misterioso

Francisco: En eso, llegó un misterioso señor y nos dijo: «Déjenme a mí». El doctor le dejó pasar y para mí fue como perder la esperanza en la medicina y empezar a pedir un milagro, aunque ya lo estaba haciendo. Este hombre la tomó e hizo que reaccionara un poco. Luego la envolvió en una toalla y la llevó a un lado, donde había algo de sol. En ese lugar comenzó a hacerle masajes por la espalda, mientras yo pensaba que eso no tenía sentido, pero me aferraba a la esperanza: cualquier cosa serviría. Y de repente Luisa botó toda el agua que tenía. Fue tanta que pensé que no podía quedar agua en su interior y comenzó a respirar lo mínimo… A mí me parecía insuficiente para vivir, pero ya lo hacía con una cierta frecuencia. Luisa había pasado mucho tiempo sin respirar. Se nos había hecho eterno.

Para entonces ya había llegado la policía y una ambulancia que se llevó a Luisa con mi mujer al policlínico de Panguipulli. Yo entré a la casa a buscar a los niños y en ese momento vi el libro sobre la vida del beato Álvaro del Portillo ‘Un hombre fiel’. Sentí un imán muy fuerte hacia su imagen, me arrodillé y le di un beso. Y le agradecí que a pesar de todo Luisa siguiera todavía con vida. Pero le pedí más. Luego me fui con los niños al auto, desde donde mandé un mensaje a mi familia para que rezaran. En poco tiempo mucha gente nos contestó que estaban rezando al beato Álvaro y a san Josemaría. La cadena en poco tiempo se hizo viral.

María Ester: Ese viaje al policlínico fue como una pesadilla, no podía creer lo que estábamos viviendo. Le sacaron una radiografía y sus pulmones estaban negros. Pasaban las horas y no mejoraba; nos dijeron que no la podían ayudar y que teníamos que llevarla a Valdivia. Nos demoramos cuatro horas en llegar a esa ciudad y yo iba con Luisa en ambulancia conectada a una máquina de oxígeno.

Cinco días antes del accidente, Luisa visitó la gruta de la Virgen de Lourdes. Jamás imaginaron que el día de su fiesta, Ella intercedería por Luisa.

3. El día de la Virgen de Lourdes 

Francisco: Yo hice el viaje por mi cuenta. Durante el camino me llamó un amigo que estaba en el lugar y me dijo que no me preocupara, pues era el día de la Virgen de Lourdes. ¡11 de febrero! Llamé a mi mujer lleno de esperanza porque los dos le teníamos mucha devoción desde siempre. Así pues, acudimos a Ella mientras recibíamos una cadena de mensajes de personas que estaban rezando sin parar.

Llegamos a la clínica en Valdivia, donde no nos dejaron acompañar a Luisa, por lo que no nos quedó otra que ir a buscar dónde dormir. Me sentí un poco como la Sagrada Familia en Belén, pues al ser la Semana Valdiviana estaba todo ocupado. Finalmente encontramos una cabaña, pero que solo nos serviría para una noche porque estaba reservada para el día siguiente. La dueña, sin embargo, se conmovió con nuestra historia, y nos ofreció su propia casa como alojamiento. Se iba notando la intercesión desde el cielo.

Tres días después del accidente, sus padres pudieron ver a Luisa en la clínica de Valdivia: la encontraron sentada, sonriente y sin secuelas. 

María Ester: Pasaron dos días en los que no nos decían prácticamente nada. Al tercer día nos dejaron entrar y sentimos una tremenda emoción cuando pudimos ver a Luisa que estaba sentada en una cuna llena de cables por todos lados. Se acercó la doctora y nos dijo que estaba completamente sana. No lo podíamos creer. El médico había visto los resultados del escáner que le acababan de hacer y lo primero que les dijo a las enfermeras fue: «¿Pueden mandarme las imágenes correctas?». Y es que, según él, era imposible que fueran las de ella, pues no cuadraban con las de una niña que había estado sumergida en el agua por un tiempo considerable.

En ese momento nos empezamos a dar cuenta de lo que estaba pasando: Luisa estaba perfectamente. Dios nos la había devuelto, de la mano de su Madre y de don Álvaro. Ese mismo día salimos de la clínica.

4. ¡Encontramos a Catán!

Francisco: Ya en Santiago, nuestra pediatra nos preguntó si éramos conscientes de que se trataba de un milagro, que el tiempo que pudo haber pasado bajo el agua en una piscina temperada hacía todo mucho peor, y que lo más probable es que un niño no sobreviviera porque los órganos no se mantenían con el agua caliente.

En esos días, mi mujer encontró una foto que habíamos sacado cinco días antes del accidente. En ella se veía a Luisa con la Virgen de Lourdes detrás, en una gruta en Pucón. Todos los veranos pasamos por ahí para pedirle por nuestra familia y agradecerle tantas cosas. Fue una prueba más de que ese día estaba en los brazos de la Virgen de Lourdes.

Unos meses después del accidente nació nuestra cuarta hija. Le íbamos a poner Jacinta, pero no pudimos dejar de llamarla Lourdes en agradecimiento a nuestra Madre. También comenzamos a buscar a la persona que había salvado a Luisa. No sabíamos quién era aquel hombre misterioso. En las cabañas no lo conocían y nadie sabía de quién se trataba. Al final alguien me dijo que su nombre era Catán.

Catán y Luisa el día que se reencontraron 5 años después del accidente.

Lo empecé a buscar en Internet y fui encontrando algunas pistas, aunque con pocas esperanzas. En agosto de ese año nos fuimos a vivir a Estados Unidos, y durante todo ese tiempo seguí tratando de ubicarlo. Cinco años después volvimos a Pucón de vacaciones. Yo estaba con una idea vaga de encontrar a este hombre, y María Ester insistió en que lo intentara.

Un día en que había un fuerte temporal de viento en el lago me acerqué a la oficina de los marinos quienes estaban vigilando el puerto del lago. Entonces uno de ellos llamó al teniente y le dijo sobresaltado que había un bote a motor zarpando que apenas podía con las olas. El teniente tomó los prismáticos y dijo: «Ah, no te preocupes por él, es Catán». Entonces fui yo el que se sobresaltó y pregunté su apellido y, efectivamente, era él. El teniente comentó: «Siempre anda por ahí salvando gente. ¿Por qué lo dice?».

Yo estaba que no me lo podía creer. Me dijeron dónde lo podía encontrar y al día siguiente fuimos a buscarlo con toda la familia en el taller donde trabajaba. Por desgracia no dimos con él, pero después de intentarlo varias veces lo encontramos. 

María Ester: Aquel día fue un torbellino de emociones. ¡Habían pasado cinco años! Nos quedamos mirándonos y él, señalando a Luisa, dijo: «¡Es ella!» La abrazó y nos pusimos todos a llorar. Estuvimos conversando un buen rato y le contamos cómo siguió la historia. Le dijimos que, además de él, también la había salvado la Virgen de Lourdes y el beato Álvaro del Portillo. Entonces nos respondió que él también es muy devoto de Ella y que iba con frecuencia a la misma gruta donde le sacamos la foto a Luisa. Todas estas coincidencias nos dejaron impactados”.

Francisco: Desde entonces lo visitamos todos los años en Pucón. Lamentablemente este verano supimos que Catán tiene cáncer. Al despedirnos de él, le dimos una estampa de don Álvaro con reliquia, explicándole que él también tuvo mucho que ver en el gran favor de Luisa. Nos lo agradeció mucho y ahora procuramos verle con más frecuencia mientras rezamos por él para que se cure y esté muy cerca de Dios.

Gracia, Lourdes, Francisco, María Ester, Luisa, Francisco y Jorge.


Aquí puedes conocer más sobre la vida del Beato Álvaro del Portillo.
Esta es la oración para pedir por su intercesión.

 

Ser y hacerse hermanos en la convivencia sociopolítica

Una de las novedades más importantes de la encíclica "Fratelli Tutti" es el vínculo que postula entre la fraternidad y el bien común político. Recogemos algunas ideas del estudio realizado por Maria Aparecida Ferrari, publicado en el boletín Romana.

10/05/2023

Recogemos algunas ideas del estudio realizado por Maria Aparecida Ferrari, publicado el volumen 73 del boletín Romana.


  • No es habitual presentar la fraternidad como uno de los principios estructurantes de la convivencia política. De hecho, una de las novedades de enfoque más importantes de la encíclica Fratelli Tutti es el vínculo que postula entre la fraternidad y el bien común político.
  • El concepto “relacional” aplicado al bien común político pone de relieve algo nuevo con respecto a los supuestos más extendidos en la filosofía y las ciencias sociales. Mientras que en estas el bien común suele concebirse en términos de “propiedad” de los ciudadanos o del Estado, la comprensión relacional lo identifica esencialmente como aquella forma de convivencia que permite a los sujetos sociales procurarse sus propios fines con autonomía y responsabilidad.

EL CIUDADANO NO ENCUENTRA SU REALIZACIÓN EN SÍ MISMO, SINO EN LA INTERACCIÓN “CON” LOS DEMÁS Y “PARA” LOS DEMÁS

  • (…) el fin común, la vida buena en la convivencia política, se compone primordialmente de relaciones humanas de calidad, de tal modo que realizar el bien común es generar, preservar y fortalecer las relaciones que permiten a los individuos y a los grupos caminar libremente hacia ese bien de todos que también enriquece el propio bien particular.
  • Si el bien común es ante todo el vínculo social del que dependen tanto los fines materiales como los racionales o espirituales, habrá que concluir que el ciudadano no encuentra su realización en sí mismo, sino en la interacción “con” los demás y “para” los demás.
  • La concepción cristiana del bien común sostiene, en efecto, que las personas, individualmente y en asociación, así como la propia sociedad política, están llamadas a poner en práctica esa «fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite» (FT 1).
  • No es de las fábricas, ni tampoco de la imposición de leyes, de donde provienen ciertos bienes esenciales de la convivencia como la paz, la justicia, el amor al prójimo, la gratuidad, el perdón, la protección del medio ambiente, el amor al bien ajeno, el ejercicio de la libertad orientado al bien colectivo, la gratitud, la laboriosidad, etc. Estos son bienes comunes y eminentemente políticos, ya que son personales y relacionales.

  • Ser agente generador del bien común exige del ciudadano algo más que la estricta obediencia al ordenamiento jurídico establecido: implica un ejercicio de la libertad que excede los límites legales, pues requiere laboriosidad, honestidad, solidaridad, prudencia, subsidiariedad, confianza, templanza, etc.
  • La fraternidad social toma forma, de modo que cuando un ciudadano se relaciona con los demás con sentido del respeto y de la reciprocidad, desempeña competentemente su profesión o sus deberes, se ocupa de los intereses comunes..., está mostrando el rostro de la fraternidad en la esfera sociopolítica, y al hacerlo configura el bien común político en su significado más auténtico. Fratelli Tutti lo ilustra claramente retomando la parábola del buen samaritano.
  • El «posadero», que en la exégesis habitual pasa muchas veces desapercibido, demuestra aún mejor que los otros que toda persona, con su vida sencilla y ordinaria, puede vivir la fraternidad social de forma estable y de acuerdo con sus peculiaridades en el ámbito de la ciudadanía política. (…) De hecho, como observa la encíclica, «aun el buen samaritano necesitó de la existencia de una posada que le permitiera resolver lo que él solo en ese momento no estaba en condiciones de asegurar» (FT 165).
  • Es necesario que todos, en sus relaciones, sean continuamente «posaderos», y por tanto hermanos, no solo en la acogida y el cuidado del otro en la familia y en las diversas comunidades fundadas sobre la base de la amistad y la confianza, sino también en los demás ámbitos de relación.
  • Sin duda, en la sociedad política las relaciones suelen ser amplias y anónimas, pero esto no excluye su dimensión fraternal. Quien, por ejemplo, limpia una plaza −ya sea como empleado municipal o como usuario de ese espacio− al hacerlo respeta y cuida a todos los demás ciudadanos, aunque no conozca sus rostros y no tenga una concreta relación directa con ellos.
  • El ejercicio de la fraternidad social se traduce, por tanto, en la personificación del «posadero» en la vida cotidiana en los distintos ámbitos de relación.
  • “¿Quién es mi hermano en la convivencia sociopolítica?”. Por supuesto, se puede responder: “el que tiene hambre, sed, no está vestido, está en la cárcel o está enfermo”. Pero, siendo cierta, esta respuesta es también incompleta, ya que el otro no es mi hermano solo porque está necesitado o solo cuando está desamparado (…) Se trata, por tanto, de percibir en el otro −y no propiamente en su necesidad− que es un hermano, es decir, alguien constantemente merecedor de algo que presupone en todos la disposición de dar y de darse en libertad.

EL OBJETIVO COMÚN ES INELUDIBLE: LLEGAR A «UNA GLOBALIZACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS MÁS BÁSICOS»

  • Como el samaritano prestó un servicio y «se fue sin esperar reconocimientos ni gratitudes», los «posaderos» del mundo ejercen, en la rutina diaria de su vida y en su trabajo, la responsabilidad hacia ese «herido que es el pueblo mismo y todos los pueblos de la tierra». Desde su lugar en la sociedad (…) responden a la llamada del Papa Francisco: «Cuidemos la fragilidad de cada hombre, de cada mujer, de cada niño y de cada anciano, con esa actitud solidaria y atenta, la actitud de proximidad del buen samaritano» (FT 79).
  • Ciertamente, no todos los ciudadanos tienen vocación para la actividad de gobierno (…) ser hermano/a en el debate público implica comprometerse a aprender sobre los distintos temas y contribuir a la solución de los problemas sociales. Esta conducta es un requisito del amor social −la caridad−, pero antes aún de la virtud cardinal de la justicia.

  • Los más preparados tienen además una responsabilidad especial en materia de solidaridad y subsidiariedad. Como señala Fratelli Tutti, «la política no puede renunciar al objetivo de lograr que la organización de una sociedad asegure a cada persona alguna manera de aportar [al bien común] sus capacidades y su esfuerzo» (FT 162).
  • Se trata, en definitiva, de conjugar también en la esfera pública el “nosotros” en vez del “yo” −como planteaba el Papa Francisco en una reciente entrevista−, para lograr la “caridad política” o “caridad social”, entendida como superación de la mentalidad individualista y maduración de ese sentido del “nosotros” que hace amar el bien colectivo y buscar verdaderamente el bien de todas las personas (FT 182).

EL EJERCICIO DE LA FRATERNIDAD SOCIAL SE TRADUCE EN LA PERSONIFICACIÓN DEL «POSADERO» EN LA VIDA COTIDIANA

  • La encíclica llama a todos a la responsabilidad: ciudadanos de a pie, instituciones públicas y privadas, Estados y organismos internacionales. Se trata de evitar la polarización que divide y aliena, sin eludir los debates necesarios. El objetivo común es ineludible: llegar a «una globalización de los derechos humanos más básicos» (FT 189). Si este objetivo está todavía lejos no es porque sea inalcanzable, sino por otras razones.
  • Las circunstancias ordinarias o extraordinarias de la convivencia, ya sean positivas o negativas, representan ocasiones especiales no solo para dar a los demás algo de lo que uno posee, sino también para darse a sí mismo con un compromiso que sea total, en el sentido de que se haga todo lo que se puede hacer.

 

 

La poesía de Ernestina de Champourcin: entre el arte y la trascendencia

El libro “Una búsqueda de Dios. Estudio espiritual y poético de Ernestina de Champourcin”, publicado en EUNSA, repasa la vida y obra de esta desconocida poeta española, de las pocas mujeres pertenecientes a la Generación del 27.

Ernestina de Champourcin

11/05/2023


Ernestina de Champourcin (1905-1999) tuvo que exiliarse a México en 1939 tras la Guerra Civil española, ya que su marido, Juan José Domenchina, pertenecía al gobierno de la República. En el país Norteamericano, durante los años 50, entró en contacto con las primeras mujeres del Opus Dei que habían viajado allí para comenzar la labor apostólica. Entabló amistad con la beata Guadalupe Ortíz de Landázuri en la residencia de estudiantes que ésta había comenzado, y dos años más tarde, en 1952, pidió la admisión en la Obra como supernumeraria.

Aunque la importancia de la figura de Ernestina de Champourcin radica en haber pertenecido a la Generación del 27, un grupo de poetas y escritores, en su mayoría hombres, que revolucionaron la literatura de principios del siglo XX con lo que se denominaron las vanguardias.

Recientemente se ha publicado el libro Una búsqueda de Dios, escrito por Antonio Rodríguez Tovar y editado por EUNSA, Ediciones Universidad de Navarra. En él, el autor realiza un recorrido tanto biográfico como bibliográfico en el que analiza la poesía de Champourcin y cómo acaba siendo una respuesta al anhelo de Dios, que se canaliza en este caso a través del arte. 

Este fue uno de los temas más recurrentes a lo largo de su obra bibliográfica, ya que su pertenencia al Opus Dei y su encuentro con lo trascendente marcarían de manera clara la segunda mitad de su etapa artística. 

“La aproximación a la cuestión de la relación personal con Dios a través de la consideración de la vida de una mujer concreta resulta particularmente atractiva para la gente corriente del mundo actual, tan sensible al testimonio, a veces tan reacia al dogma”, explica Antonio Rodríguez Tovar en su libro.

 

Algunas de las referencias e influencias más destacables en la poesía de Ernestina son la mística clásica española, encarnada en los famosísimos poemas de santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. Pero si tuviésemos que destacar un escritor que definió la poesía de Champourcin, sin duda sería el poeta español Juan Ramón Jimenez, a quien ella considera su maestro, también perteneciente a la Generación del 27, y con quien mantuvo una profunda amistad que duró toda su vida.

Rodriguez Tovar explica que para la producción de este libro no sólo se ha basado en la obra poética, sino también en documentos relacionados con su vida: diarios, cuadernos con apuntes, o cartas; afirma en la introducción. 

Estos materiales están almacenados en el archivo de la Universidad de Navarra, donde se ha escrito el libro. “Con esta información, elaboramos un discurso biográfico estructurado en base a la tripartición que la mayoría de expertos distinguen en la vida/obra de la poeta, teniendo en cuenta hitos de su existencia que repercuten decisivamente en su obra: amistad con Juan Ramón Jiménez, afiliación política, estallido de la Guerra Civil, exilio en México, conocimiento del Opus Dei, retorno a España, etc.”, explica el autor.

En términos generales, el libro ahonda en cómo la búsqueda de la belleza y el arte pueden ser un camino de encuentro con Dios, también en la búsqueda de la santidad en medio del mundo, como fue el caso de Ernestina.


Antonio Rodríguez Tovar*

*El autor, licenciado en Humanidades, desarrolla actualmente una investigación sobre el perfil espiritual de Ernestina de Champourcin en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz.

 

¿Qué son las apariciones de Fátima? ¿Cuál fue el secreto que dejó? ¿Qué fue el Milagro del Sol?

Millones de peregrinos acuden cada año al santuario de Fátima.

12 mayo 2023 13:55

El 13 de mayo la Iglesia celebra la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, una de las advocaciones marianas más universales y conocidas a pesar de que hace poco más de un siglo que se produjeron las proféticas apariciones de la Virgen a Lucía, Francisco y Jacinta, los jóvenes videntes, conocidos como los tres pastorcitos.

María se apareció por primera vez a estos niños el 13 de mayo de 1917, en un contexto histórico dramático, en plena Primera Guerra Mundial, y con el comunismo a punto de devorar definitivamente a Rusia, país del que la propia Virgen hablará a los videntes. En las apariciones hay una fuerte llamada a la conversión y a la penitencia como reparación por los pecados contra Dios, se recuerda la importancia del Inmaculado Corazón de María, y sobre todo, se insiste en la necesidad de rezar diariamente el Rosario, algo que Nuestra Señora reiteraría en numerosas ocasiones.

Fátima estuvo rodeada además de sucesos extraordinarios como el Milagro del Sol, pero también de un mensaje secreto que la Virgen transmitió a Lucía, y del que se ha hablado durante décadas. Dos de las tres partes fueron hechos públicos, pero la tercera no fue revelada por la Santa Sede hasta el año 2000.

Índice para conocer las apariciones de la Virgen en Fátima

-¿Cómo fueron las apariciones?

-¿Quiénes fueron Lucía, Francisco y Jacinta, los videntes de Fátima?

-¿Cómo fueron las apariciones?

-¿Cuál es el mensaje de la Virgen en Fátima?

-¿Qué es el secreto de Fátima?

-¿Qué fue el milagro del sol?

-¿Se apareció la Virgen de Fátima también en España?

-¿Qué Papas han visitado Fátima y qué han dicho de las apariciones?

-Oraciones a la Virgen de Fátima.

 ***

-¿Cómo fueron las apariciones de la Virgen en Fátima?

Las apariciones de la Virgen en Fátima vinieron precedidas por el encuentro del Ángel con los tres pastorcitos. La primera aparición angélica se produjo en la primavera de 1916. Sor Lucía recogía así aquel momento: “Al llegar junto a nosotros, nos dijo: ¡No temáis! Soy el Ángel de la Paz, y arrodillándose en la tierra, bajó la frente hasta el suelo, diciéndonos: Rezad conmigo, Dios mío, yo creo y espero en Vos, os adoro y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no os adoran, no esperan en Vos, ni os aman”. Los niños aprendieron esta oración y la repitieron tres veces. Entonces el Ángel les confirmó que “los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de vuestras súplicas”. Hasta en dos ocasiones más el Ángel se apareció en los siguientes meses. En una les pidió insistentemente que rezaran y que ofrecieran sacrificios y oraciones. Y la última tuvo un marcado cariz eucarístico, pues apareció portando un cáliz y sobre él una hostia.

Fue ya el 13 de mayo de 1917 cuando se produjo la primera de las seis apariciones de la Virgen. Fue en Cova da Iría. Aquí María les lanzó una pregunta a Lucía, Francisco y Jacinta: “¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros como reparación de los pecados con que es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?”. Ellos respondieron que sí, a lo que la Virgen les dijo: “Tendréis que sufrir mucho, pero la gracia de Dios os fortalecerá”. Además les hizo otra petición importante: “Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz el mundo y el fin de la guerra”.

La segunda aparición se produjo el 13 de junio de ese mismo año. Entre otros mensajes la Virgen dijo que Jesús quería “establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”. Y añadió: “A quien la abrazare le prometo la salvación y será querida su alma por Dios como flor puesta para mí para adornar su Trono”. Y por último le dijo: “Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios”.

La tercera de las apariciones fue el 13 de julio de 1917. Aquel día se congregaron ya más de 4.000 personas. Además de insistir en que rezaran el Rosario, pidió a los pastorcitos: “Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, especialmente cuando hagáis un sacrificio, ¡Oh Jesús!, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.

Además, aquel día la Virgen dio un mensaje secreto a Lucía, que dividido en tres partes fue hecho público en dos fases. Una en los años 40 y la tercera parte en el año 2000. (Más abajo se profundizará en el secreto de Fátima).

La cuarta aparición se produjo ya el 19 de agosto. La fecha del día cambia, puesto que los niños no pudieron acudir a Cova da Iría puesto que los encerraron en un calabozo junto con otros presos en una localidad cercana a Fátima, donde fueron interrogados e intentaron sobornarles para que revelaran los secretos. Fue entonces el 19 de ese mes cuando la Virgen se les apareció y la Virgen, con rostro triste, les dijo: “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quien se sacrifique y rece por ellas”.

El 13 de septiembre, fecha de la quinta aparición, había ya más de 30.000 personas presentes en las inmediaciones de Cova da Iría. En esta aparición volvió a insistir: “Continuad rezando el Rosario para alcanzar el fin de la guerra” y les informó de que “Dios está contento con vuestros sacrificios”.

Justo un mes después, el 13 de octubre, se produjo la sexta y última aparición, en la que además se produjo un hecho tan extraordinario que abrió los ojos a ateos y escépticos. Más de 70.000 personas se congregaron en lo que fue el “Milagro del Sol”. En la anterior aparición la Virgen ya avanzaba que “en octubre haré un milagro para que todos crean”. En este milagro el sol giró tres veces sobre sí mismo lanzando fajas de luz de variados colores en todas las direccione, pareciendo que se iba a desprender del cielo y caer sobre los presentes. 10 minutos después el sol recuperó su estado normal. Ese mismo día, la Virgen se presentó como la “Señora del Rosario”, volvió a animar a su rezo e insistió en que en aquel lugar le construyeran una capilla.

 

José Manuel Díez Quintanilla, presidente de Radio María España, detalla las apariciones de Fátima en un programa de Creo TV.

-¿Quiénes fueron Lucía, Francisco y Jacinta, los videntes de Fátima?

Los tres videntes de Fátima, conocidos popularmente como los tres pastorcitos, fueron Lucía dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Marto. Los tres eran niños, y provenían de familias campesinas pobres y católicas. Ninguno de los tres sabía leer o escribir. Todos vieron a la Virgen durante las apariciones, pero sólo Lucía pudo hablar con ella. Jacinta sólo escuchaba las conversaciones entre su prima y Nuestra Señora, mientras que Francisco tan sólo oía a Lucía.

De este modo, Lucía era la mayor de los tres y la que más protagonismo tuvo en las apariciones. Tenía 10 años cuando comenzaron y falleció en 2005 cuando tenía 97 años, cumpliendo el encargo que le había dado la Virgen de hacer “conocer y amar” a la Virgen.

Actualmente en proceso de beatificación, Lucía dos Santos siguió viviendo en Fátima hasta cuatro años después de las apariciones, momento en el que el obispo de Leiria le sugirió que se trasladara a Oporto a un colegio de las Hermanas Doroteas para así protegerla del creciente número de peregrinos que llegaban al lugar. En 1925 decidió ingresar en la vida religiosa en esta misma congregación. Hizo el noviciado en Pontevedra (España) y más tarde se trasladó para seguir su formación a Tuy, localidad gallega muy cercana a la frontera con Portugal. Ya en 1946 regresó a Portugal para después entrar en el Carmelo de Coímbra. Pudo volver a Fátima para encontrarse con los Papas Pablo VI y Juan Pablo II en las visitas que el primero realizó 1967, y el segundo en 1982 y el 2000.

Francisco Marto nació en 1908 y tenía 9 años en el momento de las apariciones. En una de las apariciones la Virgen dijo sobre él que tenía que rezar muchos rosarios para ir al cielo. Tras ellas, este pastorcito se convirtió en un alma contemplativa volcada en la oración y en la reparación. En 1918 enfermó gravemente de neumonía y el día antes de su muerte en abril de 2019 dijo a las otras dos videntes: “Yo me voy al Paraíso, pero desde allí pediré mucho a Jesús y a la Virgen para que os lleve también pronto allá arriba”. Murió el 4 de abril de 1919, fue beatificado en el año 2000 por San Juan Pablo II y canonizado por Francisco en el 2017, en el centenario de las apariciones.

Jacinta Marto era la más pequeña de los tres pastorcitos. Tenía tan sólo siete años cuando se produjo el encuentro con la Virgen. Aterrada por una de las visiones del infierno que les enseñó Nuestra Señora, desde entonces su único afán era salvar tantas almas como pudiese. Enfermó con su hermano de neumonía y además le surgió una dolorosa llaga en el pecho. Padeció grandes dolores y en una confesión a su prima Lucía le dijo: “Sufro mucho, pero ofrezco todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de María”. Murió el 20 de febrero de 1920 a los 10 años de edad. Fue beatificada y canonizada junto a su hermano Francisco, y la fiesta de ambos es precisamente el 20 de febrero, fecha de su muerte.

De izquierda a derecha, Lucía, Francisco y Jacinta, los tres pastorcitos, videntes de Fátima

-¿Cuál es el mensaje de la Virgen en Fátima?

En las apariciones de Fátima hay varios mensajes importantes y en los que la Virgen insistió: el rezo diario del Rosario, la llamada a la conversión, el ofrecimiento para la reparación de los pecados y la importancia del Inmaculado Corazón de María.

En primer lugar, hubo un aspecto que la Virgen reiteró una y otra vez: urgió a los creyentes a rezar el Rosario, y además todos los días. De hecho, en Cova da Iría se presenta como la “Señora del Rosario”.

En su encuentro con los pastorcitos, Nuestra Señora pedía insistentemente el rezo del Rosario “para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la guerra”, pero también para interceder por “todas las almas, especialmente las más necesitadas”.

Otro de los elementos importantes de las apariciones en Fátima es el Corazón Inmaculado de María que la propia Virgen mostró a los tres videntes. “Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios”, dijo. En otra ocasión pronunció otra de las frases más conocidas de estas apariciones: “Mi Corazón Inmaculado triunfará”.

Del mismo modo, otro eje central de estas apariciones es la importante llamada a la conversión y a la penitencia, así como a la reparación por los pecados. En la primera aparición la Virgen preguntó a los niños si se querían ofrecer a Dios para soportar los sufrimientos que les enviase en reparación por los pecados con los que Él es ofendido. Y en otro momento les pidió: “rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, que van muchas almas al infierno por no haber quién se sacrifique y pida por ellas”.

-¿Qué es el secreto de Fátima?

Uno de los aspectos más llamativos de estas apariciones es el conocido como “secreto de Fátima”. Hay que remontarse a la tercera de las apariciones, donde Lucía recibió un mensaje secreto que estaba dividido en tres partes. Las dos primeras partes fueron reveladas en una carta de la vidente al obispo de Leiria en 1941. La tercera, con la que tanto se ha especulado durante décadas, fue transcrita en otra carta en 1944. La Santa Sede hizo pública esta tercera parte en el año 2000.

Estas son las tres partes del secreto de Fátima, tal y como lo relataba Sor Lucía:

Primera parte: “Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra. Hundidos en este fuego [estaban] los demonios y almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas con forma humana, que flotaban en el incendio llevadas por las llamas que de ellas mismas salían, juntamente con nubes de humo, cayendo para todos los lados, semejantes al caer de las chispas en los grandes incendios, sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación, que horrorizaba y hacía temblar de pavor. Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros. Esta visión duró un momento, y gracias a nuestra buena Madre del Cielo, que antes (en la primera aparición) nos había prevenido con la promesa de llevarnos para el cielo. Si así no fuese, creo que habríamos muerto de susto y pavor”.

Segunda parte: En seguida levantamos los ojos hacia nuestra Señora, que nos dijo con bondad y tristeza: “Visteis el infierno, para donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón. Si hicieran lo que digo, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando vean una noche alumbrada por una luz desconocida, sepan que es la gran señal que les da Dios de que él va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y a la comunión reparadora en los primeros sábados. Si atendieran a mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia, los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas, por fin mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”.

Tercera parte: "Escribo en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía. Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: 'algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él' a un Obispo vestido de Blanco 'hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre'. También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios".

Para más información sobre el secreto de Fátima pinche aquí.

-¿Qué fue el milagro del sol?

El 13 de octubre de 1917, en Fátima, en Cova da Iria (Portugal), tuvo lugar el fenómeno que se recuerda como la “Danza del Sol” o el “Milagro del Sol Danzante”. Que algo asombroso sucedió ante una multitud lo recogen los periódicos portugueses de la época, especialmente el gran diario portugués O Século, que era militantemente anticlerical. La Virgen ya había anunciado en las apariciones anteriores que en octubre haría un gran milagro para que todos creyeran en las apariciones.

El periodista que relató los acontecimientos fue Avelino de Almeida, laicista, nada católico, que en todos sus artículos previos se burlaba de la religiosidad de Fátima. Se presentó en el prado porque según los videntes la Virgen de Fátima había anunciado “una señal”. Explica que allí se congregaron unas 70.000 personas. Y describe: “Ante los ojos asombrados de la multitud, cuyo aspecto era bíblico, de pie, cabezas sin sombreros, mirando con atención el cielo, el sol tembló, hizo increíbles movimientos repentinos fuera de cualquier ley cósmica, el sol ´bailó´ según la expresión de la gente”.

¿Se apareció la Virgen de Fátima también en España?

Las apariciones de Fátima tienen una relación directa con España gracias a sor Lucía, una de las videntes, que cuando se encontraba como novicia en Pontevedra y Tuy tuvo nuevas apariciones con mensajes realmente importantes.

En el convento de Pontevedra se le aparecieron la Virgen y el Niño Jesús para pedirle que extendiera la devoción de los cinco primeros sábados de mes en reparación al Inmaculado Corazón de María. En Tuy, por su parte, la Virgen se le volvió a aparecer pero con el Corazón Inmaculado entre sus manos para recordar a la vidente la importancia de esta devoción de los cinco primeros sábados de mes. Puede conocer más sobre las apariciones a Sor Lucía en España aquí.

-¿Qué Papas han visitado Fátima y qué han dicho de las apariciones?

Las apariciones de Fátima tienen una clara vinculación con el Papado, y son varios los Pontífices que han acudido a Cova da Iría a encontrarse con la Madre de Dios. El primero en rezar en el lugar de las apariciones fue San Pablo VI, que acudió a Fátima en 1967 en un complicado momento histórico, con el mundo envuelto en plena Guerra Fría. Desde allí, lanzó este mensaje: “Hombres […] procuren ser dignos del don divino de la paz […] No piensen en proyectos de destrucción y de muerte, de revolución […] piensen en proyectos de común consolación y de solidaria colaboración. Hombres, piensen en la gravedad y en la grandeza de esta hora, que puede ser decisiva para la historia de la presente y de las futuras generaciones”.

Hasta en tres ocasiones acudió allí San Juan Pablo II, el Papa más vinculado a este santuario, pues precisamente el 13 de mayo de 1981, en la fiesta de la Virgen de Fátima, fue víctima de un atentado que casi le costó la vida. Justo un año después, el 13 de mayo de 1982 visitó por primera vez el lugar, y quiso que la bala que lo había herido en el atentado del 13 de mayo de 1981 fuera colocada en la corona de la Virgen. Siempre dijo que fue María la que desvió la bala que debía haber impactado contra su corazón. En 1991 y también en el 2000, año del gran Jubileo, visitó San Juan Pablo II Fátima.

Sobre la Virgen y el atentado, dijo este Papa durante una audiencia general: “Me he hecho deudor de la Santísima Virgen y de todos los santos patronos. ¿Podría olvidar que el evento en la Plaza de San Pedro tuvo lugar el día y a la hora en que, hace más de 60 años, se recuerda en Fátima, Portugal, la primera aparición de la Madre de Cristo a los pobres niños campesinos? Porque, en todo lo que me ha sucedido precisamente ese día, he notado la extraordinaria materna protección y solicitud, que se ha manifestado más fuerte que el proyectil mortífero”.

Posteriormente, Benedicto XVI también quiso ir a Fátima. Lo hizo en 2010 y lanzó este mensaje: “Se equivoca quien piensa que la misión profética de Fátima está acabada. Aquí resurge aquel plan de Dios que interpela a la humanidad desde sus inicios: “¿Dónde está Abel, tu hermano? [...] La sangre de tu hermano me está gritando desde la tierra” (Gn 4,9). El hombre ha sido capaz de desencadenar una corriente de muerte y de terror, que no logra interrumpirla... En la Sagrada Escritura se muestra a menudo que Dios se pone a buscar a los justos para salvar la ciudad de los hombres y lo mismo hace aquí, en Fátima, cuando Nuestra Señora pregunta: “¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera mandaros, como acto de reparación por los pecados por los cuales Él es ofendido, y como súplica por la conversión de los pecadores?”.

Francisco ha sido el último Papa en peregrinar a Cova da Iría. Fue en 2017 para conmemorar el centenario de las apariciones. En su homilía en la gran explanada aseguró: "Queridos Peregrinos, ¡tenemos una Madre, tenemos una Madre! Aferrándonos a ella como hijos, vivamos de la esperanza que se apoya en Jesús, porque, como hemos escuchado en la segunda lectura, 'los que reciben a raudales el don gratuito de la justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo' (Rm 5,17). Cuando Jesús subió al cielo, llevó junto al Padre celeste a la humanidad ―nuestra humanidad― que había asumido en el seno de la Virgen Madre, y que nunca dejará. Como un ancla, fijemos nuestra esperanza en esa humanidad colocada en el cielo a la derecha del Padre (cf. Ef 2,6). Que esta esperanza sea el impulso de nuestra vida. Una esperanza que nos sostenga siempre, hasta el último suspiro. Con esta esperanza, nos hemos reunido aquí para dar gracias por las innumerables bendiciones que el Cielo ha derramado en estos cien años, y que han transcurrido bajo el manto de Luz que la Virgen, desde este Portugal rico en esperanza, ha extendido hasta los cuatro ángulos de la tierra. Como un ejemplo para nosotros, tenemos ante los ojos a san Francisco Marto y a santa Jacinta, a quienes la Virgen María introdujo en el mar inmenso de la Luz de Dios, para que lo adoraran. De ahí recibían ellos la fuerza para superar las contrariedades y los sufrimientos. La presencia divina se fue haciendo cada vez más constante en sus vidas, como se manifiesta claramente en la insistente oración por los pecadores y en el deseo permanente de estar junto a 'Jesús oculto' en el Sagrario”.

-Oraciones a la Virgen de Fátima.

Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!

¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Oraciones enseñadas por la Virgen a los pastorcitos

-¡Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados que tanto ofenden al Inmaculado Corazón de María!

-¡Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas especialmente a las más necesitadas!

Oraciones enseñadas por el Ángel a los pastorcitos

-¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman!

-Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.

 

EL MILAGRO DE ABIGAIL. EL PODER DE LA INTERCESIÓN

José Martínez Colín

1)  Para saber

“Cuando tú oras por otros, Dios te escucha y los bendice; cuando tú estás seguro y feliz, alguien ha orado por ti”. Esta frase que leí, nos recuerda lo poderosa que es la oración de intercesión. A ello se refirió el papa Francisco en su reciente audiencia al reflexionar sobre las personas consagradas: monjas y monjes, hermanas y hermanos que renuncian al mundo y a sí mismos para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, la castidad y la obediencia para interceder a favor de todos. Pero cabe preguntarse: ¿cómo puede la gente que vive encerrada en un monasterio ayudar al anuncio del Evangelio? ¿No sería mejor que salieran del monasterio para anunciarlo?

El papa Francisco responde que la oración de los monjes es oxígeno para todos los miembros del Cuerpo de Cristo, su oración es la fuerza invisible que sostiene la misión. Por ello, no es casualidad que la patrona de las misiones sea una monja: santa Teresita del Niño Jesús. Ella descubrió que su vocación era amar, pues sin el amor los apóstoles ya no anunciarían el Evangelio y los mártires se negarían a derramar su sangre.

2)  Para pensar

El actual Arzobispo de San Luis Potosí (México), Mons. Jorge Cavazos, relató lo que él mismo definió como un milagro por intercesión de la Virgen en una niña que padecía una enfermedad incurable. Sucedió cuando era Obispo de San Juan de los Lagos.

Abigail Campos tenía 4 años cuando empezó a estar enferma: se sintió decaída, tuvo convulsiones y vómitos. Le diagnosticaron encefalitis autoinmune, enfermedad del sistema nervioso que no tiene cura. La niña estuvo intubada e inconsciente por 15 días. Al salir del hospital, los padres de Abigail y la niña, con mucha fe en la Madre de Dios, fueron a rezarle a la Catedral de San Juan de los Lagos. Cuando el Arzobispo pasó ante la niña con la imagen de la Virgen, la madre puso la mano de la pequeña sobre la imagen mariana, ella abrió bien los ojos y se quedó mirándola unos instantes. “Todos notamos que hubo una conexión mágica entre la niña y la Virgen”, comentó su papá. Todos alrededor estaban conmovidos hasta las lágrimas.

A su vez, Mons. Cavazos comentó que sintió que la Virgen le decía que fuera donde estaba la niña: “Ella estaba rogándole a Dios por esa niña… Bendito sea Dios que a través de ella nos concede este milagro”.

Cuando subieron al auto de regreso a casa, Abigail sonreía, algo que no había hecho en 34 días. Dos semanas después estaba completamente curada. “Dios, porque nos ama tanto nos ha dejado una presencia hermosísima que es la Virgen de San Juan y hay que disfrutarla”, concluyó el Prelado mexicano.

3)  Para vivir

Pedir unos por otros tiene mucha eficacia porque no depende de las fuerzas humanas, sino del poder de Dios que escucha las peticiones y concede su gracia. Por ello, quienes tienen la vocación de dedicarse a la oración, dice el papa Francisco, son fuerza para la Iglesia y los grandes evangelizadores. De aquí viene la costumbre de que la gente, cuando encuentra a un consagrado o consagrada, le pide: “Reza por mí”.

Al rezar los unos por otros, incluyendo por los que no rezan, no olvidemos que la Virgen intercede, como buena Madre, por todos nosotros, sus hijos.

 

Todos unidos para educar a nuestros hijos para que el mundo no los haga perder el rumbo

La educación es un tema primordial que debemos tener muy en cuenta en nuestro plan familiar de vida, ya que de ella depende el presente y el futuro de nuestros hijos. 

Es necesario que sea una educación integral, es decir, que abarque todos los aspectos que conforman al ser humano, no solo el intelecto. 

No cabe duda que la primera escuela de nuestros hijos debe ser la familia, pero también debemos tener en cuenta que contamos con grandes aliados en esta noble y necesaria tarea. Si queremos tener éxito, debemos hacer equipo con ellos para que la educación sea coherente e integral. 

Los maestros, quienes dedican la vida a cultivar el intelecto de nuestros hijos y a apoyar los valores que nosotros en la familia les damos, son nuestros principales aliados, por lo que debemos estar en sintonía con ellos, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo. 

PRIMERO. Conócelos.

Es importante que cada vez que nuestros hijos tengan un maestro nuevo nos demos a la tarea de ir a presentarnos, sacar una cita si es necesario y darle la oportunidad de conocerlo para entender su forma de ser, su metodología, su forma de trabajo y de guiar a nuestros hijos. 

Cuando tengamos dudas, siempre es mejor preguntar ya que así los vamos conociendo mejor.

También es bueno que sepan que estamos ahí para cuando ellos necesiten algo y que siempre estamos dispuestos a ayudarles, en la medida de nuestras necesidades. 

Debemos recordar que las apariencias engañan y que siempre es mejor tener la certeza de lo que se conoce a la incertidumbre de lo que uno supone. Esto sanea las relaciones y nos permite trabajar por lo que más nos interesa que es la educación integral de nuestros hijos. 

SEGUNDO. Entabla una buena relación.

Siempre es mejor que nos llevemos bien con todos, pero mucho más con los maestros de nuestros hijos, a pesar de que no estemos de acuerdo al 100% con ellos. 

Como personas que somos, podemos tener formas distintas de pensar, estilos distintos de vida, pero tenemos un común denominador que son nuestros hijos, es por esto que debemos tener una relación cordial y respetuosa con los maestros; buscando siempre que nuestros hijos los tengan también en alta estima. 

Una buena relación no quiere decir que deban ser nuestros mejores amigos sino nuestros mejores aliados para que nuestros hijos reciban la mejor educación posible y que colaboremos a que sea integral.

TERCERO. Dialoga constantemente.

Para que todo funcione, debemos entablar un canal de comunicación abierto y eficaz para poder dialogar en cualquier momento y así lograr que nuestros hijos estén lo mejor posible. 

Es bueno pedirles a los maestros de nuestros hijos que si notan algún cambio de actitud, alguna baja de rendimiento escolar, violencia o hiperactividad en nuestros hijos nos lo hagan saber para trabajar en conjunto y solucionar a la brevedad estos problemas que mellan el desempeño y aprovechamiento de nuestros hijos. 

Mientras más pequeños son nuestros hijos, más necesitan de nosotros; por eso debemos estar en constante diálogo con sus maestros. Conforme van creciendo podemos dejar que ellos soluciones sus asuntos, siempre y cuando no veamos que los están revisando y seguir en contacto y en diálogo, pero con mayor discreción y distancia para fomentar el sano desarrollo y madurez de nuestros hijos. 

CUARTO. Comparte con ellos tu plan familiar de vida.

Es importante que estén en sintonía, de otra forma puede pasar que los maestros quieran caminar para un rumbo distinto al que camina la familia y esto le causará un grave problema a nuestros hijos ya que se sentirán entre la espada y la pared y, seguramente, no sabrán a quien hacerle caso. Sobre todo en cuanto los valores que les estamos inculcando a nuestros hijos. 

Es bueno que los maestros conozcan cuales son los valores más importantes para nuestra familia, si tenemos alguna preferencia en cuanto al estilo de educación para nuestros hijos, si están en algún complemento académico o si tienen clases de algún deporte o arte, de tal forma que ellos también comprendan todo lo referente a neutra familia y nuestro estilo de vida. 

Y QUINTO. Que exista apoyo mutuo. 

Si logramos tener este nivel de conocimiento muto, también podremos contar con un apoyo mutuo en beneficio de la educación integral de nuestros hijos. 

Es super importante que nosotros como papás apoyemos a los maestros frente a nuestros hijos y que no hablemos mal de ellos ya que hacemos que pierdan autoridad y nuestros hijos siempre están atentos a laque nosotros decimos y hacemos. 

Por otro lado también en necesario que los maestros no contradigan lo que en casa se enseña sino que lo complementen de tal forma que nuestros hijos no entren en conflicto. 

Cuando tengamos algún tema en particular que tratar con los maestros, no dudemos en hacer una cita y dialogar, ellos lo agradecerán y nosotros estaremos seguros de que trabajaremos en equipo, buscando lo mejor para nuestros hijos. 

Muchas gracias a todos los maestros que dedican su vida a ayudar a formar y educar a nuestros niños y jóvenes para que sean hombres y mujeres de bien, íntegros y sanos, personas pensantes y felices porque son coherentes y tienen una sólida base de valores porque tanto en casa como en la escuela, siempre han recibido lo mejor, una educación integral.

 

Javier Urra: “En la actual sociedad del ‘yo’ hay que poner más el acento en el ‘tú’”

La defensa de las Humanidades reúne a más de 600 docentes y expertos de España e Iberoamérica

 

Los retos y oportunidades de la inteligencia artificial en la educación o el cultivo de la espiritualidad como herramienta para mejorar la salud mental de los jóvenes fueron algunos de los temas tratados ayer en el I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades, que reunió en CaixaForum Madrid a cientos de docentes y humanistas, entre ellos, Fernando Savater, Andreas Schleicher, Javier Urra y la directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias.

CaixaForum Madrid acogió ayer, sábado 6 de mayo, el I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Humanidades, organizado por Siena Educación —editor del periódico MAGISTERIO— con el objetivo de impulsar iniciativas en favor de la
enseñanza de las Humanidades en la escuela. “No hay que salvar a las Humanidades, son las Humanidades las que han venido a salvarnos”. Así abría el acto José María de Moya, director general de Siena Educación, que estuvo acompañado por Mariano Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), y Amador Sánchez, decano del Colegio Oficial de Docentes de Madrid. Jabonero incidió en que “a través de las Humanidades podemos alcanzar una sociedad más justa y libre”, mientras que Sánchez puso el acento en “el contexto de equilibrio imprescindible” del que
deben gozar las Humanidades con el resto de disciplinas: “La educación en valores es fundamental y las Humanidades encierran la esencia de todos los valores”, añadió.

La conferencia inaugural corrió a cargo del filósofo y escritor Fernando Savater, que bajo el título Los exploradores del espíritu pronunció un discurso en defensa de las Humanidades: “Si las abandonamos, estamos destinados a convertirnos en máquinas que no se paran a pensar ni buscan el sentido que necesitamos”. En esta línea, se refirió a la tarea de quienes hoy se dedican a las Humanidades como “humanismo a contracorriente” porque, en sus palabras, “ensalzar lo humano es visto como una forma de arrogancia, mientras que borrar lo específico de lo humano es aplaudido”. Propuso, así, “educar más
el ser que el hacer” y recordó: “Las ciencias se ocupan de lo que hacemos; las Humanidades de lo que somos”.

La relación de las Humanidades con la tecnología, la salud mental y la literatura fueron los temas que ocuparon los tres conversatorios del encuentro. En el primero Richard Benjamins, responsable de la estrategia de inteligencia artificial de Telefónica, e Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología, debatieron sobre los retos y oportunidades que la inteligencia artificial o el transhumanismo plantean a educadores, familias y alumnos. En este sentido, Benjamins señaló como primera tarea desmitificar: “Herramientas como ChatGPT no van a hacer que los alumnos se esfuercen o piensen menos; al revés, es una oportunidad para hacerles pensar más o de una forma distinta y que así sean capaces de distinguir los sesgos”. Aseguró que “al igual que hoy tenemos sistemas antiplagio o antispam, pronto sucederá lo mismo con herramientas como ChatGPT”. López-Goñi sostuvo que “la ciencia también es cultura”. Por eso, en su opinión, “es un error dividir tan pronto a los jóvenes en ciencias y letras, así como fomentar que los ‘listos’ vayan a ciencias; necesitamos una educación holística”. Como científico recordó, además, que “necesitamos una ciencia experimental, pero también tenemos que pensarla”.

La salud mental del alumnado ocupó el segundo conversatorio, que bajo el título Psicología y espiritualidad reunió a José Antonio Luengo, decano del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid; Javier Urra, doctor en Psicología y exdefensor del Menor; y Noël Sèmassa, psicólogo y V Premio de Ensayo Teológico Joven PPC. Luengo aseguró que “los profesores recibimos a chicos con muchas mochilas, pero no podemos dejar a la escuela toda la responsabilidad” y advirtió que “determinadas tecnologías han sido diseñadas para crear adicción”. Urra, por su parte, alertó de que “los docentes están sosteniendo una infancia y una juventud a la deriva y desilusionadas por falta de sentido de trascendencia” y urgió “cuidar la salud mental de los niños, ya que el 70% de las enfermedades psíquicas tiene su raíz en la infancia». Se refirió así a la escuela como “el fonendoscopio de la sociedad” y propuso que “en la actual sociedad del ‘yo’ hay que poner más el acento en el ‘tú’”. Sèmassa puso el acento en el papel de la familia: “Los padres deben dedicar tiempo a la formación espiritual de sus hijos para que encuentren un sentido a la vida”.

 

La familia, una prioridad

A la hora de elegir gobernantes, analicemos qué tipo de familia promueven, para apoyar a quienes estén de acuerdo con nuestra concepción de familia

 

(C) Pexels - Familia

El cardenal Felipe Arizmendi, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas y responsable de la Doctrina de la Fe en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), ofrece a los lectores de Exaudi su artículo semanal titulado ¡“Primero los pobres”!

***

MIRAR

En el Estado (Provincia, Departamento) donde resido, elegiremos gobernadora el próximo 4 de junio. Hay sólo dos opciones de coaliciones partidistas y sus candidatas son mujeres, lo cual debe celebrarse. Entre otras cosas que los electores debemos tomar en cuenta a la hora de elegir, es qué lugar concede cada una a la familia, porque de eso depende en gran parte la sociedad que deseamos construir.

No desconocemos las distintas formas como se ha configurado actualmente la familia, y las respetamos, pero seguimos prefiriendo la llamada familia tradicional; es decir, la formada por un hombre y una mujer, con la bendición de los hijos. Los electores deben tomar en cuenta qué tipo de familia queremos para nuestro Estado. Y no sólo escuchar ideas abstractas, que pueden ser muy bonitas, sino fijarnos en el tipo de familia que vive una persona en concreto. Si para alguien su familia son perros y gatos, eso ya nos dice mucho.

Cierto que las familias de ahora no pueden ser tan numerosas como en tiempos pasados, pero tampoco podemos presentar como ideal la reducción total del número de hijos. En Europa ya están resintiendo los efectos económicos de no tener hijos; deben admitir migrantes de otras culturas para subsistir económicamente. Si no hay hijos, no hay quien garantice seguridad social para las personas mayores. Por tanto, no es sólo una cuestión moral, sino también de política económica. Por ello, hay que dar la debida importancia al tipo de familia que queremos para nuestro México.

DISCERNIR

El Papa Francisco, en un discurso a asociaciones de familias, les confió: “Una vez conocí a dos parejas casadas de diez años, sin hijos. No querían niños. Pero estas personas en casa tenían tres perros, dos gatos … Querían comprar una casa en el campo, luego viajar … Los niños son el mejor regalo. La familia está en el centro del plan de Dios, como se muestra en toda la historia de la salvación. El pleno reconocimiento y un apoyo adecuado a la familia debe ser el primer interés por parte de las instituciones civiles, llamados a fomentar la creación y el crecimiento de las familias fuertes y serenas, que se ocupan de la educación de los niños. De hecho, aquellos que aprenden a vivir relaciones auténticas dentro de la familia, serán más capaces de vivirlos incluso en contextos más amplios, desde la escuela hasta el mundo del trabajo; y aquellos que practican el respeto y el servicio en el hogar pueden practicarlos mejor en la sociedad y en el mundo” (16-VI-2018).

El episcopado mexicano, en su Proyecto Global de Pastoral 2031+2033, dice:

“Nos alegra y damos gracias a Dios por el don de la familia en nuestro pueblo mexicano. Nosotros amamos nuestra familia porque ella constituye una de las bases fundamentales de la sociedad y de la Iglesia. Cuánta alegría encontramos en aquellos espacios domésticos que tejen con cariño cada día la vida de los esposos, hijos, nietos, hermanos, y todas aquellas relaciones familiares que fortalecen a la persona experimentando constantemente la solidaridad y el cariño en ella. Esta realidad humana sigue siendo motivo de esperanza porque constituye el lugar fundamental donde se forman los verdaderos ciudadanos y cristianos para nuestra patria. Cuánto bien nos hace ver la fidelidad, la entrega, el trabajo de cada día, el amor de padre y madre, abuelas, tíos y madres solteras criando y educando a sus hijos” (49).

“Desde líneas de fuego culturales como el individualismo, el hedonismo, el relativismo, la falta de compromisos por la vida, hasta cuestiones jurídicas e ideológicas, han puesto en grave crisis el estado de la familia. Estos cambios han traído una manera diferente de concebir y vivir el sentido de familia en nuestra cultura mexicana, introduciendo elementos extraños, no sólo a nuestra concepción cristiana, sino inclusive a la concepción natural de ella. A todo esto añadimos, en nuestra patria, verdaderos flagelos para ella como la pobreza, un machismo históricamente arraigado, la desintegración, la violencia intrafamiliar, las migraciones forzadas, la inseguridad y ciertas políticas públicas que atentan contra esta institución tan fundamental para el desarrollo y el bienestar de una sociedad” (50).

ACTUAR

Respetemos otras formas de familia distintas a la tradicional, pero, a la hora de elegir legisladores y gobernantes, analicemos qué tipo de familia promueven, en su vida y en sus propuestas, para apoyar a quienes estén de acuerdo con nuestra concepción de familia.

 

 

Diez hábitos que te harán una mamá feliz

Por M. J. Pérez Barco – ABC.es 

Foto: Freepik 

Ni tienes que ser una madre superdotada ni prodigiosa. Ni exigirte al máximo, ni hacer de todo ni hacerlo bien: criar niños prodigio, tener un aspecto fabuloso, ganar un buen sueldo, mantener la casa inmaculada, ser la esposa perfecta...

Las madres son como son, con sus virtudes y errores. Aceptarte a ti misma, tal y como eres, te hará la vida más feliz. Y eso es lo que Meg Meeker, pediatra y terapeuta, te aconseja a lo largo de las casi 300 páginas de su libro «Los diez hábitos de las madres felices».

En un viaje al interior de cada mamá, la doctora hace un llamamiento al cambio para liberar a las madres de la creciente presión que ejerce sobre ellas esta continua necesidad de perfección y del peaje que pagan a costa de su salud física, emocional y mental.

Con consejos muy prácticos y un lenguaje ameno, la doctora Meeker hará que disfrutes de tu vida y eduques a tus hijos sacando lo mejor de ellos y de ti misma. La autora aporta miles de ideas en su libro para empezar a ser una madre feliz y equilibrada. He aquí la primera recomendación que hace esta terapeuta para que comiences a construir tu felicidad:

Lo primero: Valórate como madre

Las madres occidentales, sobre todo, son demasiado críticas con su trabajo. Una forma de valorarte a tí misma es haciendo una lista de las cosas que realmente sabes hacer bien: escribe lo que eres, lo que te gusta y con lo que sueñas y, cuando tengas pensamientos negativos, piensa en esas cosas positivas. «Trabaja la lista», dice Meg Meeker: desde comprarte un conjunto que te haga una buena figura, hasta quedar con una amiga o hacer deporte si te apetece.

Ten otro aspecto en cuenta: las madres que no tratan de impresionar a nadie son más felices, por el contrario aquellas que se dan aires suelen ser más inseguras y no se sienten completas. Acéptate como eres, con humildad, y no trates de aparentar ni de impresionar a nadie. Te sentirás más cómoda.

2. Cuida tus amistades verdaderas

Querer a una amiga supone interrumpir el trabajo cuando ella tiene un problema; escucharla cuando estemos super ocupadas; salir en su defensa aunque estemos enfadas con ella... Trabajar la amistad es un hábito. 

3. Deja de competir con otras mamás

La envidia y los celos se desatan en muchas mujeres cuando ven a otra madre que parece haber encontrado el equilibrio y la felicidad. Y a la vez sienten que quieren aprender de ella. Hay que dejar de competir con otras madres. Para ello:

— Reconoce que sientes envidia y no te engañes.

— Identifica el motivo de esa envidia. ¿Realmente necesitas eso que envidias? ¿Te va a hacer más feliz de verdad? Elimina ese motivo y deja de ser competitiva.

— Elogia con frecuencia a los demás.

— Céntrate en la plenitud, no en el vacío: Anota en un papel todo aquello por lo que estás agradecida, céntrate en lo que tienes. Hazlo durante tres o cuatro semanas, ya comprobarás tu estado de ánimo.

— Sé amable con tus seres queridos, los vecinos...

4. Crea una relación sana con el dinero

Tener una relación sana con el dinero es fundamental para un buen equilibrio. Piensa que:

— El dinero no te da la seguridad, sino la confianza en ti misma y en tus seres queridos. Gasta tus energías en ellos.

— Pregúntate por qué abres la cartera: si realmente compras un artículo por necesidad o porque tu mejor amiga también lo tiene.

— Busca la alegría en casa, no en el dinero.

5. Busca tiempo para la soledad

Si bien las madres necesitan a los hijos, la pareja, la familia, las amigas... también requieren de sus momentos de soledad. Les sabe a gloria:

— Empieza con ratos pequeños: ir a la frutería sola, sentarte en la terraza 15 minutos después de acostar a los niños...

— Busca un lugar para estar sola, y hazlo saber.

— Intenta tranquilizar tu mente: no pienses en todas las cosas que deberías estar haciendo, déjalo para más tarde.

— Profundiza: Aprender a esperar las respuestas y la paz.

6. Da y recibe amor de forma saludable

Hay cuatro maneras de dar y recibir amor de manera saludable, según la doctora Meg Meeker: 

— Toma la iniciativa con tu pareja, aunque descubras tu corazón y eso te haga sentirte insegura. Si hay problemas, identifícalos y sé tú quien tome las riendas para solucionarlo. Sé la primera en cambiar.

— No te tomes a los seres queridos tan a pecho: cuando un ser querido te hace daño, a veces sus palabras no van contra ti sino que son muestras de su enfado.

— Aprende a interpretar a los demás y deja que los demás te interpreten.

— Expresa tu amor aún cuando no tengas ganas.

7. Vive de forma sencilla

Meg Meeker cree que la sencillez nos hará más felices. Para lograrlo aconseja:

— Identifica tus prioridades y persíguelas. «Haz una lista con los objetivos que tengas en el fondo de tu alma, tus esperanzas secretas, lo que harías si no tuvieras limitaciones de tiempo y dinero», explica Meeker. Ordénalas de 1 a 10. Después tacha todo excepto los tres primeros renglones: son tus tres expectativas más importantes. Trabájalas durante un año.

— Cambia tu manera de hablar: di lo que piensas.

— Pierde el control: estamos en la vida de los hijos por un tiempo limitado, hasta que pasan al mundo adulto. Les damos todo nuestro cuidado pero también hay que abandonar la idea de que somos totalmente responsables de lo que les ocurre.

8. Libérate del miedo 

Para enfrentarnos a nuestros demonios lo primero es identificarlos, después admitir a qué tenemos miedo en concreto y repetirnos que vamos a destruirlo. La doctora Meeker expone una forma de insesibilizarse poco a poco a ese miedo: Imagina el mundo si tu miedo se hiciera realidad. Escríbelo en un papel y léelo detenidamente. Después rompe el pape y tíralo. Repite el ejercicio cada día hasta que sientas que controlas tu miedo.

9. La esperanza es una decisión: ¡tómala!

El secreto para ser feliz es mantener viva la llama de la esperanza. La terapeuta Meeker te propone cuatro maneras de conseguirlo: fomentar una actitud de agradecimiento, aprender a confiar, esperar que lleguen cosas buenas y plantar cara al pensamiento negativo.

10. Valora la fe

Todos creemos en algo. Así que la pregunta más importante es en qué debemos creer y por qué. Por eso, si la fe es una parte importante de nuestra experiencia diaria por qué no le prestamos más atención.

 

La Universidad Pontificia de la Santa Cruz y su relación con la Fundación CARF

La Universidad Pontificia de la Santa Cruz (PUSC) es un centro superior de estudios eclesiásticos al servicio de toda la Iglesia. Con ella, el beato Álvaro del Portillo hizo realidad un antiguo deseo de san Josemaría. Hoy ya son más de 12.000 estudiantes de 1.000 diócesis diferentes y 200 congregaciones religiosas los que se han formado en sus aulas.

La Universidad Pontificia Santa Cruz y su relación con la Fundación CARF

Las actividades académicas en la PUSC comenzaron en 1984, con el nombre de Centro Accademico Romano della Santa Croce, germen de la actual Universidad, que fue erigida como “Pontificia” por el santo padre Juan Pablo II el 9 de enero de 1990. 

Esta Universidad Pontificia actualmente está formada por las Facultades de Teología, Derecho Canónico, Filosofía y Comunicación Social Institucional; también es parte esencial de ella el Instituto Superior de Ciencias Religiosas del Apollinare. 

La Fundación CARF y su compromiso con la formación

Cientos de obispos de todo el mundo solicitan ayudas al estudio a la Universidad y la Fundación CARF se encarga de obtener los fondos para enviar a sacerdotes diocesanos y seminaristas y religiosos a formarse en sus aulas. El objetivo de la Fundación CARF, desde el año 1989 es facilitarles a estos jóvenes una profunda formación científica y espiritual en la PSUC. 

La misión específica de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz es la de profundizar en el contenido intelectual y la riqueza antropológica de la fe, estableciendo al mismo tiempo un diálogo con la cultura contemporánea.

La Universidad Pontificia Santa Cruz una formación abierta al mundo

La Santa Croce se caracteriza por una parte por estar abierta al mundo, en diálogo con la cultura secular. Tanto en la docencia, como en la investigación hay una mirada atenta a los problemas del mundo, siendo conscientes que desde las ciencias sagradas se puede contribuir a la búsqueda de la verdad. 

Temas como la antropología, la doctrina social, la defensa de la vida, son objeto de estudio. Además, la gran mayoría de los profesores de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz han obtenido títulos académicos civiles en los distintos campos del saber, lo cual facilita ese diálogo.

Siguiendo el deseo del beato Álvaro del Portillo, las actividades académicas están abiertas a estudiosos e intelectuales de ámbito científico, filosófico, económico y social, proporcionando los elementos necesarios para un verdadero diálogo de la fe con el mundo.

Entre las mayores herencias espirituales recibidas por san Josemaría Escrivá está sin duda la exhortación a cultivar una profunda unidad de vida. Esa no se manifiesta solamente en una debida coherencia entre palabras y obras, sino también a través de la armonía que debe existir entre la formación profesional e intelectual, por una parte, y la formación espiritual y teológica por otra.

Cita «La Santa Croce se caracteriza por estar abierta al mundo, en diálogo con la cultura secular», Luis Navarro, rector de la PUSC desde 2016.

Porque es importante para la Fundación CARF que los seminaristas y sacerdotes accedan a una formación en la Universidad Pontificia Santa Cruz

En primer lugar, ¡porque Roma es la cuna de la cristiandad! Hace unos años el papa Benedicto XVI, dirigiéndose a los estudiantes de las universidades romanas, les decía que “la posibilidad de estudiar en Roma, sede del sucesor de Pedro y por tanto del ministerio petrino, os ayuda a reforzar el sentido de pertenencia a la Iglesia y el compromiso de fidelidad al magisterio universal del Papa”.

También cobra relevancia durante la formación en Roma el sentido de unión con toda la Iglesia que se fortalece en la ciudad eterna. Caminar por las calles donde tantas mujeres y hombres santos han caminado es impresionante y un acicate para cada uno. A esto se añade otro factor: en Roma se toca la universalidad de la Iglesia. Ves, hablas, convives con católicos de todo el mundo: personas de culturas, tradiciones, razas muy diversas y a la vez muy cercanas porque creen, anuncian y aman a Jesucristo. Al descubrir esto se abre un gran horizonte en la vida interior: la pertenencia a la gran familia de Dios.

Por esto mismo La Universidad Pontificia Santa Cruz es una institución abierta al mundo y realiza una formación donde se busca que los estudiantes estén en condiciones de poder ayudar a los hombres y mujeres de su país a encontrar a Dios precisamente en las realidades temporales. La mayoría de los fieles son ciudadanos que necesitan recibir una formación que les permita ser santos en su vida corriente

La visita anual de benefactores de la Fundación CARF a la PUSC en Roma

Cada año la fundación organiza una jornada de encuentro y formación en Roma, en la que los benefactores y amigos tienen la oportunidad de conocer a algunos de los alumnos a los que apoyan y charlar y comer con ellos, pudiendo visitar la PUSC y participar en algunas conferencias impartidas por docentes o personalidades involucradas en el ámbito académico, cultural o de la comunicación.

Los participantes realizan una verdadera peregrinación a Roma pudiendo, visitar el Seminario Internacional Sedes Sapientiae, el Colegio Sacerdotal Tiberino, las excavaciones de la Necrópolis Vaticana, junto con algunos alumnos de la universidad, y participar en la Audiencia y el Ángelus con el papa Francisco.

Durante el viaje, los benefactores pueden comprobar porque la Universidad Pontificia de la Santa Cruz tiene una conformación única entre todas las demás Universidades Pontificias. La PUSC puntualmente fomenta, además de las tres facultades principales, el Instituto Superior de Ciencias Religiosas y varios centros de investigación. Un reto, difícil en nuestros tiempos, pero en el cual pone todos sus esfuerzos para que por medio la formación se contribuya también a la evangelización y la difusión del mensaje de Cristo.

Cita «Gracias a mis benefactores de la Fundación CARF. A veces puede que, para un joven europeo, sea normal tener la oportunidad de formarse en una universidad tan prestigiosa como puede ser la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, pero les puedo asegurar que no es así para la gente de mi país: su ayuda me ha permitido tener la oportunidad de estudiar en Roma y de compartir mi vida y mi fe con otros jóvenes seminaristas de todo el mundo. Así que, de verdad, mi deseo es que Dios les bendiga en su trabajo diario y mantenga en ustedes ese maravilloso corazón». Mathias Msonganzila, seminarista de la Archidiócesis de Mwanza, en Tanzania.  

Bibliografia

 

 

Fiat: El amor en femenino

El amor en femenino

La decisión de atreverse a quedarse en casa, escogiendo la carrera más escondida de la sociedad requiere de mucha fortaleza…

Vocación:

La decisión de atreverse a quedarse en casa, escogiendo la carrera más escondida de la sociedad (la de ser ama de casa) requiere de mucha fortaleza en nuestros días ya que la carrera que brilla más en nuestra sociedad aparentemente, es la de ser una mujer profesional. Decir “sí” a nuestra máxima vocación como mujeres es estos tiempos, no es fácil. Por esto es importante contemplar el “fiat” de María cuando se le anunció que iba a ser madre. ¿Cómo fue su respuesta ante el Anunció del Ángel? “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). El fiat de María es el sí más absoluto que podía salir de ella. Manifestaba la grandeza en sí como mujer y la calidad de su corazón así como su compromiso con la sociedad. Dice que se haga, no un “lo pensaré”. Necesitamos volver a Nazareth y contemplar al modelo de mujer que nos ha sido heradado a nosotras las mujeres cristianas. Contemplar a La Santa Virgen para muchas mujeres es como contemplar a una mujer más allá de las propias posibilidades. Cuando en realidad, María representa todo lo que nosotras las mujeres modernas de hoy podemos llegar a ser como compañeras, madres y transformadoras de la sociedad.

– Compañeras: que se traduce en sostenimiento y apoyo. Y para poder serlo hay que estar una misma bien asentada; pero esto sólo es posible si interiormente todo está en orden debido y descansa en equilibrio. No podemos aspirar a ser sostenimiento y apoyo de un esposo si no hay paz interior y armonía en nuestro mundo íntimo. Por esto, es tan importante que volvamos y examinemos si somos mujeres de oración. La oración, como lo decía la Madre Teresa de Calcuta, es como la gasolina para los automóviles. Sin está, el carro no funciona, incluso aunque todo su exterior e interior esté perfecto. Sucede lo mismo en nosotras, la oración es lo que hace que nuestro cuerpo funcione óptimamente. Con una capacidad que sólo puede venir a través de esos minutos a solas conmigo y mi Padre Dios. Prepara todo nuestro sistema nervioso y espiritual para la entrega.

– Ser madre: es proteger, custodiar y llevar a su desarrollo la humanidad verdadera. En palabras de la Santa más reciente de la Iglesia Católica, Teresa Benedicta de la Cruz ó Edith Stein antes de su conversión. Sí esto es ser madre, podemos resumir en una palabra tomada de Carmen Balmaseda en su libro, La Mujer Frente a sí misma que en definitiva si soy mamá, “estoy atenta”. ¿Estoy educada para ello? ¿Cuál es mi actitud hacia la persona? ¿Qué es el hombre, el hijo, la sociedad para mí?¿Cómo es la calidad del amor que brindo?

Realización:

Según la Carta apostólica de S.S Juan Pablo II, La Dignidad de la Mujer, la virginidad y la maternidad, son dos dimensiones particulares de la realización de la personalidad femenina. La mujer encuentra y experimenta una plena realización de su ser al convertirse en potencialmente portadora de la vida. Por esto es que se hace tan necesario volver a la pregunta ¿qué es el hombre, el hijo, la sociedad para mí? ¿Soy consciente que el hombre es el único ser de la creación que Dios a amado por sí mismo? Esto nos hace ver que también yo decido por mí misma y encuentro mi propia plenitud y felicidad en la entrega a los demás. Ser madre es entregarse, es abrirse, es elevarse a otra dimensión. La del fiat, la de la generosidad. Ser esclava, “porque a mí me da la gana” y al hacerlo no sentirme de la época pasada. Es la pura manifestación del amor, y el amor es el área en donde los valores son especialmente realizables.

San Agustín decía: Mi amor es mi peso; por el voy dondequiera que voy; amor es gravitación hacia lo amado.¿Hacia dónde estoy gravitando yo como mujer?¿Cómo es mi apostolado hacia aquellas mujeres que se cierran hacia el Don de la vida? ¿Pienso que no es mi problema? Y si ya soy madre, ¿cómo está siendo mi entrega?

Cada minuto que pasa, cada Segundo es una oportunidad en el tiempo que se nos da para brindar lo mejor de nosotros mismo. El Beato José María Escrivá de Balaguer y fundador del Opus Dei escribía en su libro Camino algo de esto: cumple el pequeño deber de cada momento. Haz lo que debes y está en lo que haces. Por esto no debemos olvidar que cuando estamos al cuidado de nuestros hijos, estamos escribiendo una novela, una historia personal que quedará grabada en los más profundo de sus corazones. Si soy madre debo sentirme plenamente realizada y esto se verá en mi apertura para con mis hijos porque realmente “estaré” con ellos y para ellos.

Entrega:

La entrega es tener la valentía de renunciar a ser egoísta y decir sí al amor y los cuidados que vienen de la mano con el hijo. La entrega es estar dispuesta a quedarse en casa y desarrollar los seminarios de relaciones humanas que sabemos serán los más importantes de su vida. Las justificaciones de hoy, de las madres de nuestro tiempo, dañan en gran medida la misión de la maternidad. Algunas de ellas y sino las más comunes van así:

“es que no nací para estar en la casa”, “es que si no hago lo que me apasiona, hoy que es el momento en donde se construye y se forja el éxito, me voy arrepentir toda mi vida”; “estoy tiempos no permiten que haya una sola entrada”; “yo ya seré la fábrica…..”. Todas estas expresiones y actos dañan profundamente la grandeza de nuestra vocación femenina y razón de ser en el mundo. Es un pensamiento muy egoísta, que inclina a procurar la sobre-estima de la propia persona. La verdadera entrega te lleva a renunciar a las ganas de brillar; a quedarse con esa criatura o criaturas las 24 horas del día y abrazada a ese trabajo escondido y enseñar lo que es el amor. Un término sublime tan maltratado en nuestros días. No se enseña con palabras, mucho menos inscribiendo a nuestros hijos en los mejores colegios. Se enseña con el “sí, el fiat” de quedarse en casa, aunque está acción muchas veces no sea lo que yo quiero o lo que en mi vocación profesional como mujer sueño.

La felicidad es una meta natural en el hombre, pero está es una consecuencia. La felicidad se encuentra en la atención a otro ser humano. Al tener nuestra atención desde nuestro mismo fondo y desde nuestro corazón, podremos experimentar ese gozo espiritual que se llama alegría. Es la serenidad silenciosa que descansa en el fondo de cada una al ejecutar con amor total la tarea de cuidar, formar, iluminar el conocimiento y las ventanas del entendimiento hacia la experiencia de ser un ser humano. Conocedoras de esto, el aburrimiento que viene con la rutina será más fácil de sobrellevar porque sabremos que en todo momento estamos siendo útiles; sembradoras de nuestras propias tierras. Dios nos hace “ver”claramente que las citas de negocios, se convierten en visitas al doctor y se disfrutan lo mismo. Los compromisos de eventos y fiestas, se convierten en compromisos de paseos y entretenimientos para la educación intelectual y motriz de los niños y nos llevan a nosotras mismas a un aprendizaje diferente. El traje sastre y los zapatos de tacón vienen a ser sustituidos por camisetas blancas y un par de blue jeans. ¡Qué profesionales somos al quedarnos en casa!, !Desarrollando el prestigio más importante y sublime de todos en donde “la justicia y la paz se abrazan” al pronunciar aquel sí, gracias al cual “la tierra da su fruto”.

Sheila Morataya

 

 

Una patología más de nuestra sociedad enferma

La maternidad subrogada es una práctica aberrante que priva a los niños de una filiación completa, que emplea técnicas que exigen la “fabricación” de embriones que luego son “descartados”, que lleva a una mujer a gestar un bebé para otros, negando el vínculo con la criatura que crece en su vientre… Estas y otras razones que se han vertido a lo largo de estos días evidencian que no puede regularizarse. De momento, parece que la posición del Tribunal Supremo es clara al respecto, pero no nos confiemos... Las horas para su legalización están contadas pues, como hemos comprobado en los últimos tiempos, la legislación también es capaz de pervertirse y condicionarse a intereses políticos y económicos.  

Junto con la controversia jurídica, el caso ha agitado una disputa de fuerte contenido axiológico. Así, se ha discutido acerca de los límites de la tecnología (que se traspasan siempre que hay negocio), sobre la dignidad de la mujer, la mercantilización de la vida y de la filiación… En este punto, es llamativo que hoy en día se consulte a los expertos para casi todo, pero no en cuestiones de moral. Resulta paradójico. Como lo sería solucionar un problema matemático negando que es una ciencia exacta y convocando, en lugar de a personas competentes, a cualquiera que quiera opinar sobre si los algoritmos les parecen más igualitarios o las fracciones más tolerantes. Parece que todo el mundo sabe cómo hay que vivir y tiene autoridad para compartir sus decálogos en las redes sociales y tertulias televisivas. 

Con todo, en el fondo de la cuestión, se quiere volcar hacia fuera o hacia otros el mal que no sabemos reconocer ni gestionar. La maternidad subrogada es una patología más de nuestra sociedad enferma. 

Domingo Martínez Madrid

 

 

Descartados con guante blanco

En nuestros días, desgraciadamente, hay también muchos que son descartados con guante blanco, como los niños no nacidos, los ancianos abandonados, los enfermos no visitados, los discapacitados ignorados y los jóvenes que sienten tal vacío interior que acaban con su propia vida. Son los abandonados de hoy, personas rechazadas y excluidas que, en efecto, no pueden sernos ajenas, de manera especial a los cristianos,  porque son iconos vivos de Cristo y, para los cristianos, discípulos del Abandonado con mayúscula, nadie puede ser marginado ni descartado. Es precisamente el abandono que Cristo experimentó en la cruz, su locura de amor que le llevó a asumir todo nuestro mal, la que nos salva de cualquier soledad y desolación, la que nos saca de nosotros mismos y nos impulsa a buscar y cuidar a los abandonados, para que su voz y su dolor no se pierdan en el silencio ensordecedor de la indiferencia..

Jesús D Mez Madrid

 

 

Lo antinatural termina siendo un desastre

En el ambiente social que nos rodea encontramos un empeño de algunos movimientos minoritarios dirigido a confundirnos sobre la realidad más evidente que existe en la naturaleza humana: el hecho de que existen dos sexos. Quieren negar la realidad más palpable y antigua en la humanidad: cuando nace una criatura, cuando sale del seno materno, la partera, el médico o el familiar que ha ayudado en el parto entona el “niño” o “niña” a la vista de lo indiscutible. Esto ahora se conoce más pronto porque hay medios para saber meses antes, cual es el sexo, simplemente porque lo han visto en las pantallas.

En todos los rincones de cualquier país los recién nacidos son considerados de sexo femenino o de sexo masculino tras observar los órganos genitales con los que han nacido. Esa observación no es el resultado de una indagación de un médico, que informa a la madre del resultado de su evaluación, y aunque en las sociedades actuales lo habitual es que sea el personal médico el que dictamine la categoría tras el nacimiento, este reconocimiento del sexo se ha venido realizando unánimemente en todas las épocas históricas por todos los presentes en el momento de dar a luz, y dada su extrema sencillez.

El feminismo, la transexualidad, la homosexualidad nos están llevando a planteamientos sociales antinaturales y dañinos. Malos para los niños, destructores para la sociedad, terribles para la mujer. El alto porcentaje de mujeres que no se casan, que se casan tarde, que ponen todos los medios para no tener hijos, es muy alto. No hace falta ser un experto para darnos cuenta de que este planteamiento antinatural es una catástrofe para la sociedad. Todo lo antinatural termina siendo un desastre para todos.

Juan García. 

 

 

El Tribunal Constitucional confirma su posición de considerar el aborto como un derecho

Y así despojar al nasciturus del derecho a la vida

 

(C) Pexels - Bebé

El Pleno del Tribunal Constitucional (TC) ha aprobado, trece años después, la sentencia que avala íntegramente la reforma de la ley del aborto de 2010.

Este posicionamiento del TC desprotege totalmente al nasciturus, al considerar que el no nacido no encarna un valor fundamental, el de la vida humana, y que, por tanto, no es titular del derecho a la vida, bien constitucionalmente protegido por el artículo 15 de la Constitución Española (CE).

Se promueve así la definitiva consagración de la muerte del embrión o el feto como un derecho de la sociedad en general y de la mujer gestante en particular, incluidas las menores de edad que pueden abortar sin necesidad del permiso parental.

Cuando un tribunal, como ahora ocurre con el TC, sentencia injustamente, porque lo hace contra los derechos de los más débiles, que son a los que más debería proteger, se aleja diametralmente de su función primera: hacer valer los derechos que nos protegen, de manera especial a los que no pueden protegerse a sí mismos, como es el caso del nasciturus.

Y ante una injusticia como la actual, no podemos permanecer cómplices con nuestro silencio.  El que una mayoría conformada acepte como moralmente bueno lo que un tribunal que sentencia injustamente considera lícito, no nos exime de defender la verdad, la dignidad humana y la necesidad de no hacer daño, porque el aborto daña a quien mata, el feto, y a quien le gesta, su madre.

¿Puede defenderse la verdad a contracorriente, si nadie se aventura a definir qué es la verdad? ¿Existe una verdad que constituya un eje moral que nos permita discernir lo bueno de lo malo? ¿O será bueno lo legalmente aceptado y malo lo legalmente reprobado?

Paso a puntualizar algunas evidencias -verdades- que parecen haber sido ignoradas por los que sentencian de manera injusta, cuyo desprecio o ignorancia empujan fatalmente a decisiones maleficentes:

La evidencia científica confirma, sin paliativos, la existencia de una vida humana a partir del momento de la fecundación. Los avances en el conocimiento del desarrollo embrionario no permiten establecer ningún cambio en cuanto a la naturaleza de este ser humano.

Un aborto no es sólo la “interrupción voluntaria del embarazo” sino un acto simple y cruel de interrupción de una vida humana. El feto, en el claustro materno no forma parte de la sustantividad ni de ningún órgano de la madre, aunque dependa de ésta para su propio desarrollo.

Negar el derecho a la vida a un ser humano por ser inmaduro supone arrogarse la capacidad de otorgar o retirar la dignidad merecedora de derechos a los individuos más frágiles e indefensos, cuyos precedentes históricos han resultado devastadores en todo caso. Frente al «todos tienen derecho a la vida», el derecho a la vida ya no es para “todos”, sino solo para los nacidos. Se da paso así, a una desigualdad y/o discriminación entre vidas humanas que merecen o no ser protegidas

El aborto constituye un atentado no solo contra la vida del nasciturus, sino también contra la salud de su madre, como evidencian numerosos trabajos científicos. Por lo tanto, no puede afirmarse que el aborto contribuya a la salud en ningún caso de ninguno de los implicados, ni puede justificarse en nombre de la libertad de la mujer, que no puede disponer de la vida de su hijo.

Considerar el aborto como un derecho de la mujer constituye una perversión: negar el derecho a la vida de algunos para afirmar el derecho de otros a extinguirla supone un grave atentado contra la dignidad humana.

No facilitar a las mujeres que experimentan un embarazo no deseado toda la información relativa a la naturaleza del aborto y sus consecuencias, así como de las alternativas que le permitan continuar con la gestación, es atentar contra su autonomía y su capacidad de decisión libre.

Las mayorías también se equivocan. En este caso es la mayoría de un tribunal, el TC. Y lo grave de estos errores es que mueven a nuevas distorsiones en otras mayorías que interpretan como certidumbres los errores de otros, por generalizados o mayoritarios. Una conciencia bien formada, que discierna el bien del mal, el favor del daño, debe constituirse como el verdadero espacio de la libertad, que alza su voz ante la injusticia, aunque sea esta promovida por una mayoría confundida.

*Ver artículo relacionado: El Observatorio de Bioética de la UCV y CIVICA publican un manifiesto ante el pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre el recurso a la Ley del aborto

Julio Tudela

Observatorio de Bioética